Uno de los dos representantes argentinos que quedaron con vida en la Copa Libertadores tiene razones para soñar con alcanzar el máximo torneo continental a nivel clubes. Un técnico jóven y una estrella a nivel mundial: los dos ídolos conductores del Boca que ya está entre los mejores ocho de América. ¿Habrá semis? El fixture parece guiñarles el ojo, y los posibles refuerzos que Barros Schelotto encuentre en su propia plantilla pueden ser claves.
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El desequilibrio del Apache
El nivel al que llegó Carlos Tevez en la Copa Libertadores es el estandarte de la ilusión con la séptima conquista en Brandsen 805. Actuaciones que fueron de menor a mayor y la cara goleadora que está mostrando como 9 de Boca son los principales fundamentos para soñar. Los cinco goles que convirtió en ocho partidos le dieron la razón a Guillermo Barros Schelotto en la elección del “Apache” como centrodelantero, así como lo vio crecer en el club de La Rivera cuando eran compañeros. Pero Carlitos juega y hace jugar: participó de forma directa en 10 de los 16 goles que anotó en la edición 2016 de la Libertadores. Fundamental esta versión tiempista que define la jugada, pero también reconoce el momento de retrasarse unos metros para distribuir el juego y que aparezca su versión más vistosa.
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De la mano de los Barros Schelotto
La llegada de Guillermo y Gustavo Barros Schelotto dieron una bocanada de aire fresco en Boca y, de inmediato, recuperó el rendimiento de jugadores que habían quedado relegados. El caso más evidente es el juvenil Cristian Pavón, que en cinco partidos dio tres asistencias y marcó un gol clave para la clasificación a los Cuartos de Final. Lo mismo sucede con Federico Carrizo, que no había encontrado su lugar en el equipo durante el ciclo de Arruabarrena. La explosión ofensiva en ¾ de cancha que identifica a sus equipos está marcado en este Boca versión 2016. La adversidad con la situación de las numerosas lesiones que sufrió el plantel lo hizo arremangarse y probar a jugadores en posiciones que no son naturales, como Leonardo Jara en la posición de 5 para suplantar a Fernando Gago, de rendimiento satisfactorio.
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Los refuerzos dentro del plantel
En caso de superar los Cuartos de Final, Boca tendrá el receso a su favor para reforzar un plantel repleto de lesionados. La lesión de Daniel Osvaldo, quien ya está para jugar nuevamente, encendió la alarma de la falta de centrodelanteros en el plantel. Uno de los goleadores del momento es Ramón Wanchope Abila y resuena su nombre hace meses para sumarse al “Xeneize”. La lista de jugadores que suenan como rumores es extensa, y se destaca también Guido Pizarro, quien fue dirigido por GBS en 2011. Aunque los nombres más fuertes para reforzar al equipo en el segundo semestre se encuentran en la propia plantilla. El caso Fernando Tobio, quien está a préstamo por un año y el mismo finaliza en Junio, aparece en primera plana. El central rindió de manera óptima y puede ser de gran ayuda para lo que sigue de la Copa Libertadores. Los lesionados que podrían regresar como Adrian Cubas y Nicolás Lodeiro serian también grandes refuerzos para un desnutrido mediocampo.
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Un cuadro accesible
“En la Copa hay que ganarles a todos”, dice una frase que se repite a cada sorteo de choques entre equipos. Boca tiene la ¿suerte? de esquivar aquel dicho. La llave de la cual no es parte el equipo de Guillermo Barros Schelotto tiene a San Pablo, Rosario Central, Atlético Mineiro y Atlético Nacional. La del “Xeneize” tiene a Nacional, Independiente del Valle y Pumas UNAM. Al compararlos, sale beneficiado antes de comenzar los cruces por los posibles rivales que tiene. Los Cuartos de Final ante Nacional parecen mostrar la mayor atención, ya que los uruguayos eliminaron a Corinthians, una de las grandes amenazas de la Copa. Por el lado de Independiente y Pumas, el primero pasó de manera milagrosa ante un River opaco que no supo meter dos goles en 180 minutos, y los mexicanos pudieron conseguir su clasificación de local a falta de 10 minutos sin un despliegue importante de juego. Todos estos son los datos que juegan a favor de Boca, aunque como bien se sabe, las series pueden ser impredecibles y esta edición de la Libertadores lo viene demostrando fase a fase.
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