En el árbol genealógico de Divididos, Eruca Sativa consigue aplanar cabezas. Quizás más “funkie” que el power-trío de Hurlingham, pero con el mismo power. Todo nace en la violencia y prolijidad con que Gabriel Pedernera le pega a los parches, el virtuosismo de Brenda Martín, que quizás no necesita moverse mucho para transmitir tanto y en Lula Bertoldi, guitarra, voz y actitud de la banda. Una actitud que, como la banda, no pide permiso. Va al frente. Y obliga a prestarle atención. No hay manera de ver a Eruca Sativa sin ver. Uno quiere saber de donde sale esa maquinaria de rock, violas, bases de bajo y parches endemoniados.
Otros, los ya fanáticos de la banda van a verla al “Vorterix” con una premisa: jamás saldrán defraudados. Es que Eruca podrá tocar mucho, poco o nada, pero nunca sonará que lo hizo porque sí. Lo dijo Lula en una parte de su dialéctica con la gente: “Seguimos sintiéndonos como el primer día, como el primer show. Siempre”. Y eso se nota. Trasluce. Se deja ver en los temas lentos, se deja ver en los temas que arrancar cabezas de raíz e incluso en esos temas que Eruca se permite “bailar” sobre una base funkie-disco como “El Balcón”, generando lo mismo en los presentes.
Pasó un gran tiempo desde aquella presentación de “Blanco” en el mismo recinto. Hoy, la puesta en escena es más simple. Músicos, instrumentos, algunos juegos de luces y unas columnas que también alternan. No hace falta más, porque, como si fuera poco, “Blanco” suena más cristalino. Los temas masticados, por la gente y por la banda, hacen notar el proceso que el disco lleva. Ya fluyen, ya son de todos y así suenan, el tándem “Desdobla” (con aires Grunge) y “El Genio de la Nada” que se nota que todo está recontra aceitado.
“Mi canción” y “Calma” fueron los puntapíe iniciales de una noche que iría en otra tónica completamente distinta. “Paraíso en Retro”, “Desátalo” (ganando lugar en el set list mucho antes), “Tu Trampa” y “Quemas”, fue el poker que encendió definitivamente al Vorterix, con los temas procedentes de “La Carne” y “Es”, sus dos primeros discos.
“Antes que vuelva a caer” bajó los decibeles, pero es un tema que es capaz de transportar a la masa, llevarla, hacerla levitar sobre la letra tierna, la música cruda y los matices que terminan de hacer de ese cúmulo de sensaciones un temazo. No es el único que tiene vida propia. “Para que Sigamos siendo” es otro ejemplo.
Para el cierre del show dejaron una seguidilla de temas que no bajó jamás las pulsaciones por minuto en el lugar. “La Carne”, “Agujas”, “Magoo”, “Fuera o Más allá” y “Queloquepasa”. Como dato curioso, hay que remarcar que la banda tocó sus 25 temas de manera ininterrumpida, sin lugar para los bises ni para respirar. No hacía falta. La música era todo lo necesario, como cada vez que Eruca toca en donde sea y cuando sea.
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