Cuando salió “Nevermind”, en septiembre de 1991, y destronó a “Dangerous” en la cima de los charts, era un aviso claro de que algo nuevo estaba llegando. Nirvana destronaba a Michael Jackson y dejaba en claro que era el momento del rock alternativo y el grunge y que el metal y el pop tendrían que compartir la torta.
Además de Alice In Chains, Pearl Jam y Soundgarden, con poco tiempo de diferencia, también surgían Stone Temple Pilots y Bush. Si bien había un mar de distancia literal entre ellas – Bush nace en Gran Bretaña -, ambas agrupaciones comparten más de una cosa en común.
Con varios meses de anticipación y a casi treinta años de aquel furor, la noticia de su unión temporaria para encarar una gira por Sudamerica ilusionó a todos los fans de su música. En un comienzo, la parada del Revolución Tour 2019 en el país sería en el Malvinas Argentinas. Sin embargo, semanas antes, lo movieron al Opera Orbis.
Bush: Esto no es Shakespeare
Tras la apertura a cargo de Nico Bereciartúa, diez minutos antes de lo anunciado, con gran expectativa y al ritmo de “Battle Without Honor Or Humanity”, los integrantes de Bush hacían pie en la calle Corrientes.
La canción que forma parte del OST de Kill Bill solo incrementaba la ansiedad de quienes esperaban verlos a más de veinte años de su única actuación en el país. Con Gavin Rossdale (cantante y guitarrista) y Robin Goodridge (baterista) como únicos sobrevivientes de la primera formación, dieron un muy buen show de la mano de hits como “Machinehead”, “Glycerine” y “Comedown”.
Pero no solo vivieron de viejas glorias, ya que en la lista incluyeron tres canciones (de un total de once) editadas después de su separación. El grupo estuvo inactivo entre 2002 y 2010 y, tras ese hiato, sacaron tres discos, el último de ellos, “Black and White Rainbows”, publicado en 2017.
El cambio de venue los hizo ganar en puesta en escena, luces y sonido, pero los alejó de la gente y del calor del rock. Eso a priori, ya que ni bien comenzó el set Chris Traynor -el otro guitarra- estaba haciendo un solo parado en la butaca de primera fila.
Mucho menos se sintió impedido el propio Rossdale, que agradeció en un español trabado entre tema y tema, mostró su inmensa alegría por estar allí y tuvo su show aparte. El cantante realmente lo dio todo a lo largo de la perfomance: se tiró al piso para solear, revoleó su guitarra al stage, volteó uno de los amplificadores mientras cantaba “This Is War” y en un abrir y cerrar de ojos estaba en el segundo piso del teatro cantando “Little Things”.
Poco más de una hora le bastó a Bush para mostrar que, aun sin salirse de su libreto, todavía está vigentes y tiene mucho para dar.
Stone Temple Pilots: La mariposa que sigue volando
Lo primero que hay que decir para “analizar” el show que dio Stone Temple Pilots es que Jeff Gutt no es Scott Weiland. Weiland es irremplazable para STP. Por más claro que este, y aunque parezca mentira, todavía hay que aclararlo.
Tras su fallecimiento y el de Chester Bennington (fue el elegido cuando despidieron a Scott), el futuro del grupo de San Diego estaba en jaque. Hasta que, tras una larga búsqueda, dieron con Gutt.
Desde el comienzo, con “Wicked Garden” y “Crackerman”, el vocalista demuestra estar apto para semejante rol. Increíblemente hasta tiene un “parecido” a Weiland en el físico y en el look. No muestra incomodidad para los hits de los Pilots, pero se siente más cómodo en piezas como “Meadow” y “Roll Me Under”, ambas incluidas en el séptimo y homónimo álbum de la banda lanzado en 2018.
El público empieza a vivarlos y, de a poco, a darle el visto bueno a la performance de quien es señalado como “Weiland dos”. Sin embargo, problemas en el equipo de bajo de Robert DeLeo los obliga a interrumpir y reiniciar “Silvergun Superman” y “Big Bang Baby”. Esos “cortes” no hicieron que la energía por verlos en vivo a casi diez años de aquel Luna Park disminuyera.
Ni aún con el cambio de clima, ya que a la hora de interpretar “Plush” quedan en escena Dean DeLeo y Jeff Gutt. El intento por hacer una versión despojada y semi acústica, apenas acompañada por la guitarra eléctrica de DeLeo, y la posterior entrada del otro DeLeo y Eric Kretz, no termina de ser del todo acertada, aunque no del todo mala. Eso cambia con “Interstate Love Song”, que Gutt finaliza cantando a capella acompañado por todos los que agotaron las localidades del Opera Orbis.
Una hora y media y con catorce canciones, la lista de los Pilots termina y con ella esbozan una promesa de regreso incierto, pero planeado. Después de semejantes golpes, la mariposa que ilustra el telón que cubre sus espaldas y que figura en la portada de su último álbum toma vuelo así como los mismos Pilots.
Una vez terminada esta gira, una suerte prueba de fuego para su cantante y para ellos mismos, comenzarán a cranear otro álbum que permita que esta nueva versión de los nacidos en San Diego siga tomando color y permita seguir deleitando a su gente con esa mezcla de ritmos tan propia de ellos.
Fotos gentileza Víctor Guagnini
Lista de temas – Bush
01. Battle Without Honor Or Humanity (Tomoyasu Hotei Song)
02. Machinehead
03. The Chemicals Between Us
04. The Sound Of Winter
05. This Is War
06. Everything Zen
07. Let Yourself Go
08. Swallowed
09. Little Things
10. Come Together (The Beatles)
11. Glycerine
12. Comedown
Lista de temas – Stone Temple Pilots
01. “Wicked Garden”
02. “Crackerman”
03. “Vasoline”
04. “Silvergun Superman”
05. “Big Bang Baby”
06. “Big Empty”
07. “Creep”
08. “Plush”
09. “Meadow”
10. “Interstate Love Song”
11. “Roll Me Under”
12. “Dead & Bloated”
13. “Trippin’ on a Hole in a Paper Heart”
14. “Sex Type Thing”
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