La pre-venta de Revolution Radio ya está disponible para todo aquel apurado que quiera ahorrarse unos dólares antes del lanzamiento físico a principios de octubre de este año. Luego de escuchar varias veces este primer sencillo y bucear por internet en distintos portales, recopilé algunas opiniones que me parecieron acertadas y las combiné con mi propia visión como seguidor del grupo. Para resumir: no guardo más que desconcierto en mi interior por lo que se avecina.
Cargo con el peso de haber sigo ese adolescente que, a los catorce años, decidió comprar su primera remera de rock de la vida y a conciencia. Esa primera remera (en parte, por ser hijo de la generación del 2000) tenía un corazón rojo y ensangrentado en forma de granada en el frente. Por mucho tiempo, el idiota americano fue mi guía, hasta que me di cuenta de que me serviría más como explosión para esparcirme que como granada inactiva y con seguro.
A esa furia, a esa primera patada de punk rock, le siguió 21st Century Breakdown; el segundo ópera rock de mi corta existencia hasta el momento. No lo voy a negar: también fui feliz. Ni Green Day ni yo éramos los mismos; habíamos madurado, pero eso nos sentaba bien. Pero el trío californiano me volvió a sorprender y no de la manera más grata.
La tríada Uno!, Dos!, TRÉ! pasó más que inadvertida por mis radares. Es más: creo que hasta el día de hoy, no logro encontrarles una razón puntual en la discografía del grupo. A mi humilde parecer, solo fueron la prueba de que Green Day es capaz de mantener su estatus y calidad como banda hasta en los momentos en los que se siente con ganas de salir a la calle con tonadas más radiales y de poca monta.
Ejemplos como el anterior, me hicieron volver a la fuente y decidí probar algo nuevo pero con sabor a viejo: me embarqué en los noventa y, desde Warning, empecé a retroceder. Hasta el día de hoy, me encuentro allí.
No hay forma de que escuche Bang Bang y no rememore American Idiot. Podría decir que en la progresión de acordes que genera el riff, los cambios de rítmica en la batería, los platillos y/o fills de ciertas ocasiones y hasta en la métrica de algunos segmentos… Lo lamento, pero no me pueden venir a correr con un cuchillo de plástico: esto ya lo escuché en otro lado.
Estoy con dudas. En base a lo poco que se deja ver de Bang Bang, me pregunto: ¿es el momento para que Green Day vuelva a sacar otro disco políticamente incorrecto? Y, si así lo fuese y de tener éxito, ¿no sería más que la confirmación de su fracaso al darnos cuenta que, sin obra conceptual, no va a poder nunca llegarse ni a sus propios talones, comparado con su período entrados los 90’s?
Pensar en el hecho de que Green Day pueda lanzar un disco en pleno 2016 que rompa con todas mis estructuras… me duele decirlo pero me resulta difícil de creer.
El tiempo – espero – me pruebe equivocado. Por ahora, lo siento Green Day, pero con tu Bang Bang no estoy liquidado.
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