La noche del domingo que podría ser muy deprimente, teniendo en cuenta que éste en particular era el fin de un feriado puente, y en esas ocasiones el día pre lunes pega más, no lo era para las almas que se dirigieron a Groove a disfrutar del último recital del 2016 de El Bordo, esa banda barrial que hace ya varios años transita escenarios sin parar.
El calor era notable y poco a poco el aire se iba haciendo más espeso al ingresar el público que llenó por completo el lugar de Palermo, pero las ganas de disfrutar de una gran noche eran enormes y podía mas que las altas temperaturas.
Los chicos de 5ta del Lobo fueron los encargados de ponerle primera a la noche a las 20:40 cuando poco a poco la gente iba llegando, la banda realizó una muy buena participación con canciones de un tinte similar a las de la banda que los iba a proceder, y con todos sus integrantes en la misma sintonía musical. La gente al final se iba copando y acompañaba el trabajo de la banda soporte.
Así fueron despedidos entre aplausos 45 minutos después, luego de un buen show, para ya darle el lugar a los bordolinos que deseaban ver al grupo protagonista de la noche. El comienzo llegó a las 22 hs clavadas, cuándo todos los integrantes irrumpieron con una energía arrolladora que no tardó nada en ser contagiada al público. Ale Kurz: voz y guitarra, Diego Kurz: guitarra y coros, Leandro Kohon: armónica, Miguel Soifer: batería y percusión y Pablo Spivak: bajo, se hicieron presentes y la fiesta no abandonó más el lugar.
La lista fue una mezcla de los temas más nuevos y de los clásicos “porque como es diciembre, podemos hacer algunos de los temas de antes” se anunciaba, y claro que absolutamente nadie se negó, y todos estallaron cuándo temas como “Quiero ver”, “De Vuelta al Juego” y “El carnaval de la eterna tristeza” coparon la noche y los corazones de su gente. El grupo guiado por Ale Kurz fue un torbellino, una actuación con constante movimiento en cada uno de los temas, y plagada de saltos y arengas para mantener la energía, no parando un segundo de dejar todo sobre el escenario aún con el calor que no daba tregua. Musicalmente no hace falta decir mucho, ya que hace tiempo demuestran una solidez y una entrega notables, que permite que en cada presentación las canciones salgan más aceitadas y su tarea sea cada vez más potente.
El show fue un repaso perfecto de la discografía de la banda “El día no me avisó”, “Desaparecer (parte II)”. “Volando” un tema lento que baja las revoluciones y aumenta el sentir de la gente al entonarlo, “Noche extraña” y “Los perdidos”, todas estuvieron pintando el momento con la dosis de nostalgia y adrenalina exactos para que la fiesta sea constante y no se detenga nunca durante las más de dos horas de show.
En el público se podía ver en cada momento y mirando en cualquier dirección el pogo con las banderas flameando, y el agite típico que ni el agobio del lugar pudo detener, las sonrisas eran la marca común de todos, y la música era el punto de reunión para cada uno de los presentes.
El agradecimiento de los músicos para con “los perdidos”, como así mismo se hacen llamar los seguidores, es notable y por eso la lista fue a pedir de lo que ellos sabían que su público ansiaba cantar una vez más antes de cerrar el año. Un muy buen año para la banda, que hace un tiempo se instaló definitivamente como una de las más fuertes del circuito local, y que a fuerza de trabajo y un público fiel que lleva sus letras como bandera se encarga de reafirmarlo constantemente.
Promediando la noche llegó el turno de cumplir con la tradición bordolina, la que quiénes asisten a cada despedida de año conocen y respetan a rajatabla. La canción bonustrack que no está en ningún álbum pero que los seguidores y la banda conocen como si lo estuviera: “Rocanrol hepático” comenzó y confirmó así que el año ya era historia, y mientras en escena había varios Papá Noel y se revoleaban remeras al campo, una vez más se seguía con el ritual, uno más de la noche, que ya estaba cumpliendo con todo lo que se esperaba vivir.
Pero algo que no estaba en planes, aunque se sospechaba, fue el estreno en vivo de “Corazones perdidos” lo nuevo del trabajo que se viene en marzo, la gente ansiaba escucharla, pero no todos sabían la letra de principio a fin, y por eso su cantante tomó la posta e hizo un pequeño “calentamiento previo” cantando a capella dos veces el estribillo, porque si la gente no acompaña no es lo mismo. Y así fue la primera vez de esta canción que tuvo una buena repercusión desde su estreno, otro regalo más para quienes estuvieron en Groove. Lo mismo sucedió con “Deporte Nacional“, que abrió el show y se escuchó por primera vez en vivo luego de ser subida por un seguidor a Youtube en el transcurso de la semana previa al recital.
El final llegó pasadas las 00 del lunes, pero en ese lugar eso no era un problema porque la noche seguía regalando canciones, y claro que hubo tiempo para cantarle el cumpleaños entre todos a la voz de la banda, Ale Kurz, que fue entonado con alegría y regaló un gran momento en la cálida noche. Al instante posterior le dedicó “Cansado de ser” a la madre porque, según él: “Soy el cumpleañero y puedo hacer lo que quiera”, entre risas. La última parte empezó a transitarse con “Instinto” seguida por un descanso necesario para el último tramo que presentó el encore de “Soñando despierto” , “En la vereda / El viejo”, y el cierre de “El regreso”.
El Bordo puso fin a su año de la mejor manera, con su gente y con la sana costumbre de regalar una fiesta en cada uno de sus shows. Por la cantidad de gente que quedó fuera del recital, el próximo 7 de enero habrá otro en el mismo escenario, para que la despedida no sea tan larga, y especialmente para que el regreso sea lo antes posible.
Fotos de Cinthia Anabella
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