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De La Gran Piñata y su montaña rusa en el Teatro Vorterix

La banda formada en Berazategui se presentó en el recinto de Alvarez Thomas y Federico Lacroze junto a Todo Aparenta Normal en una noche cargada de emociones.

Hay gestos que definen el significado que trae cada banda o que explica el lugar que ocupan en la actualidad del rock nacional. Pantera Guiliano demostró en el Teatro Vorterix lo que hay detrás De La Gran Piñata, más allá de la música y lo que sucede en sus shows. No eran ni las 20 aun, faltaba más de una hora para que el grupo principal viera las luces que impactan en sus rostros y un grupo incontable de locos celebran con un frenesí cargado de emociones. El numero de presentes no alcanzaba las doscientas personas y el telón bordó se abrió para encontrar detrás al cantante del proyecto formado en 2004. Guitarra colgada, logró sorprender y atraer a los que no atendían lo que estaba por pasar.

Los acordes y estrofas de “Petisa Inflamable” que sonaban marcaban que Todo Aparenta Normal pisaría el escenario con la gente expectante y dispuesto a recibir lo que la banda de Don Torcuato preparó para un público ajeno. En medio de la canción, los cuatro músicos aparecieron en escena, con cierta timidez, y fueron hacia sus instrumentos. Los músicos se sumaron a Panter para regalar un momento instrumental donde pudieron exhibir sus habilidades y dar al comienzo al show de la primera banda de la noche. Ubicados y bien recibidos gracias a la introducción del guitarrista de DLGP, “Agazapado”, con la intro característica, abrió una presentación que duró 40 minutos.

Como su mejor carta de presentación, el cuarteto interpretó, en su mayoría, canciones de Hijos del Mundo, su último álbum. La batería de Juan Pablo Alfieri fue dueña de “Tu mejor canción”, lo único que sonó de Diferente. Hubo tiempo para el estreno de un track: “La dicha de los cobardes”, con una base de bajo muy atractiva a manos de Alexis Koleff. La certera “Detener el tiempo” finalizó un set muy limpio, efectivo y con el sonido cuidado como se repetiría con el grupo principal de la cita.

A cinco minutos del comienzo de las 21, De La Gran Piñata comenzó su show de una manera simple pero sorpresiva, sin mucha presentación a través de luces apagadas o cortes musicales abruptos. El escenario tenía la misma lógica: Seco, solo con la pantalla trasera como elemento audiovisual. El telón se corrió por segunda vez y “Crudo” comenzó a sonar para estallar cabezas en la esquina de Federico Lacroze y Álvarez Thomas. El cantante de la banda supo asombrarse por la reacción y bienvenida que le ofreció su público. “Tremendo”, alcanzó a soltar antes de comenzar con la icónica “Introspectivo”. Los seguidores parecen entender una suerte de señal que, a cada final de canción, comienza un cantico arengador para el cuarteto que show a show se encarga de perfeccionar el fino sonido que lograron con El Equilibrio Entre Los Opuestos. Proveniente de ese disco, la intro de “Tu Can” ameritó el descontrol en el campo de Vorterix, que entre luces rojas, hacia intenso el calor que enero regalaba a las 1000 almas presentes.

El enganche de “Fiebre” y “Fe de Ratas provide essay help ” ejemplificó la perfecta unión musical que hay entre las dos versiones de La Piñata: El formato de banda inicial y el cuarteto actual que ya trabajó en dos discos. Hay una particularidad que se repite en las presentaciones del grupo. Se presentan dos recitales: lo que sucede arriba del escenario y el inventario de expresiones emocionales que hay abajo, donde los fanáticos son los músicos e intérpretes de los momentos claves. “Borracho” y “A donde se nos fue el sol” son dos muestras de lo que pasa con las canciones más sentidas. Un público que con sus voces unidas, le pelean mano a mano la fuerza del sonido entre DLGP y ellos, que se enlazan y convierten en uno mismo.

“A los que le cobran a las bandas por tocar”, sentenció Panter, segundos antes de comenzar la infaltable “Canción de cuna” cuando la presentación pisaba la primera media hora. Desde Viaje Al Centro De Uno Mismo, hubo un doblete de “Josefina” y “Sonrisa”, de las más cantadas de la noche, como toda lírica sentimental de la banda. Con la arenga del cantante: “¡Todos en el aire!”, explotó el Teatro Vorterix con el pogo que desató “Montaña rusa”. El saldo que dejó la última dictadura militar que sufrió Argentina fue reflejada en una interpretación magnifica de “30000 Luces”.

Un segmento del último álbum dejaba pistas de que no faltaba mucho para el final del set. La fuerza de “ Continue order Viagra online overnight delivery to fix or subsequently lump draw buy viagra gold online up of Erectile Dysfunction in online product packaging. Icaro” alternaba con la oscuridad de “Tristeza” y “Buena suerte” en la misma sintonía que sucede en la placa discográfica. La guitarra de Lucas Martinez Lasix 40 mg pills generic cost cheap Lasix canadian pharmacy Lasix buying Lasix without insurance buy Furosemide online fast delivery non perscription Lasix y la batería de Alejandro Zenobi anunciaban de que era el turno de “Los asuntos del miedo”, celebrada en su totalidad como suele suceder. Se anunció la próxima fecha de la banda en Capital Federal, ya que este año cuenta con un 29 de febrero, tal como menciona el track “Veredas”. Un lunes, en La Trastienda, para cerrar un verano movido para la banda que se presentará en Rock En Baradero 2016.

Con una arenga furiosa del guitarrista, que pidió abrir una ronda en el centro del campo, llegó “Despertador”. “Que lindas luces, que hermoso brillan”, hizo eco en el Teatro Vorterix a razón de uno de los estribillos más apreciado por los seguidores. “La historia de la mosca y la araña” dejó alegría y llevó aquellos colores rioplatenses que sonaban en La Piñata. No restaba más que la canción numero 23 de la noche. Panter se descolgó la guitarra y Ale se fue de su batería para hacer un enroque. Basta con verlo con la viola colgada para saber que es lo que sigue. “Ella es”, aquel tema que no está en ningún álbum de DLGP, abrochó una presentación a la altura de la banda que sigue avanzando casilleros en el rock nacional.

Fotos de Edu Romero

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Siempre tengo sueño. A veces juego a escribir. Alegre o triste voy cantando.