El piso de Niceto 5510 sabía desde temprano que esa noche iba a crujir. La temperatura en la calle obligaba a buscar calor. Adentro, por el contrario, subía la térmica a medida que se acercaba la hora. Mustafunk esperaba hacía meses el momento en el que el telón se abriera y eso sucedió cuando se hicieron las 21.30 y al ritmo de “Sapo Rey” los micrófonos inauguraron el festejo funky.
Martín Pedernera en la voz, Agustín “Turko” Marinelli en guitarra y voz, Camila Marinelli en batería, Serafín Rodríguez en la primera guitarra y Agustín Pettinato con el bajo, todos en una perfecta y aplanadora sintonía. “Laboro Chamanik” siguió sonando con “Monos”, “Turviolencia”, “Laboro Chamanik” y “Ruidos del parlante”. A esta altura, el pogo era denominador común en cada tema. Luego sonó “La venganza de Ahmed”, de “Salpica”, primer trabajo de la banda.
“Queremos equipos con las perillas pasando el número 5”, había anticipado Pettinato. Así fue, durante dos horas el groove se expandió por todo el ambiente. Las guitarras de Serafín y el “Turko” se encargaron de llegar hasta el fondo de los oídos. “Pimp my Ride”, “Afuera”, “Yogurt” y “En tu mirada” trajeron ánimos de funk a la noche. Entre temas, hubo quienes halagaron al bajista al grito de “aguante el chupín de Petti”, llevaba uno de color rojo con ganas. “Ciudad Albinogólpica” con vientos, timbales y congas continuó el repertorio para bajar un poco el tempo. Pablo Rodríguez de Hispanoparlantes subió para seguir con “Opera”, “Torbellino”, “Fever” y “No me mires” enganchada con una versión mustafunkera de “Uptown Funk”.
Para seguir golpeando el piso vino un triplete de su flamante álbum con “Un pensante”, “Mambo Negro” y “Tiro feliz”, con Gabriel Fontana en los teclados. El show cargaba de sonido el pecho de todos los presentes. Cuando algunos creían que se terminaba la noche llegaron los Hispanoparlantes para hacer “Lo esencial y cono”, un tema poderoso de 15 minutos de percusiones, bajos y vientos bajo la voz de Pablo Rodríguez. “¿Les quedó claro?”, sentenció el “Turko” Marinelli cuando terminó la canción.
En el final todo se calmó, Mustafunk comenzaba a despedirse con una versión lenta y psicodélica de “Cementerio Club”. El público no pensaba irse, la banda tampoco, y querían dejar el lugar temblando. “Delirios” hizo crecer el pogo de despedida, los oídos quedaron sentidos y cargados de rock. “Gracias por venir a todos, increíble”, cerró la voz de Martín Pedernera.
Por Juan Piterman
Fotos por Sofi Vara Fotografía para Rock And Ball
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