Sara Hebe fue reconocida como la mejor rapera de Argentina, y no caben dudas de que lo es. Con una lista de 31 temas, sin respiro y con una energía incesante, logró poner de cabeza el Teatro Sala Opera junto a Ramiro Jota en el beat.
La velada comenzó tranquila con “Historika”, pero se fue acelerando con versiones mucho más bailables y pogueras (¿quién dice que no puede haber pogo en un recital de rap?) de sus canciones más conocidas. Le siguieron “Un cambio”, “Los golpes”, “Jeni” y “Desesperada”.
Además de romperla en lo que hace, Sara Hebe le rapea a las injusticias. En el escenario, al principio y a lo largo de su show, sostuvo junto a ella el pañuelo verde del aborto legal, la bandera del orgullo LGBT, y una remera del Olga Vázquez, centro cultural de la ciudad de las diagonales que va por la expropiación definitiva. Su show continuó con “No hay más”, “Cacho” que invitó a su público a hacer vibrar el piso del teatro, y “Ecosistema”.
“Otra vez”, “Esa mierda” y “La vida no”, fueron interpretadas en versiones mucho más arrebatadas que las de estudio, subiendo el nivel de energía a tope, mientras que “Las rastas de mi barrio” y “No puedo” permitieron bajar a tierra y disfrutar de la voz y el mensaje de las letras de la artista.
Para la siguiente canción Sara hizo un pedido especial, el de que todas las mujeres fueran para adelante y los varones se quedaran atrás, además pidió justicia para las lesbianas, travestis y transexuales, e interpretó un cover de “I follow” de Lykke Li.
Le siguieron “Ríe”, “Normal”, “Desarmate” y “Nunca digas nunca”, canción original sobre el documental con el mismo nombre, sobre los desaparecidos en la última dictadura cívico – militar y los casos de gatillo fácil. “El pedido” y “Por favor” continuaron en la lista para dar lugar a una improvisación que dejó a todo el público con la boca abierta y terminó en “Vuelvo a Boedo”.
Sin descanso alguno, el show prosiguió con la conmovedora “Kevin”, canción dedicada a Kevin Molina, de 9 años, asesinado en Villa Zavaleta, en una balacera entre dos bandas narcos. “El juego de la luna” y “Pucha”, el último corte difusión de Sara, pusieron de nuevo en movimiento al teatro, con melodías muy agitadas, como la gente que no podía parar de saltar al son del rap.
Llegó el momento de bailar, y Sara lo anunció con su gorra que contenía la leyenda “Cumbia”. “Tuve que quemar” sonó en una versión mucho más cumbianchera, y como no podía ser de otra forma le siguieron “El marginal”, tema cortina de la serie con el mismo nombre, y “Asado de fa”. La melancólica pero de ritmo alegre “Ho!” y “Vagaboom” se encargaron del cierre de este momento con un gran pogo.
Ya hacia el final del show Sara se encargó de pedir “Libertad para Higui”, una mujer presa por defenderse de ser violada entre 10 hombres, así como de aconsejarle a su público que se cuide de la policía. “Viajada” y “Lujo popular” le dieron la despedida a la gran artista con el canto a viva voz de toda su gente y las ganas de que toque, aunque sea, una más.
Sara hace más que solo música. Se preocupa por las luchas de los grupos invisibilizados, las visibiliza, las pone sobre el escenario, canaliza toda su energía y su voz, y transmite el mensaje. Esperamos que vuelva pronto a La Plata para darnos otro show cargado de talento como de actitud.
Fotos de Flor Dakuyaku
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