La visita de la banda fue una sorpresa. “One Of Us Is The Killer” salió en el 2013. Si bien la banda tuvo este disco y muchos motivos más para visitar la Argentina antes, eligieron esta gira para hacerlo por primera vez.
El recital comenzó a las 18 con las bandas Coralies, Clay y Cashate. The Dillinger Escape Plan subió al escenario pasadas las 21:00, no necesitaron mucho preámbulo, como tampoco escenografía, solo una gran pantalla que con cada canción acompañaría con imágenes alusivas el desenfreno de las canciones y a uno de los frontman más histriónicos del metal.
Claramente los fans de TDEP sabían con que se iban a encontrar, por suerte esto fue más. La banda oriunda de New Jersey dio un show más extenso de lo esperado y si bien tocaron buena parte de lo que representa su último disco, recorrieron lugares del pasado como la canción “Panasonic Youth” de su segundo disco “Miss Machine” (2004).
La banda comenzó con: “Prancer”, “Milk Lizard” y “Room Full Of Eyes”. La triada elegida para el inicio del show fue un uppercut para el público, que no tuvo pensado parar ni un segundo, ni ellos, ni los TDEP. El minuto a minuto fue intenso. La banda, formada actualmente por: Ben Weinman (guitarra), Liam Wilson (bajo) Greg Puciato (vocalista), Billy Rimer (batería, percusión) derrochaba energía sobre un escenario tan bajo y cercano a la gente que se mimetizaban sin problemas. Incontadas veces el guitarrista Ben Weinman terminaba sobre la gente, saltando de un lado al otro, o haciendo piruetas mientras rebotaba de un amplificador al escenario.
Por supuesto que Puciato no se quedó atrás. El cantante que paso del rojo al bordo en su cara, ponía cada vena de su cuerpo al máximo, con los gritos y canciones. No decayó en ningún momento. Mientras el pogo era constante con un perfil más bajo pero no menos activo, el baterista Billy Rimer le dio a los parches de manera agresiva y precisa para justificar aún más lo que los define como una de las bandas que llevan adelante el mathcore.
Ya con una burbuja significativamente grande, entre los asistentes y el pogo constante, el cantante pidió más y la audiencia obedeció, así entre saltos y descontracture el final se avecinaba. Pero la banda no estaba decidida a irse con “When I Lost My Best” aunque el video de las muñecas aplaudidoras indicara lo contrario.
Fue una pausa, breve pero temida. Ya había pasado la hora y media de show, pero nadie estaba con ánimos de retirarse. La revancha fue con “43% Burnt” de su primer disco de 1999 “Calculating Infinity”, un guiño para los fans más antiguos y una sorpresa para los más nuevos, que termino con Puciato colgado del techo literalmente, balanceándose de un lado al otro, entre el alarde de su fuerza y locura, miró al público y aviso que se tiraba. El cantante termino zambullido entre la gente, que estaba feliz y satisfecha. Si algo queda por decir del show es que podrían visitar Argentina de nuevo, nadie diría que no.
Fotos gentileza C Baggins para In The Flow Press (Muchas gracias!)
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