La palabra que encuadra el show de Lo Pibitos en Vorterix es trabajo. Todo diagramado con un fin y llevado a la acción con una precisión que le permitió redondear 18 canciones en un espectáculo de 90 minutos, con más de una quincena de invitados incluidos. Las luces y visuales a la altura para cerrar un concepto, muchas veces ligado al último disco lanzado. Elepe están en la casa, vamos a ver que los que pasa.
Un instrumental de fondo y la potente voz de Felipe Herrera recitando una serie de frases de Facundo Cabral jugaron de introducción finalizada con una cita certera: “Si la historia es tan simple, ¿Por qué te preocupas tanto?“. Tom Bacigaluppi y Guido “El Dog” Ruggiero aparecieron a los saltos en la penumbra del escenario “Anda corriendo el rumor“, flamante corte de difusión de Lo Pibitos. La autobiográfica “Quién soy” y “Sabé” cerraron el trío del álbum En Espiral, que comenzó la lista.
Mientras sonaba “Mágico“, el staff ubicó tambores en el centro del escenario. Un corte abrupto dio el paso a la entrada de 12 músicos y cuatro bailarines de Afrorumba con Amanda Querales, cantante, a la cabeza. Una sección instrumental puso el foco en los invitados, que tuvieron un rol protagónico en distintas partes de la presentación. Aprovechando la variedad de cartas que posee en su mano el grupo de Villa Crespo, aprovecharon el momento para hacer la canción que le brindó el nombre al disco lanzado en 2018, con el agregado de las rimas de A.B.R.E. tal como sucede en la versión de estudio. El calendario retrocedió unos años para que suene “A punto caramelo” seguida de la positiva “El ritmo de la vida“, de las mas coreadas.
Ante un marco desfavorable en lo económico, cortar más de 1500 tickets se agrega a la lista de méritos. “Un aplauso para ustedes por agotar la fecha“, mencionó uno de los integrantes a modo de agradecimiento. En esa especie de todo-terreno musical que se presenta como Lo Pibitos aparecen en un lapso de 10 minutos tres caras distintas. Un rock desafiante que invita a sacudir la cabeza como “Todos hablan“, una canción que supo ser instrumental y fue presentada como “Levantate y anda” y una versión íntima de “Hay un lugar” con Dog e Infinito en un estilo de zapeada. Pablo Vidal, saxofonista de El Kuelgue, fue invitado para “El cielo espera” cuando se cumplió la hora de show.
Como dignos maestros de ceremonias, Ruggiero y Bacigaluppi manejan los hilos y ponen en sus manos a sus seguidores. Como frutilla del postre aparece A.B.R.E. como invitado en algunas canciones que completa el triángulo de voces. “Está en ti” tuvo la conexión más fuerte entre estos tres y su público, por momentos poco demostrativo. Las luces del escenario se apagaron y, a pedido, el lugar se iluminó con los flashes de los celulares que sirvieron de impulso para que los tres MCs salten las vallas y se metan en el medio de los presentes. Como un eco se agacharon para la esperar la explosión instrumental de la canción y unirse en pleno salto con su gente cuando la banda llega al clímax del tema con las decenas de luces agitándose en Vorterix.
Pegada al cover de “La Rubia Tarada” de Sumo se hizo sentir la energética “Nada que ver” cuando la noche pisaba las 22:30. Sin mucho aviso ni falsas despedidas por parte de la banda, la lista indicaba que era el ultimo sprint. El ex bajista Juan Giménez volvió por un rato al grupo para reemplazar a Maria Alicia Zoppi en “Yastá” que decantó en el outro de En Espiral usada en la función como cierre del espectáculo. El plus fueron todos los invitados de la noche en el escenario bailando e improvisando comandados por el grupo de percusión hasta que el telón se cerró, entre abrazos y ovaciones para Lo Pibitos.
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