A comienzos de los noventa, Alejandro Lerner y Carlos Mellino cantaban “Juntos Para Siempre”, una canción que fue la banda de sonido de La Banda Del Golden Rocket, un programa que fue el envión para muchos actores como Diego Torres, Adrián Suar, entre otros, y que también hizo llorar a moco tendido a más de un curso de egresados.
Ese contexto de melancolía, alegría y una mezcla de emociones como ingredientes de una receta vivieron anoche los seguidores de Guns N’ Roses con la vuelta “parcial” de la banda en el show secreto del Troubadour, pero principalmente con Slash y W. Axl Rose pisando el mismo escenario luego de casi 25 años, cuando lo hicieran por última vez la noche del 17 de julio de 1993 en la cancha de River Plate.
Las calles de Hollywood se vieron revolucionadas cuando se supo finalmente que el show secreto del que tanto se había hablado no era una joda por el día de los inocentes (April Fools Day) sino que habría 500 entradas a la venta a 10 dólares cada una, que por supuesto volaron en minutos. Además, inauguraron una especie de “museo gunner” en Tower Récords con souvenires, indumentaria y material de la época de oro de la banda nacida en 1985.
También este concierto sirvió para terminar con el misterio del baterista: Si bien Steven Adler, batero original del grupo, estaba en el recinto junto con otras personalidades como Lenny Kravitz, Nicolas Cage, Jim Carrey y más, el que se hizo cargo de los parches fue Frank Ferrer, el moreno que hace varios años que tocaba junto a Axl. La “sorpresa” fue la inclusión de Melisa Reese en teclados en lugar de Chris Pitman. De modo que la alineación de Gn’R que salió a escena fue Axl Rose en la voz, Duff McKagan en bajo, Slash y Richard Fortus en guitarras, Dizzy Reed y Melisa Reese en teclados y el mencionado Ferrer en la bata.
Tanta era la expectativa que la gente se agolpó afuera del Troubadour para espiar y poder ver cualquier detalle de la vuelta por más mínimo que sea, tanto que hasta el camión autobomba hacía sonar “Nightrain” a todo volumen. El reloj marcaba las once de la noche de Hollywood cuando la otrora “Banda más peligrosa del mundo” volvía a tocar en vivo. Las primeras canciones elegidas fueron “It’s So Easy” y “Mr. Brownstone”, incluidos en su LP debut “Appetite For Destruction” (1987).
¿Sorpresas? No hubo lugar para tantas pero fue la primera vez que Slash tocó “Chinese Democracy” y “Better”, incluidos en el postergado lp que Axl lanzó en 2008. De las viejas canciones, “Double Talkin’ Jive” y “New Rose” fueron las “rarezas” de un show que terminó con “Nightrain”, “The Seeker” (cover de The Who) y la clásica “Paradise City”.
La presentación de anoche es la consecuencia de una movida marketinera que hizo que todo el mundo del rock pose sus ojos en ellos y sirva como envión para el Not In This Lifetime Tour, la gira que tiene sus primeras paradas el fin de semana próximo con dos shows sold out en el T-Mobile de Las Vegas y que se extenderá por todo el territorio norteamericano a lo largo del verano.
Si bien existía el pedido expreso de no poder portar celulares ni cámaras de ningún tipo para el show de anoche, varios fanáticos se las ingeniaron para filtrar varios instantes y la magia de la internet los hizo llegar a cada dispositivo de todo el mundo y vivirlo como si estuvieramos allí.
Pasó mucha agua debajo del puente y se hablaron muchas cosas pero como canta nuestro cantautor Axel, sí el que nació en Rafael Calzada, “todo vuelve” y la dupla Slash y Axl Rose no iba a ser la excepción. No creemos que hayan terminado el show cantando como Alejandro Lerner “Una vez más, buscamos este nuevo encuentro, la misma libertad de ayer, de nuevo a jugar, La misma sensación, el mismo sentimiento de amistad”, pero ¿por qué no imaginarlo? si muchos de los más jóvenes no habían ni soñado con verlos volver. ¡Bienvenidos a la jungla!
Felicitamos (y agradecemos) a Guns N’ Roses Sudamérica, Slash Perú y SlashArg por la cobertura y el material.
Comentarios