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El famoso Barrio Rojo de Ámsterdam

El Barrio Rojo de Amsterdan, un lugar tan controversial cono clásico del país bajo. Los turistas no se lo pierden, y los locales conviven con este lugar. Te contamos la historia de este rincón del mundo.

El Barrio Rojo de Ámsterdam, conocido como RED LIGHT, es una de las atracciones turísticas más populares de la Capital de Holanda. Supera la recorrida por los canales y la visita al Museo de Van Gogh. Famoso por su historia, arquitectura y cultura, cuenta con sexshops, coffeeshops, cabarets, y se caracteriza por ser uno de los barrios más liberales del mundo.

redlight

Es la zona más antigua de la ciudad, y está formado por tres distritos: De Wallen (el más conocido), Singelgebied y Ruysdaelkade. Actualmente, este barrio ha dejado de ser tabú, ya que muchas familias viven en él, hay escuelas y los niños pasean con normalidad por sus calles.

ámsterdam de día

Hace unos años, una periodista entrevistó a un nene de 5 años, el cual pasaba frente a una de las vidrieras, y le preguntó si sabía de que se trataba.

El nene le respondió que si, que su padre le había enseñado. Que el trabajo de las mujeres era abrazar a los grandes cuando estos estaban tristes o se sentían solos. Así, con normalidad, los padres le explican a los niños (de la mejor manera que pueden) sobre su barrio.

Tiempo atrás, los marineros buscaban diversión entre los callejones, luego de largos periodos alejados de sus familias. Las mujeres se ponían frente a la puerta, o la ventana de su casa para invitar y llamar la atención de los posibles clientes. Esto lo apodaron, como “La exposición vidriera”.

A principios de 1800, se empezó a regular este trabajo junto a los cabarets, todo ello, para mantener la salud pública. Esto significaba, que las chicas debían pasar pruebas de enfermedades venéreas cada dos semanas.

La prostitución está completamente regulada desde 1911 (es el único país en el mundo), y Ámsterdam es una de las 13 ciudades en Los Países Bajos donde hay prostitución en vitrinas (locales a la calle).

sexpalace

Los locales están abiertos las 24 horas del día, y miles de personas, curiosos, turistas, pasean tranquilamente por el barrio. Las calles, atravesadas por sus canales, están abiertas para todas las personas, mientras las luces rojas de neón iluminan a esas mujeres de todas nacionalidades mientras fuman, hablan por teléfono, o sonríen a los transeúntes, apenas vestidas, con sugerentes bikinis, o lencería fina.

Todos son bienvenidos, pero deben recordar que no hay que sacar fotos a las trabajadoras, ya que las prostitutas no quieren ser fotografiadas ni grabadas. En caso de que se sientan invadidas o en peligro, ellas pueden accionar desde su vitrina una alarma, tras la cual, la ayuda llega inmediatamente.

Cuando fui a hacer el tour de la zona roja, me dijeron que muchas veces las chicas no presionan el botón de pánico, sino que salen de las vitrinas, llaman a las demás y arreglan la situación por su cuenta.

Yo nunca vi ninguna reacción así, pero si estuve presente cuando unas chicas golpearon el vidrio de su local fuerte para que un turísta deje de sacar fotos, y salían enojadas para obligarlo a que se fuera.

Así que a cuidarse y nada de flashes.

zona roja

Hoy en día, el dueño del local debe pedir una licencia, y el precio mínimo por un “mimito” es de 50 euros. Dependiendo de las prostitutas, o bien, si no solicitás factura de transacción, pueden cobrarte 35 euros.

Ir al Barrio Rojo es una visita obligatoria para todo turista que venga a Ámsterdam, y pueden llegar a pie, o bien con el tranvía DAM, líneas 4, 9, 16, 24 y 25. Esta zona se encuentra entre la Iglesia Oude Kerk y la plaza Nieuwmarkt.