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Volver al Pasado (IV): Unión 2- Colón 0, el clásico del “Papá del Siglo” (1999)

Por Fernando Tustanovsky

El 5 de septiembre de 1999 la sagrada e impostergable siesta santafesina fue desatendida por completo. Cuando se juega el clásico, la hermosa ciudad de Santa Fe se divide, literalmente, en dos.

Aquella tarde en el 15 de Abril volvieron a verse las caras Tatengues y Sabaleros en disputa de los puntos que daba el partido por el Apertura '99 y sobre todo por esa inigualable sensación que provoca vivir un clásico. Pero, había algo más…

[caption id="attachment_45256" align="aligncenter" width="370" caption="Unión festejó el último clásico del Siglo XX"][/caption]

Como suelen suceder en estos partidos de alta presión, cancha chica y mucho por perder, la pelota viajó la mayoría del tiempo por el aire, no se regalaba ni una mata de pasto y cada tiro libre cotizaba alto en el mercado santafesino. Así fue como transcurrió la primera parte y entre tanta marca y poco juego los dos equipos iban acumulando amarillas.

En el comienzo del segundo tiempo, Toresani, jugando para Colón, valga la aclaración, escapa por derecha, Juan Pablo Càrdenas, estando amonestado, lo persigue contra la raya del lateral y le comete una falta muy poco inteligente. Segunda amarilla, a bañarse y 35 minutos por delante para jugar 11 contra 10. Son esas decisiones que toman algunos jugadores muy difíciles de explicar.

Colón se agrandó y fue por todo, empezó a sufrir Passet y el negro J.J. López daba indicaciones para rearmarse con un jugador menos.

Así, con casi todo controlado Píccoli se confía, se la roban y tiene que cometer falta al borde del área. Si la pelota parada valía mucho en la primera parte imagínense en un segundo tiempo y con un hombre de menos. Jugada preparada, pase al ras del suelo, entra solo Lautaro Trullet, patea, la pelota pasa entre cientos de piernas y se va a dormir ala red. Golde Unión, explota medio Santa Fe. Golpe duro e inesperado al mentón de parte del boxeador que iba perdiendo por puntos.

Para colmo de males el equipo de Miguel Angel Russo perdió completamente el rumbo, Unión mas calmado se paró de contra y en una de esas el flaco y pelilargo Silvera se escapó mano a mano, ojos bien abiertos y definición a lo Ramón Díaz, apuntando, eligiendo donde ponerla, la pelota le roba un beso al palo y se mete de lleno en el arco.

Nocaut.

Así, 2 a0 y con un hombre menos lo ganó Unión (sobre el final fue expulsado el cabezón Marini), pero como decíamos al principio algo mas había. Éste, era el último clásico del siglo y, mire si el fútbol será caprichoso, Colón y Unión llegaban a este partido empatados en el historial.

Dicen que al otro día, los árboles y las paredes de los baldíos de Santa Fe amanecieron pintados de blanco y en rojo decía: “Papá del Siglo”. 

Por Fernando Tustanovsky

El 5 de septiembre de 1999 la sagrada e impostergable siesta santafesina fue desatendida por completo. Cuando se juega el clásico, la hermosa ciudad de Santa Fe se divide, literalmente, en dos.

Aquella tarde en el 15 de Abril volvieron a verse las caras Tatengues y Sabaleros en disputa de los puntos que daba el partido por el Apertura ’99 y sobre todo por esa inigualable sensación que provoca vivir un clásico. Pero, había algo más…

Unión festejó el último clásico del Siglo XX

Como suelen suceder en estos partidos de alta presión, cancha chica y mucho por perder, la pelota viajó la mayoría del tiempo por el aire, no se regalaba ni una mata de pasto y cada tiro libre cotizaba alto en el mercado santafesino. Así fue como transcurrió la primera parte y entre tanta marca y poco juego los dos equipos iban acumulando amarillas.

En el comienzo del segundo tiempo, Toresani, jugando para Colón, valga la aclaración, escapa por derecha, Juan Pablo Càrdenas, estando amonestado, lo persigue contra la raya del lateral y le comete una falta muy poco inteligente. Segunda amarilla, a bañarse y 35 minutos por delante para jugar 11 contra 10. Son esas decisiones que toman algunos jugadores muy difíciles de explicar.

Colón se agrandó y fue por todo, empezó a sufrir Passet y el negro J.J. López daba indicaciones para rearmarse con un jugador menos.

Así, con casi todo controlado Píccoli se confía, se la roban y tiene que cometer falta al borde del área. Si la pelota parada valía mucho en la primera parte imagínense en un segundo tiempo y con un hombre de menos. Jugada preparada, pase al ras del suelo, entra solo Lautaro Trullet, patea, la pelota pasa entre cientos de piernas y se va a dormir ala red. Golde Unión, explota medio Santa Fe. Golpe duro e inesperado al mentón de parte del boxeador que iba perdiendo por puntos.

Para colmo de males el equipo de Miguel Angel Russo perdió completamente el rumbo, Unión mas calmado se paró de contra y en una de esas el flaco y pelilargo Silvera se escapó mano a mano, ojos bien abiertos y definición a lo Ramón Díaz, apuntando, eligiendo donde ponerla, la pelota le roba un beso al palo y se mete de lleno en el arco.

Nocaut.

Así, 2 a0 y con un hombre menos lo ganó Unión (sobre el final fue expulsado el cabezón Marini), pero como decíamos al principio algo mas había. Éste, era el último clásico del siglo y, mire si el fútbol será caprichoso, Colón y Unión llegaban a este partido empatados en el historial.

Dicen que al otro día, los árboles y las paredes de los baldíos de Santa Fe amanecieron pintados de blanco y en rojo decía: “Papá del Siglo”.