El Bordo cumple 20 años y durante todo el 2018 viene celebrándolo, pero en el Teatro Flores hubo tiempo para la primera gran fiesta que reunió a la familia con temas viejos y el sonido más reciente.
No quedaron tickets para vender en boletería ya que todos los bordolinos y bordolinas se anticiparon para no perderse la jornada en la que sonaron Carnaval de las heridas (2002), Un grito en el viento (2004), En la vereda de enfrente (2006) y El Refugio (2017).
La noche empezó con Locos De Nacimiento calentando los motores y musicalizando el lugar tanto para el grupo de seguidores que fue a verlos como para aquellos ingresantes tempraneros. Durante media hora pudieron mostrar su arte y coronaron el set con “Ciudad de pobres corazones”, el clásico de Fito Paéz que fue cantado por todas las personas presentes.
Con el reloj en la mano y tras algunos amagues desde el escenario, con juegos de luces y pruebas de sonido, para apurar la entrada de quienes seguían en las afueras del Teatro, pocos minutos después de las 21 horas comenzó una introducción vivaz para exacerbar los ánimos. Apertura de cortinas, saludos con la mano y una canción por CD homenajeado para un inicio arrasador con “A mi favor”, “De tanto en tanto”, “Tipo nuevo” y “La libertad”.
El clima era ideal. Así como el Profesor Utonio combinó azúcar, flores y muchos colores para crear a la niñita perfecta, El Bordo se encargó de combinar un sonido impecable, un feedback cariñoso con su público y la nostalgia de los primeros 10 años de la banda, todo en una noche que contó con el aporte del público y sus voces, proclamas y acompañamiento.
“Se viene una noche muy larga porque sabemos que encontrarnos siemopre es un tesoro” adelantó Alejandro Kurz, cantante y guitarrista, antes de comenzar con “Tesoro” y continuar de inmediato con “Arriba con mi corazón”, el momento disco con “Humano” y “Mal trago”.
Un show con perfume a recuerdos de juventud y rebeldía al que se le agregó la cuota de madurez que ya tienen todos los integrantes de la banda. Las dos décadas de rocanrol que El Bordo celebra estuvieron presentes desde el inicio con las proyecciones en pantalla y con las luces del escenario que formaban un “XX”.
Entre los recuerdos de aquellas canciones que sonaron por nichos del under nacional como Cemento, la banda revivió el debut de “Olvido” en el Marquee antes de tocarlo. El pogo rocanrolesco y las letras que invitan a bailar y agitar al mismo tiempo se sucedieron con “Un grito”, “Jazz barrial” y la reversión más pesada de “Con el cuerpo a la mitad”.
Desde el inicio de la noche se podía ver la marea de pañuelos verdes copando Flores en brazos, cuellos y mochilas. Con la creciente emoción y despliegue del público tema tras tema llegaría un punto de inflexión, la sustancia X de El Bordo para hacer una noche histórica: posicionamiento social claro en defensa de la educación pública como pilar del país y apoyo a los maestros ante el contexto adverso desde el gobierno.
Con los ánimos de protesta a flor de piel vino la canción que mejor podía canalizar el momento, “La patada” y su adaptación a los nuevos tiempos (“que al hijo de yuta le duela la vida”).
Si fue un momento destacado en una noche que nunca dejó de crecer, fue porque sirvió de click y liberación para la mayoría del público, regalando una imagen que quedará en la historia del rock nacional como muestra de época con una oleada de pañuelos verdes por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito levantados por las presentas mientras el clásico “la revolución está en las mentes” se oía desde el escenario.
Al terminar la canción, Kurz expresó también su acompañamiento a “la lucha de las mujeres, siempre”, lo que fue respondido desde el público con el cantito de “aborto legal, en el hospital”.
La lista superpoderosa seguía firme su andar y para el último tramo dejó un ida y vuelta de emociones, sonidos, lágrimas y estilos musicales que plasmaron todo lo que este grupo de amigos ha logrado fortalecer en estos veinte años. Pasaron “Cansado de ser”, “Aquella nochecita” -que contó con la aclaración de que “lamentablemente estamos viviendo épocas parecidas a cuando compusimos esta canción”-, “Silbando una ilusión”, “El día no me avisó” y “De vuelta al juego”.
La tradición nostálgica que despertó el vigésimo cumpleaños bordolino tuvo su perlita con “Desde arriba”, la “tercera, cuarta o quinta canción que tendremos como banda” y que se encontraba en los primeros demos. Para reacomodar las voces y el administrar el cansancio pasaron las más intimistas “Volando” y “Todo y más” en formato símil reggae.
El final volvió a hacer rugir la sala con “Los perdidos” y su vuelta a los trapos y banderas, una canción que es himno de los seguidores de El Bordo y a los cuales la banda agradeció su presencia, a sabiendas de lo difícil que está sacar una entrada. “Metafísica suburbana”, “Volviendo el sol” con solo de guitarra incluído y “En la vereda” fue lo último, no sin antes una advertencia desde el micrófono: “vamos por 20 más”.
Fotos de Mica Ridiero PH.
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