Como ya es costumbre, y como no podía ser de otra manera, los seguidores de la banda comenzaron a llegar desde temprano a las inmediaciones del Anfiteatro Municipal de Villa María, lugar en el cual, al caer la noche, se iba a desatar una fiesta cargada de emoción y amor.
La costanera fue el lugar elegido para la previa del show, donde no faltaron la cerveza y el fernet a la orilla del lago, disfrutando así de un día de sol entre amigos que comparten una misma pasión.
Las puertas se abrieron cerca de las 19:00hs y la gente de a poco fue colmando el lugar. Para calmar la ansiedad de los fanáticos, Algún Barullo calentó la previa y las tablas para dejar todo listo para que la banda de Patricio Fontanet diera inicio a lo que sería una gran velada. El calor se hacía sentir, las birras pasaban de mano en mano, los pibes ya sin remeras, y algunas chicas también, empezaron a lucir los tatuajes. Más allá del calor, los abrazos se hicieron presentes, entre amigos, viejos conocidos y hasta entre desconocidos; la gente se sentía en familia, esa era la sensación.
Cerca de las 22:00hs, las luces del escenario se apagaron y la adrenalina le ganaba a muchos que no paraban de saltar y agitar. Así, en ese contexto comenzaron a salir al escenario los músicos. El último en aparecer fue “Pato” Fontanet y con los primeros acordes de “Misterios” la gente desbordó de la emoción. Les esperaba una larga lista de temas, con viejas y nuevas canciones, pero con la misma esencia de siempre. Casi sin respiro continuaron con “Vaivén” y “Puede”. “Buenas noches Villa María” gritó Pato y la respuesta fue igual de eufórica como todo lo que se estaba viviendo. “Un lugar perfecto” y “Acordate” manijearon un poquito más a los fanáticos, que entre tema y tema, alentaban a la banda.
Párrafo aparte para la escenografía, el arte de “Casi Justicia Social” recorría el largo y ancho del escenario, y en las pantallas gigantes también. Telones con un gran desierto pintado. Un reloj de arena inflable en el medio y fondo del escenario que en los últimos temas fue reemplazado por el gran león que se mueve de un lado a otro, nos dejaban anonadados a todos. El arte en todas sus formas fue uno de los grandes ejes de la noche.
Una fiesta que arrancó bien arriba, tenía que continuar de esa manera. “Guiños”, “La llave” y “Vasos sin fondo”, sonaron uno tras otro, con imágenes ilustrativas en las tres pantallas. Las banderas flameaban de un lado a otro mientras Don Osvaldo estaba presentando su primer disco. Las canciones hablaban por si solas, no se necesitaba mucho más para entender lo que estaba sucediendo. essay writers “9 de julio”, “Algo peor, algo mejor” y “El Nudo” dieron el puntapié para un pequeño corte, y un respiro para los fanáticos que agitaron del minuto cero.
“Ángel de Fournier”, “El reto”, “Ojala se los lleve” y “Mis latidos” dieron inicio a esta segunda parte. A los músicos se los veía disfrutar, jugaban entre ellos y con el público y eso se transmitía de una manera inexplicable. Todo era fiesta. “Ilusión”, “Guarango”, “Alma”, “Presión”, “Dos secas” y “Desierto” siguieron en esta lista interminable. Llegó el momento del segundo y último corte.
“O no”, “Tanto de todo”, “Morir” buy Lasix online With Echeck | Safe & Secure, All medications are certificated, Canadian Pharmacy. con su infaltable percusión y “Canciones y almas” dieron inicio a los últimos temas de la noche. El final se hacía sentir, muy de a poco, pero se sentía. Llegó uno de los momentos más emotivos, “Creo” sonaba de fondo la gente, emocionada, coreaba “Creo en tu voz” o señalando al escenario con un “Sigo por vos”. Es una de esas canciones que cantan verdades que ni la censura ni el rencor la han de callar.
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“Suerte” coronó la gran noche de Don Osvaldo, y de “Casi Justicia Social”. Con un “Gracias por todo” y los músicos abrazándose, finalizó la primer presentación de la banda en este 2016.
Un poco más dos horas y medias de show, una lista de temas súper variados, un público incansable que bancó la parada del minuto cero, y una banda de rock dando arte y recibiendo amor. Una banda que sigue luchando por su absolución. Una banda en la que creemos y por eso luchamos, por la verdad. “Porque “en honor a la verdad” no es sólo un dicho, y el fin les llega a los que viven sin principios”. Las canciones hablan por sí solas, y a eso no hay mucho más para agregarle, o sí, Don Osvaldo brilló como nunca en Villa María llevándonos a todos a la estación de máxima fluidez. El sábado se hizo emoción la inocencia una vez más. ¡Siguen sonando así, sonando rocanroles!
Fotos por Flor Zufiaurre Ph. para Rock And Ball
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