Las adaptaciones quieren trasmitir en forma de arte algo original. Ya sea una forma de ficción a otra, alguna estética determinada, o algún sentimiento. Es por ello que “Basado En Hechos Reales”, nuevo disco de Carajo, está arraigado directamente al presente, a nuestra vida como argentinos, como seres humanos, y como parte de una sociedad en crisis.
La edición, que llega en forma de libro y con el audio de las canciones descargable a través de un código QR, sale a la venta el 12 de abril, y un día antes, el 11 de abril, desde las 16, la banda entregó los primeros ejemplares en persona, firmando las copias de los “carajeros”. El encuentro y firma de libros también será en Córdoba (3/05 en el Studio Theater) y Rosario (10/05, en lugar a confirmar).
Con una nueva etapa por delante, “Rock ‘N Ball” sostuvo una larga charla con el power trío en sus sala de ensayo. Marcelo “Corvex”, o “Corvata” Corvalán, Hernán “Tery” Langer y Andres “Andy” Vilanova nos recibieron y respondieron todo.
RNB: En un mercado que pide y pide, para ser originales, ¿hay que ponerse creativos más allá de lo musical?
TERY LANGER: La verdad que sí, todo el tiempo tenés que ponerte creativo si sos músico, porque es parte de nuestro trabajo y vivimos de la creatividad. Sin dudas cada vez es más difícil intentar no repetirte, porque naturalmente hay una condición humana lógica de repetición. Por un lado, lo dividís entre mantener una identidad de banda, que podría llegar a ser como reconocer en el grupo cierta cosa distintiva, y por otro, no querer caer en lugares tan comunes. Eso por el lado de lo musical. Para nosotros es muy difícil inventar algo y que digan todos ”ah que original que sos”. Lejos de eso, sí, para nosotros es importante encontrarnos en lugares musicales en los que no hayamos estado.
MARCELO CORVALÁN: Para todos es un poco una renovación de fe, de confianza, porque seguimos apostando en esta manera tradicional, de música, de banda, bien de tracción a sangre, de seguir sacando variedad de sonido a lo que es un trío. A veces cuando somos tres, nos las rebuscamos para seguir sacando cosas nuevas.
RNB: ¿En qué puntos sienten que fueron por afuera de lo que ya conocían en “BEHR”?
TL: Lo primero que surgió si mal no recuerdo fue el riff de “Denso”, una canción como esa, que tal vez es un tema pesado pero ese tempo, esa cuestión estirada, ya era algo diferente en nosotros. Cuando empezamos con las canciones siempre le ponemos un nombre cualquiera, pero en este caso le quedó “Denso” porque justamente porque suena con ese tipo de pesadez. No había canciones así en otros discos.
MC: El título del disco encierra todo de lo que fue un año, quizás más, pero mientras hacíamos el disco. Era la primera vez que escribo acá, mientras grabábamos o preparábamos cosas. Antes siempre era en un entorno más solitario, en mi casa a la noche, o macheteaba y después juntaba. Ahora fue agarrar cosas de todos los días, escuchar frases o pensamientos, y entonces eran ideas que tenían que ver con nuestra vida como banda, y como personas, como intentamos hacer las cosas, bien o con errores.
RNB: Sin dudas la gran apuesta del álbum es que dejaron de lado el físico del cd. ¿Cómo llegaron a esa decisión?
TL: Mientras íbamos componiendo, fuimos pensando en qué hacer, qué fabricamos, qué formato va a tener. No teníamos en claro qué íbamos a hacer desde el principio. Queríamos un disco disco corto. Diez canciones, no muy largo. Fijense en qué terminó. Lo mismo nos pasa con las canciones. Hay tantos procesos por los que pasamos cuando planeamos nuevo material que es muy complejo definirlo. Otras bandas se meten al estudio un mes o dos, componen, graban, y pum, salió el disco. Nosotros nos tomamos mucho tiempo en cada uno de esos puntos. Hay siempre un fantasma del “apurate”, al que tratamos de escaparle sabiendo que tenemos todo nuestro entorno controlando. Tener un estudio es un arma hermosa para jugar, para hacer algo realmente alejado de la presión. Aunque siempre hay presión porque no podés estar grabando un disco para siempre.
RNB: ¿La idea del libro en qué momento surgió?
TL: Pensamos que discos ya hicimos, hasta con lindos packaging, DVD con película también, nos quedaba un libro. Hasta que llegamos a definir cómo pasar de eso analógico que es el libro a la música digital, también pasó un tiempo, porque todo el mundo te pregunta “¿y el físico?”. Pero el cd es más de resguardo o de coleccionista, lo que significa el CD, a mí me asombra ese pedido porque la mayoría de la gente consume música a través del celular, o de una computadora, se “stremea” todo. Como somos independientes también sabemos que hay que evaluar dónde vas a poner la plata. Si tenía sentido fabricar un CD, porque era un gasto importante, o directamente meter todo en el libro. Entonces optamos por no fabricar el fisico y que la gente se lo descargue. Y ahí surgió la idea de hacerlo en diferentes calidades para bajarlo. Surgió la de alta calidad, que es como se masteriza, se pasa, en calidad de CD, para el que lo quiera quemar y escuchar al físico, y en calidad mp3. Ese año de proceso vino gente a sacar fotos, a filmar, queríamos tener registradas muchas cosas porque sabíamos que íbamos a necesitarlo. Quedó lo que quedó. Y Laila, la hermana de Andy, que es fotógrafa, tomó la posta de encargarse de la edición. Era algo que a nosotros nos resultaba lejano. Sin ella, esto no lo podíamos hacer.
RNB: ¿Y cómo creen que será la recepción del público?
MC: Sabemos que están los chicos atentos y esperando que les lleves lo mejor de vos, así que somos muy concientes de eso. No los podemos defraudar. Y eso no implica dejar de hacer lo que uno quiere para agradar, sino saber que estamos sacando el máximo, porque están fieles del otro lado.
RNB: Durante la grabación del disco también sufrieron un golpe grande, cuando se disparó la devaluación mientras planeaban el Luna Park. ¿Cómo se acomodan a esos cambios inesperados y externos?
TL: Lo promocionamos desde marzo, para diciembre. Y en el medio todo empeoró. Cuando pensamos en qué hacer, planeando un Luna mientras hacíamos el disco, en un momento se juntó todo. Invertir en el Luna, en el libro, tiempo y dinero. Estuvo ahí la charla para bajarlo, porque veníamos del show pasado en ese mismo lugar, que fue una bomba a nivel visual. Si teníamos que hacer ese show el año pasado, no nos daba la plata. Eso, en un punto, sienta un precedente que la gente vio un show zarpado, y la gente está esperando algo que le vuele la cabeza, genera una presión enorme también. En un momento pensamos, pantallas ya tuvimos todas las que quisimos en el anterior, redundar con eso era raro, por eso pensamos en ir para otro lado. En el medio muchas ideas se nos fueron cayendo por presupuesto también y estuvimos medio jugados con el tiempo pero salimos jugando igual. La idea inicial también era sacar el disco a fin del año pasado. Pero como la idea creció y se transformó en otra cosa, completamente nueva para nosotros, tuvimos que sentarnos y decir “no vamos a llegar”.
MC: En diciembre de 2018 la entrada tenía el mismo valor que tiene hoy el show de Pinar de Rocha. Es una locura. Y no es el precio que pongo yo, sino el mercado te va poniendo. Es un factor que, parece mentira, te obliga a hacer malabares en tu arte para dar un producto cada vez mejor y que sea igual de accesible para todos. Ahora parece que un recital es un lujo.
RNB: Atraviesan diferentes géneros, adyacentes al rock pesado ¿Hay algún miedo que sobrepasar?
TL: Es real, pero más que a salir del rock, existe el temor al que dirán. Nos pasó con los primeros comentarios del libro. Dijimos “Uh la cagamos, no hicimos un cd”. Estábamos convencidos pero sentís que podés errarle. Igual siempre te cuestionás. A veces te hacés mella de lo que la gente dice, es medio inevitable porque querés saber qué piensa, como llega lo que hacés. Pero no debería ser algo que a la hora de crear música te trabe. Porque de cualquiera manera van a decir algo. Opina, habla, hasta agrede. A la gente le gusta opinar, porque se sienten que son parte de algo con lo que te comentan. Sea bueno o malo. Siempre digo, no es el problema lo que decís, sino cómo lo decís. Siempre sin bardear podés decir lo que quieras, y no tenés por qué gustarle a todos. Y más allá de eso, en el vivo nos cuesta salirnos de género. Defendemos naturalmente cosas que están arraigadas al rock pesado. Nos gusta tocar eso. Ahí está el gusto personal. No veo que haya una necesidad imperiosa de ir por otro lado completamente distinto. Porque también tenés que sentirte cómodo al salir a tocar, eso entra en juego a la hora de componer y grabar. Las búsquedas son sonoras, pero quizás no musicales. Somos cautos, no solemos patear el tablero en ese sentido.
RNB: ¿Es el disco más arraigado a la realidad que hicieron en muchos años? ¿Se puede hacer un paralelismo con el primer álbum, que salió en 2001?
MC: No podemos quedar ajenos a la realidad, a lo que pasa alrededor nuestro. Es inevitable que una banda argentina no esté empapada de lo que sucede en el país. Lo bueno, lo malo. Todo mezclado en el mismo envase. En algunos casos hice un esfuerzo para tratar de no hablar de algunos temas, porque pensaba que era muy obvio, pero después no podía sacarme de la cabeza algunas cosas. Estoy indignado, necesito decirlo. Con lo de Santiago (Maldonado, mencionado en “Quién vendrá detrás”) pensaba todo el tiempo “pobre pibe, de ser un desconocido, es la cara de todos nosotros. ¿Por qué él solo? Dónde están los demás. Por qué no viajamos todos al sur a defender lo mismo, para decir “acá estamos todos, no es Santiago solo””. Porque Santiago somos todos. Siempre nos conformamos con un posteo, con una remera. Que boludos que somos. Un poco es irónico el título, “¿Quién vendrá detrás?”. Es como la picadora de carne de Pink Floyd, juega con esa ironía. A la vez mostrar cuánto hay de traición, que la persona que no tendría que estar ahí es la única que se planta. De como entregamos tantas cosas de nuestro país, de nuestra vida, esto de los mártires, inocentes, que nos han tocado tanto y que los ves llenando murales, pancartas. A esta altura me da bronca. La canción desahoga ese momento. No se podía cantar otra cosa.
TL: En “Odio” la letra repite varias veces en un mismo verso la palabra “corrupto”. Al principio lo sentía redundante, pero después entendí que era necesario. El concepto tenía que ser claro. Es nuestro propio mal, hablamos de corrupción, y está en todos lados, entre nosotros, no solo arriba. Tiene mucho de realidad, por eso justamente “Basado en hechos reales”. Había canciones muy catárquicas. Siempre tenemos canciones que expresan algo de los que se vive. No somos todo el tiempo así, pero nuestra manera de canalizar lo que nos pasa, es a través de las canciones. El metal, por la energía que tiene, te incita bastante a hablar de estas cosas. Es natural que te lleve a querer gritar, a hacer una catarsis.
RNB: ¿Qué sienten que hace falta para despertar?
MC: Es un click. Para mí, hay muchas cosas que está bien, sabemos de la conciencia de los militantes, y no desmerezco la militancia en sí. Es algo muy importante y creció mucho en estas últimas generaciones de jóvenes de 20 años en adelante. Pero tenemos que pensar en nosotros, en no cagarnos entre nosotros. No cagarle el paso al que va a laburar. El problema es con Macri, vamos todos a la quinta de Olivos, nos plantamos ahí y no lo dejemos salir hasta que nos solucione. Con Edesur, con Larreta, hagamos eso. Tenemos esa cosa equivocada de poner la energía en un lugar o una persona, y no afectamos en nada al que tiene que escucharnos y ayudarnos. Pareciera que nos la agarramos entre nosotros. No lo digo desmereciendo marchas, pero eso de juntarse en la plaza a hacer la batucada, el tuc tu tu tuc, y los políticos siguen haciendo las cosas mal. Nos quedamos girando en círculo. Que no se nos haga costumbre porque hoy es Santiago, mañana otro. Antes Santillán. Hay que tener cuidado con eso.
El 11 de abril, Carajo firmará los primeros ejemplares de “Basado En Hechos Reales” en The Roxy Bar de Palermo, desde las 16. Luego, en Córdoba el 3 de mayo en el Studio Theater y en Rosario el 10 de mismo mes, en lugar a confirmar.
Los primeros shows del grupo serán el 13/04 en Auditorio Sur (Temperley), el 19/05 en Pinar de Rocha (Ramos Mejía), el 4/05 en Studio Theater, Córdoba, el 11/05 en el Teatro Vorterix de Rosario y el 25/05 en Groove (Palermo, CABA).
Fotos por Estefanía Flores
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