Siglo y medio ha pasado desde la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, sin dudas fue un quiebre en la historia y un merecido triunfo para la raza negra, que había sido tratada inhumanamente durante décadas sufriendo condiciones de sometimiento que ninguna persona debería sufrir y mucho menos bajo argumentos racistas.
Pero el fin de la esclavitud propiamente dicha no fue el fin de la desigualdad entre razas, ni el fin de la discriminación. La segregación racial continuó durante el siglo XX donde por ejemplo, los negros tenían que sentarse en la parte de atrás de los colectivos, no compartían baños con los blancos, hasta existían máquinas expendedoras para negros y otras para blancos.
De hecho tras la guerra de secesión surgen agrupaciones de extrema derecha aferradas al racismo, la homofobia y el anticomunismo como el Ku Kux Klan. La llegada de la Ley de Derechos Civiles en 1964 vino a tratar de romper con aquellas costumbres inapropiadas que hacían de la discriminación una práctica cotidiana. Paralelamente surge la agrupación Panteras Negras, conformada por ciudadanos afroamericanos que salían armados a patrullar las calles vigilando el comportamiento policial, con una ideología radicalmente opuesta al KKK los Panteras Negras surgieron inicialmente como una agrupación de autodefensa.
Los años pasaron y pareciera increíble que hoy aun teniendo un presidente afroamericano en estos días la violencia racista en Estados Unidos sea noticia nuevamente, tras los asesinatos de Alton Sterling y Philando Castile, ambos en dudosas situaciones. Se sospecha que se trató de casos de gatillo fácil y discriminación racial por parte de la policía estadounidense, hacia los hombres negros. Dichas muertes inspiraron manifestaciones en varias ciudades importantes de los Estados Unidos como Nueva York, Los Ángeles, Atlanta y en Dallas, mientras se desarrollaba esta última, un francotirador mató a cinco policías blancos en venganza a los asesinatos por los cuales se estaba realizando dicha protesta.
El principal sospechoso es Micah Xavier Johnson, un joven afroamericano que había formado parte del ejército estadounidense, el mismo falleció asesinado por la policía tras atrincherarse en un estacionamiento, no sin antes aclarar que quería matar a policías blancos.
Como si esto fuese poco se suman tres muertes más en la última semana en el marco del enfrentamiento entre civiles y policías, entre negros y blancos. El ataque se produjo en la localidad de Baton Rouge en estado de Lousiana. Tras una llamada al 911 donde se alertaba sobre una persona caminando con un arma de fuego por la autopista AirLine al llegar los uniformados el atacante abrió fuego, asesinando a tres policías e hiriendo al menos a otros tres. El tirador murió en el enfrentamiento y fue identificado como Gavin Long un jóven afroamericano ex marine que no dio explicaciones sobre el porqué del ataque.
El presidente de los Estados Unidos Barack Obama dijo: “Nada puede justificar la violencia contra la policía” y añadió que “Los ataques deben terminar”. Por otro lado el candidato del partido opositor Donald Trump dijo: “¿Cuántas personas y agentes de la ley tienen que morir debido a la falta de liderazgo en nuestro país?” y agregó: “Estamos de luto por los policía muertos este domingo en Baton Rouge (…) Exigimos ley y orden”.
El conflicto es racial, ni más ni menos, nada puede justificar la violencia contra la policía así como tampoco nada puede justificar que haya habido policías que gatillen sin motivos (más que puramente discriminativos) contra Alton Y Philando.
Alicia Keys junto a otros artistas de nivel mundial realizaron una pieza audiovisual llamada “23 ways” en donde muestran 23 situaciones en las que fueron asesinadas personas negras sin cometer ningún ilícito, en la mayoría de los casos los mató la policía.
No es casual que Estados Unidos nos tenga acostumbrados a historias de disparos y muertes en situaciones similares, más allá de conflicto social que atraviesan históricamente hay una realidad que hasta el mismo Obama reconoció en el funeral de los primeros cinco policías asesinados, y se trata de la facilidad con la que se adquieren armas en este país, hecho que se ha vuelto un complemento potencialmente peligroso para este tipo de situaciones.
En este 2016 se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, allí se enfrentarán los principales candidatos pertenecientes a los grandes partidos Demócrata y Republicano, Hillary Clinton y Donald Trump, respectivamente. Si la situación de racismo expresada en violencia continúa quien sea que asuma la presidencia deberá cargar con este enorme problema que afecta a la sociedad estadounidense.
Desde ya que se puede asumir lo complicado que sería pretender que el racismo disminuya con un candidato de extrema derecha que hace campaña con su xenofobia y que pretende construir un muro que impida el paso de mexicanos a Estados Unidos, entre otras ideas ingeniosas. Es increíble que se haya llegado a un punto donde se puede hacer campaña con algo tan destructivo y aun así conseguir adeptos que festejen estas propuestas.
¿Serán los gobiernos de ultraderecha los que nos lleven a tocar fondo para después salir? ¿Será realmente un ciclo entre unos y otros por el cual sociológicamente estamos condenados a pasar? ¿Existirá el día en que podamos convivir en paz sintiéndonos iguales?
El tiempo no siempre es garantía de crecimiento, desarrollo y evolución en la sociedad, hay cuestiones que no han cambiado a lo largo de la historia, otras que sí. No sabemos si el pensamiento humano está destinado a evolucionar y si lo está, no sabemos si el proceso involucra retrocesos en los avances y logros obtenidos. Habrá que luchar por alzar las banderas de la igualdad bien alto y bien fuerte para que no puedan aplastarlas.
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