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MUSTAFUNK, ENTRE EL POGO Y EL BAILE EN NICETO

Mustafunk, la banda de Funk Rock oriunda de Paso del Rey llegó nuevamente a Niceto, pisando firme en el escenario local. En el oeste sigue estando el agite, y hoy viene cadereando a ritmo funky.

La fusión musical es una de las características más interesantes de ciertas bandas del under local: entre otras Huevo, Militantes del Climax, Mustafunk. La banda formada por Agustín “el Turco” Marinelli  en guitarra y voz, Agustín Pettinato en el bajo, Camila Marinelli en la batería,  Martín Pedernera como voz y Serafín Rodríguez en la guitarra, se funda sobre la propuesta de fusionar el funk movedizo y el rock pesado, y la saca a relucir  -por ahora-  lejos de la escena masiva.  El rock nacional es una maquinaria que no se detiene, se renueva constantemente con el aire de propuestas nuevas y otros tipos de público.

Los Mustafunk llegaron a Niceto con un as bajo la manga: Lados G, su último disco, lanzado por plataformas digitales. Es la combinación de temas que quedaron fuera de sus discos anteriores, Salpica (2013) y Laboro chamanik (2016). No son material de descarte, pero es cierto que quizás quedaban un poco fuera de tono. Estos temas “garza” (el reemplazo más recatado de “garcha”) no son menores: hay hitazos pegadizos, letras coreables. Es cierto, puede sonar a rejunte variado, y no hay un eje que articule todas las canciones. Pero no bajan en calidad musical y suman al repertorio.

El show se anunciaba puntual, y cumplió. Los encargados de romper el hielo de una noche muy fresca fueron los Virtual Frizz, un power trío que rápidamente llamó la atención del público. Como en su momento llamaron la atención de La Renga, que los invitó a telonearlos en el 2013 para festejar sus 25 años.

La banda está formada por Lucio García Jurado (voz y guitarra), Andrés Díaz (bajo) y Enzo De Luca (batería). “Suenan, eh” le decía un pibe a otro, mientras adelante algunos animaban un pogo. El clima se acaloraba y la banda superaba la expectativa de telonera. Hacia el final, un personaje enmascarado toma el micrófono: es Martín Pedernera cantando un tema del nuevo disco de los Virtual, que se lanzaría al día siguiente,  De los gigantes.  La frontera entre ambas bandas empezaba a desdibujarse.

Cuando Virtual Frizz se retira de escena, Niceto no deja de recibir oleadas de gente hasta colmarse. La noche estaba en su punto cuando aparece Mustafunk con Salpica, Ruidos del parlante y Monos. Como los inicios de sus discos, el show arranca intenso.  Si se había pensado el fondo del público como refugio del pogo, se había cometido un error. Ningún espacio de Niceto estaba a salvo de tener al menos un grupo reducido llevando el ritmo a los saltos, bajo la dirección del pogo masivo frente al escenario.

Las puertas del escenario se abrieron para recibir al primer invitado: Pablo Rodríguez de Hispanoparlantes, banda presente en “Laboro Chamanik”. Suena Opera con su solo de flauta traversa.

Después iba a llegar la presentación del primer tema garza de la noche: Sorete. Aunque desconocido para el público, acompaña con el lenguaje universal: el pogo. Siguió Disney in ice, el tema instrumental más coreable de la noche. ¿Su secreto? Una orquesta sinfónica colándose en una guitarra funky, un riff hecho de una melodía conocida por todos, aunque quizás no tanto como su nombre original. Es The Hall of the Mountain King del compositor Edvard Grieg.

También de Hispanoparlantes, se sumó el histórico guitarrista Guillermo Arromo. Con él, el espíritu del Flaco sobrevuela Niceto mientras hacen la versión de Cementerio Club de Pescado Rabioso que grabaran también en este último álbum. El solo impecable y el público cautivado en la hipnosis psicodélica escribieron un capítulo aparte en el show.

Un punto y aparte, pero coherente con la tradición en la Mustafunk trabaja: proponen algo nuevo sin olvidar de dónde vienen. Luis Alberto Spinetta aparece como una influencia casi fundamental en su música. Incluso “Lados G” tiene otro homenaje, una versión de Bajan, que quienes escucharon el disco antes del show se quedaron con las ganas de disfrutarlo en vivo.

Después de despabilarse con aplausos, el coro que se escuchaba desde el público los inscribe en otra tradición del rock: “Uoooo vamo’ Mustafunk, Mustafunk, Mustafunk, vamo’ Mustafunk”. Las tres sílabas del nombre calzan perfecto y escapan de los nuevos bautismos que el público se inventa (“vamo’ losredó”).

Para volver al ruedo, sigue un salteado de discos. Suena Afuera de “Salpica”, Chopha de “Lados G” (con Daniel Fontanet como invitado) y Mambo negro de “Laboro…”.  El ritmo sigue en alza, hasta un breve freno inesperado. Se miran como sin saber qué tocar, qué sigue en la lista. ¿La leyeron mal? Ya habían avisado que en shows anteriores le pifiaron. A espaldas de Martín, el Turco empieza a puntear. Como quien no quiere la cosa, arranca una versión funky  y potente de Dale! de Catupecu Machu.

Más invitados a la fiesta: ahora, Virtual Frizz. Sí, toda la banda con sus instrumentos. Dos baterías, dos bajos (que no tocarían la misma base), tres guitarras. Un quilombo hermoso, “Mustafunk versión full charged”, dijo el Turco mientras se acomodaban. Si el show parecía intenso, se abría un nuevo nivel de potencia musical con uno de sus temas más pesados, Sapo rey.

Las cabezas que no están saltando, se agitan sobre el cuello siguiendo el ritmo invasivo. No eran dos bandas fusionadas sino una comunión de músicos (y música) rockeandolá. Siguió No me mires y enganchado a él, un cover de Always on the run del gran Lenny Kravitz, subtitulado a su propio idioma como hicieron en el Niceto anterior con Uptown Funk de Mark Ronson y Bruno Mars. Y como también hicieron esta vez con la versión de Aquella solitaria vaca cubana de Los Redondos, cambiando “vaca” por “garza”. Con este tema se despidieron los Virtual, prometiendo hacerse más lugar en la escena.

“Carlos ¿vos estás bien? Es lo único que me importa”, dijo Pedernera hablándole a Carlos Nolan, sonidista de Mustafunk que debió haber transpirado lindo para sostener la potencia sonora de las dos bandas juntas, porque el resultado fue excelente.

Todavía había energía para más. “Va otro de los Lados Garza para que cuando se vayan de acá tengan ganas de escucharlo”. Y tocaron Sac Wilde un tema al principio de rock pesado (para Zakk Wylde, gran guitarrista que supo acompañar a Ozzy Osbourne) que después vira a un costado más jazzero y volantea para volver.

En Turviolencia, el cierre de la noche, salta a la vista una característica que puede rastrearse en todo el show. Si suena más funk, el negro Pedernera caderea con un swing envidiable. Si suena rock, se para firme sobre sus pies y pega martillazos frenéticos al aire con ambos brazos. Verlo variar de un movimiento a otro en una misma canción, además de ser todo un espectáculo, ilustra a la perfección el espíritu de Mustafunk.

Fluir en la música, desatender los límites de los géneros,  subirse a un escenario con el mismo disfrute que tendría una zapada casera pero potenciada por la energía de un público energético. “Si no fuera negro sería rock and roll”. Por suerte sí es negro, y Musta es mucho más que rock and roll.

[su_spoiler title=”Lista de temas”]
Salpica
Ruidos del parlante
Monos
Opera
Sorete
Fever
Disney in ice
Pelado
Yogurt
Cementerio Club (Pescado Rabioso)
Afuera
Chopha
Mambo negro
Ciudad Albinogolpica
Mares de baba
Abrazo diente sueño
Dale! (Catupecu Machu)
Lewis

-Con Virtual Frizz-
Sapo rey
No me mires
Always on the run (Lenny Kravitz)
Aquella solitaria vaca cubana (Patricio Rey y sus redonditos de ricota)
——-
Sac Wilde
Turviolencia
[/su_spoiler]

Por Triana Obregón

Fotos por Grizzly FV

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