A ocho meses de su lanzamiento, la película que revolucionó la producción nacional de cine de horror continúa expandiendo su público. Desde el 14 de junio estará disponible para ver en Netflix.
En un desolado escenario rural, desde el minuto uno de “Cuando acecha la maldad” se desarrolla una tensión que nos mantiene alertas. El título lo anuncia pero la película no deja de sorprender: la violencia, la locura y el mal se propagan entre los personajes como una enfermedad viral.
Galardonada en varios festivales de cine, fue la primer película latinoamericana premiada como Mejor película del Festival de Sitges, uno de los eventos cinematográficos más importantes de Europa. Se estrenó el 9 de noviembre de 2023 y se mantuvo en carteleras hasta alcanzar los 300.000 espectadores en todas las salas de Argentina, llegando a ser una de las funciones más taquilleras del año.
Demián Rugna, el escritor y director oriundo de Haedo, reconocido internacionalmente por su originalidad al contar historias macabras con tinte argentino, nos regala unos minutos de su tiempo para charlar sobre su última película y su trayectoria creativa.
Rock and Ball: –¿Qué significa para vos que la película esté disponible en Netflix? ¿Cuáles son tus expectativas con esta nueva audiencia?
Demián Rugna: Es una nueva audiencia justo como vos decís, y es la audiencia a la que faltaba llegar, tal vez son muchos espectadores que por lo general no van al cine, no miran películas de terror. Porque a aquellos que sí miran se supone que ya hemos llegado, pero lo que tiene de bueno es que como no sólo es en Argentina sino en toda Latinoamérica, significa llegar a un nuevo circuito con público nuevo, mucha más difusión y una masividad grande. Yo lo viví con “Aterrados”: cuando llegó a Netflix la película tuvo una nueva vida.
RNB: – ¿Esperabas que la película tuviera tanto éxito, considerando que el género de terror no suele destacarse tanto en el cine argentino?
DR: La verdad es que yo hice todo lo posible, toda mi motivación fue para que suceda esto. Cuando uno hace una película quiere que le vaya como a esta película, pero en el fondo los directores sabemos que esto es muy difícil, casi imposible diría yo. Obviamente fue más deseado que pensado. Sí me imaginaba que como mínimo iba a hacer ruido dentro del círculo del cine de terror y de los que les gusta el género, pero no llegar a salas de cine de todo el mundo, impensado. Ahora estamos en 150 salas de cine en Francia y en septiembre sale en Alemania, lo cual es muy difícil para una película argentina, que tenga esta masividad.
RNB: -¿Qué te motivó a escribir una historia de terror situada en lo rural?
DR: Estaba buscando hacer algo diferente a “Aterrados”, necesitaba hacer una especie de película que sea como una road movie que me aleje de la ciudad, y que tenga otro tipo de horizontes, propiamente fotográficos, locaciones a luz día, exteriores, y el campo me dio el contrapunto de lo que era la peli anterior.
RNB: – El concepto del “embichado” es muy impactante, tanto visual como conceptualmente. ¿Hace referencia a una enfermedad o situación particular?
DR: No hace ninguna referencia, salvo que lo que sí me inspiró para este personaje fue pensar en las familias que viven en el campo y están enfermas por pesticidas. Me generaba mucha inquietud pensar en estas familias que viven en el medio de la nada sin ningún recurso y tal vez tengan un familiar enfermo al que no lo pueden hacer ver o tratar. Entonces pensar en esas situaciones hizo que aparezca este personaje.
RNB: -Cuando la película se vio en otros países, pensaron que se trataba de un mito real.
DR: Si, se sigue pensando que es de verdad, eso es lo loco (ríe). Siempre que viajo afuera me preguntan y quieren saber más del mito, pero yo digo: “hasta ahí tengo porque lo inventé yo”.
RNB: -En la película aparecen los demonios, la maldad como algo real. ¿Si la película transcurría en la ciudad hubiera cambiado la representación del mal?
DR: No, para mí iba a ser exactamente lo mismo pero con mucho más quilombo, pasa que en la ciudad se vibra de otra forma. Entonces se dice “qué raro que pase esto en el campo”, porque son cosas de las ciudades, donde la gente está propensa a frecuencias donde el demonio tranquilamente puede habitar en cualquiera. En el campo hay menos gente, se vive más tranquilo, entonces si bien el resultado hubiese sido lo mismo, en esta distopía es atípico que suceda en el campo.
RNB: -¿Cómo fue tu experiencia trabajando con niños en escenas de terror?
DR: Los niños se divierten muchísimo. Calculá que hoy en día no solo lo que llegan a mirar en sus teléfonos sino que los videojuegos ya tienen un grado de violencia, por más que no sean violentos. Me acuerdo mi sobrino estaba jugando un juego y el concepto era que tenía que matar, no sé qué, extraterrestres, pero decía “tengo que matar, matar”, tenía cinco años. Los pibes no se van a asustar, a lo sumo si aparece un monstruo en el set, que no fue el caso de mi peli. Pero los niños con que yo trabajé eran piola, entendían lo que hacían, les gustaba jugar a esto, los padres los acompañaron. Incluso son hasta muy profesionales. Uno a veces dice “los niños son un quilombo”, pero tienen algo de querer actuar, querer crecer en este juego que es actuar, tienen algo de profesionalismo, y eso está bueno usarlo a favor de la película siempre.
RNB: -En tu película de 2017, “Aterrados”, la presencia de niños también tiene mucho peso, hay algo de tu terror en relación con los niños, ¿no?
DR: Si (se ríe). En mis pelis suelen morir un montón de niños, pero bueno, es lo que me surge. Se nota más porque yo no tengo concesión con ellos. Si te fijas en la mayoría de las películas de terror hay niños y en casi todas se salvan o son los que se terminan salvando. En mis películas no se salva nadie o yo busco que no te veas venir lo que les va a pasar a los personajes, están todos en peligro.
RNB: – En cuanto a la presencia de animales, que en la película abundan mucho ¿Hubo algún desafío particular?
DR: De todo, cada vez que aparecía un animal era un desafío, sobre todo en esta peli que tienen que hacer cosas muy específicas con efectos especiales, y tenés que conjugar los efectos especiales con los animales, los animales con los actores. Esta película es un decálogo de qué hacer y qué no hacer con los animales. Hasta los animales que no hacen nada en la película ya eran un complejidad, qué se yo, había dos perros que solo estaban ahí dando vueltas pero ya era una complejidad. Pero en definitiva esos problemas terminaron dándole ese plus a la película que es el haberse animado a hacer algo tan arriesgado. Hemos crecido mucho en nuestro país, Latinoamérica, con las posibilidades que tenemos de filmar y producir. También ha crecido mucho la parte técnica, entonces hoy se puede hacer con un presupuesto más o menos adecuado una película que esté a la altura de una yanqui.
RNB: -¿Qué opinas de la situación actual del desfinanciamiento del INCAA? ¿Cómo crees que afecta esto a la industria de cine nacional?
DR: Bueno, es un ataque a la cultura y a nosotros mismos como argentinos. Es un golpe al colectivo de artistas que se va a ver reflejado con menos películas dando vueltas en el mundo y hablando de nuestra cultura. Es una pérdida para nuestra cultura y nuestra identidad como argentinos. Lamentablemente lo veo de muy mala manera, con poca expectativa de que se solucione con este gobierno. La industria, como todas, se está viendo afectada, recibiendo el golpe. Ojala se reponga, se supone que se va a reponer en algún momento pero el problema es el daño que causa, que es muy grande.
RNB: -Además de guiones de cine, ¿escribiste otros formatos, como cuentos o novelas?
DR: Sí, escribí un librito de cuentos y una novela que si sale todo bien en 2025 sale publicada. Estoy muy ansioso porque eso suceda. El libro de cuentos va entre el terror y el realismo mágico, historias fantásticas con mucho absurdo. La novela se llama “El viento rancio” y es una novela de terror en un futuro distópico, bastante violenta. Sí, la verdad es que me ha resultado lindo el proceso. Me gustó escribir literario, me gusta pero lleva más tiempo que escribir guión y como yo me dedico al cine prefiero escribir guión que es lo que más me sirve. Tampoco siento que sea mi metié lo literario, la novela, lo hago porque me gusta pero no siento que sea lo mío. Lo mío es escribir guiones.
RNB: -Vos escribís, tocás la guitarra en una banda de rock-metal (Pasco 637), y dirigís tus propias películas. ¿Qué es lo que más te gusta hacer?
DR: Fua, la verdad que siempre depende de la abstinencia que yo tenga de cada cosa (ríe). La verdad que dirigir me genera mucho estrés, creo que de todas las cosas es la que menos disfruto. Tocar la guitarra me gusta: ensayar con la banda, juntarnos a hacer nuestras canciones. Y creo que de todo lo que vos me decís lo que más me gusta es postproducir, que es cuando ya tengo la película filmada, ponerme a trabajar en el sonido, la música y la edición; es lo que más tranquilidad me da. Pero creo que cuando estoy sin filmar mucho tiempo extraño, y cuando estoy sin tocar extraño. Pero lo que me da más placer no lo sé, es una buena pregunta. Ojalá me siga dando placer todo al mismo nivel para seguir haciendo todo lo que hago.
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