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Racing perdió con Tigre y suma tres derrotas consecutivas

Racing no puede ganar. Hace tres fechas que el equipo de Miguel Ángel Russo viene perdiendo, y la situación es preocupante. Digo "preocupante" porque no juega mal y sigue sin sacar ni un punto de los partidos que disputa. Esta vez el verdugo fue Tigre, que aprovechó las pocas situaciones que tuvo y volvió a ganar después del partido contra Quilmes (3 fines de semanas atrás).

El primer tiempo fue todo de Racing: llegaba al área rival y generaba situaciones de gol casi de manera continua, ya que Tigre no pasaba la mitad de la cancha, hasta que a los 23 minutos tuvo la primera y supo aprovecharla para ponerse arriba en le marcador. Leone metió un centro, Cahais se quedó reclamando mano que no existió, y Pernía la clavó en el ángulo del primer palo de Fernández.

A partir de ahí Racing no fue el mismo; aunque seguía llegando al arco rival, no concretaba y seguía perdiendo 1 a 0. Lo que terminó de derrumbar a los jugadores de la Academia fue la expulsión de Licht: se terminaba la primera parte cuando el defensor bajó a Glamarini y aplaudió irónicamente a Laverni cuando le mostró la amarilla. ¿Qué hizo el árbitro? Le mostró la roja diciendo "a mi no me aplauden".

Después de haber escuchado a un Russo, seguramente, desesperado en el vestuario, los jugadores salieron con la idea de dar vuelta el partido. Pero apareció el goleador de Tigre, Denis Stracqualursi, y con un cabezazo potente colocó el 2 a 0, que ya parecía irremontable, teniendo en cuenta que Racing jugaba con un jugador menos.

El partido se mantuvo durante todo el segundo tiempo con un Racing jugado a obtener, como mínimo, el empate, y un Tigre que aprovechaba las contras para sacar aún mas ventaja. Eso no sucedió, y Racing logró el descuento de la mano de Claudio Yacob, que cabeceó una pelota parada e ilusionó poco más de 10 minutos los hinchas. Pocos minutos después Fariña se fue expulsado el equipo de Avellaneda quedó con 9.

No alcanzó, y los tres puntos se los llevaron los visitantes, que aprovecharon las que tuvieron y fueron más efectivos que los locales.

Racing no puede ganar. Hace tres fechas que el equipo de Miguel Ángel Russo viene perdiendo, y la situación es preocupante. Digo “preocupante” porque no juega mal y sigue sin sacar ni un punto de los partidos que disputa. Esta vez el verdugo fue Tigre, que aprovechó las pocas situaciones que tuvo y volvió a ganar después del partido contra Quilmes (3 fines de semanas atrás).

El primer tiempo fue todo de Racing: llegaba al área rival y generaba situaciones de gol casi de manera continua, ya que Tigre no pasaba la mitad de la cancha, hasta que a los 23 minutos tuvo la primera y supo aprovecharla para ponerse arriba en le marcador. Leone metió un centro, Cahais se quedó reclamando mano que no existió, y Pernía la clavó en el ángulo del primer palo de Fernández.

A partir de ahí Racing no fue el mismo; aunque seguía llegando al arco rival, no concretaba y seguía perdiendo 1 a 0. Lo que terminó de derrumbar a los jugadores de la Academia fue la expulsión de Licht: se terminaba la primera parte cuando el defensor bajó a Glamarini y aplaudió irónicamente a Laverni cuando le mostró la amarilla. ¿Qué hizo el árbitro? Le mostró la roja diciendo “a mi no me aplauden”.

Después de haber escuchado a un Russo, seguramente, desesperado en el vestuario, los jugadores salieron con la idea de dar vuelta el partido. Pero apareció el goleador de Tigre, Denis Stracqualursi, y con un cabezazo potente colocó el 2 a 0, que ya parecía irremontable, teniendo en cuenta que Racing jugaba con un jugador menos.

El partido se mantuvo durante todo el segundo tiempo con un Racing jugado a obtener, como mínimo, el empate, y un Tigre que aprovechaba las contras para sacar aún mas ventaja. Eso no sucedió, y Racing logró el descuento de la mano de Claudio Yacob, que cabeceó una pelota parada e ilusionó poco más de 10 minutos los hinchas. Pocos minutos después Fariña se fue expulsado el equipo de Avellaneda quedó con 9.

No alcanzó, y los tres puntos se los llevaron los visitantes, que aprovecharon las que tuvieron y fueron más efectivos que los locales.