Sumergirse en un recital de El Bordo puede llenar los sentidos. Una mezcla de épica con hermandad rodea los shows que se producen en Auditorio Oeste, una fija en su recorrido por el Conurbano bonaerense. Los cinco músicos recolectan momentos y anécdotas hace 18 años en la carrera que los hace recorrer su país natal. El sábado se produjo en Haedo otro hecho en la infinidad de sucesos que hay en el escenario. Un pedido de calma derivó en una actuación por parte de Ale Kurz para darle el pie a un chico que le propuso matrimonio a una chica que estaba entre la multitud. Un capítulo más que se agrega a las infinitas historias perdidas entre hermanos.
La noche era compartida con Cielo Razzo. El frio y la ansiedad por ver a la banda rosarina, lograron que a las 20:30 el lugar este en un 75% de lleno. La lista fue marcada por la mayoría de Tierra Nueva, último disco del grupo. La mención a El Bordo estuvo presente en todo momento, en especial cuando sonó “Disfraz”. Los bonaerenses miraban el show desde el entrepiso del lugar y no se guardaron las ganas de cantar como los seguidores y el cantante se dio el gusto en “Luna”, como marca la costumbre, de subir al escenario. Luego de puntos altos como “Por Llegar” y “Madre poder” la presentación culminó con la rockera “Sin salida” luego de una hora y 15 minutos.
Las sonrisas al finalizar la canción que usan como introducción eran las inconfundibles. “Going The Distance”, parte del soundtrack de Rocky, culminó y tomaron sus posiciones. En una emulación del Luna Park, comenzaron con la energía de “Soñando Despierto”, una linda prueba para las gargantas del oeste. Como Balboa pero con instrumentos en la mano, El Bordo metió “Existir” para tener al Auditorio entre sus cuerdas. Las miradas cómplices entre los Kurz dieron al pie a que las violas comiencen con “A mi favor”, para salir y empezar.
“No soy diferente pero mi alma es siempre original”, retumbó en la cuarta canción de la noche. Presentada en 2012, “Siempre original” quedó afuera de la selección final de En La Vereda de Enfrente, hecha nueve años antes de su salida a la luz. Migue Soifer disparó desde su batería y sus compañeros lo siguieron en la infalible “Noche extraña”, parte de Yacanto. “La estamos pasando como el orto, lo que necesitamos es cantar juntos”, explicó Ale Kurz sobre la actualidad argentina y desembocó en “El día no me aviso”. La decena inicial llegó a su fin con “El grito”, otra de las que rotan en las listas bordolinas pero la aprobación por parte del público aparece cada vez que suenan.
La sorpresa musical del sábado llegó por medio de “El silencio del caos infernal”, sacada del cajón de El Bordo para la velada en el Auditorio Oeste. La oscuridad de la lirica que se mantiene en distintos puntos de Yacanto, hizo que los seguidores hagan oír sus voces en la Av. Rivadavia. El pentágono que formaron los integrantes desarrolló la versatilidad de pasar de crudeza a la introspección de “Instinto” y “¿A dónde vas?”, la única canción que sonó de Historias Perdidas, con Leandro “Cuervo” Kohon y su solo de armónica.
La pregunta: “¿Vino la banda?”, tardó dos estrofas en ser respondidas por el público y su efervescencia para cantar “La Banda”. Ale Kurz, entre risas, se respondió: “Si, vino”. Los trapos se desplegaron durante todo el show, a pesar del disgusto de los empleados de seguridad. Dependiendo del tema, gran parte del campo se veía pintado por las banderas bordolinas que se agitaban constantemente. Alejados de los micrófonos, los cinco músicos coincidieron en seguir tocando para agregar dos tracks más a la lista inicial de 18 temas. “Tipo Nuevo”, con solo de Diego Kurz incluido fue enganchada con la calurosa “Así”, que le dio la asistencia al momento de la noche.
Las bajas temperaturas que golpearon a Buenos Aires no se veían reflejadas en Auditorio Oeste. Los pogos mantenían en movimiento a los jóvenes que bailaban “al compas de su ritmo sagrado”, cuando ya iba más de una hora de show. “Nos avisan que se perdió el DNI de Joel Machado”, comenzó Ale Kurz. En las primeras filas se alzó una mano y el cantante lo invitó a subirse al escenario. Un pibe sin remera y con pantalón de Boca tomó el micrófono e invitó a “Sol” a subirse con él. De rodillas, con un anillo en su mano, Joel le ofreció casamiento. Las sonrisas de los músicos era reflejada por el público, que no caía en la situación pero respondía con aplausos. La respuesta fue sí y la celebración fue total, de cada actor en cuestión.
Algo aturdidos por el momento poco habitual que se había vivido, el público deliró con “Los perdidos” y “El regreso”, que finalizaron la energética noche en el oeste. Nuevamente, Yacanto tuvo la mayoría en la selección de canciones como marca este tramo de la gira de El Bordo. Los integrantes de la banda se retiraron del escenario pero una historia cambió, de Joel y Sol, y tuvo su epicentro amoroso gracias al quinteto. Cambió como las cabezas que salían de Auditorio Oeste cargadas de rock, a la espera de una nueva fecha. El camino sigue y Rosario con Cielo Razzo, una vez más, es la próxima parada. Y otra vez, la ruta los lleva…
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