El Espacio Callejón es el lugar para la tercera temporada de “En Zapatillas”,del libro homónimo de Mónica Jurcevic. Es un libro sobre Cromañón. Un libro sobre Cromañón dónde no se nombran las bengalas, no se nombra las medidas de seguridad que fallaron, no se menciona más de una vez a Callejeros, no se habla de Aníbal Ibarra, no se escuchan cosas como “doble conforme”, no se habla de grietas, ni divisiones. Entonces, a la luz de lo que han sido estos 20 (y poco) de años. ¿Es una obra sobre Cromañón? Sí, de hecho, quizás sea una de las pocas cosas que se han hecho sobre Cromañón y el día después. Bah, los días. Los meses. Los años. El después, en su conjunto. Los pedazos que quedan sueltos por ahí, el rompecabezas que hubo que armar con cada una de las vidas después del 30 de diciembre.
Con un elenco que tiene la sensibilidad de poder representar a la perfección los papeles que jugarán, “En Zapatillas” goza de una frescura, dinámica y potencia que terminan siendo el complemento ideal a un texto imprescindible de Monica Jurjevic, para entender el post Cromañón y también un poco para escarbar en el mundo oculto de un adolescente que está sufriendo en silencio.
Ni una bengala, ni el rockanroll, ni corrupción, ni negligencia, ni nada. “En Zapatillas” no pisa sobre ninguna de esas cuestiones que ya se han recorrido hasta el hartazgo en estas dos décadas. No le hace falta. Porque “En Zapatillas” cuenta, a través de una historia chiquita, pero no por eso menos emotiva, la de las cientos de miles que dejó la masacre, el después de Cromañón.
“En Zapatillas” es una obra que empieza mostrando el horror de la muerte, la desesperación de que ese ser que querés no aparece, o se te escurre entre los dedos. El shock de volver a casa sin siquiera saber tu propio nombre. Una ducha urgente para sacarse de encima el hollín, pero también el horror. Es una obra que, en realidad, empieza a discurrir a partir de las primeras horas del 31 de diciembre de 2004. Porque es una obra sobre el después. Y sobre la memoria. Y sobre la amistad. Y sobre el amor. Tres cosas que hubo y de sobra en torno a lo que pasó.
La historia que relata Jurjevic y que muy bien adaptan Aye Del Valle, Luciana Sapia, es una historia sobre el después de Cromañón. Sobre la culpa del sobreviviente, sobre el amor no dicho del todo, sobre una amistad trunca, sobre las complejidades de la maternidad cuando todo parece desmoronarse sobre ese ser que amas más que nada en el mundo, sobre lo intrincado y los vericuetos que puede tener un dolor. Es sobre los duelos en la adolescencia, sobre volver a caminar las mismas calles, pero con una pisada completamente distinta. Sobre reinsertarse en la sociedad, en la vida, en el ámbito escolar, pero teniendo el alma y el corazón en otro lado, anclado en una nostalgia que no se disuelve, aprendiendo a convivir con la ausencia.
Es también la historia que cuenta la empatía. La capacidad de ver de alguien, más allá de lo que es evidente. De hurgar en el alma de una persona, en el vacío de sus ojos y entender por qué están apagados. En este caso, ese lugar lo ocupa Helena, la exigente profesora de Literatura, que termina teniendo la llave para que el protagonista comience a sanar, a hablar, a llorar su pérdida sin esconderse, sin tener que aparentar algo que no es, sin vivir atado a la culpa de no haber podido hacer más esa noche que sobrevivir. Y poder hacerlo frente a sus pares, todo en el marco de un incipiente egreso de 5to, de un viaje a Bariloche, de la entrada a la adultez.
“En Zapatillas” es una obra que viene a reconciliar a los sobrevivientes con su sobrevida. Que viene a consolar a aquellos que perdieron a alguien y que sirve para que esos a los que Cromañón les pasó por el costado, ya sea cerca o más lejos, puedan llegar a entender la profundidad y la dimensión de los dolores que empezaron a arder el 31 de diciembre de 2004 y poder imaginar cómo ha sido ese camino, hasta que se han vuelto cicatriz, o hasta que han gastado la suela de tanto caminar con esas mismas zapatillas, por las vida, las mismas calles, las mismas caras, un dolor distinto, una pérdida inconmensurable.
“En Zapatillas” nos cuenta un poco qué hacer cuando ya parece que no hay nada que hacer y lo hace a través de una historia mínima: a veces, para ponerle un coto a tanto dolor, una razón a tanta desesperanza y una sonrisa sincera a un rostro que parece haberla perdido para siempre, sólo se necesita alguien que nos mire, nos escuche y que esté dispuesto a ponerse en nuestros zapatos. Perdón, en nuestras “zapatillas”.
AutorMónica Jurjevcic
Tea Alberti, Canela Arregui, Tom CL, Nacho Cuacci, Estefanía Daicz, Ivan Grinfelds, Martu Rubio, Delfina Valdiviezo, Rulo Villalba, Milagros Zabaleta
Comentarios