“Me fui a 6.000 kilómetros de distancia y pedí al presidente que me dejaran tranquilo y no lo han conseguido. No han cumplido con su palabra“, arremetió sorpresivamente Josep Guardiola contra la dirigencia del Barcelona. Nadie esperaba que el flamante DT del Bayern Münich tuviese palabras encontradas con su querido club, pero explotó cuando distintas personas del entorno culé acusaron de querer “robarse” a Neymar e intentar convencerlo de que vaya a Alemania. “Cuando me convertí en entrenador del Bayern quise saber cuál era su situación, porque no sabía si realmente había firmado por el Barça. Tuve una reunión con él, y me di cuenta que él quería ir al Barcelona“, se defendió Pep.
Los rumores mediáticos, ciertos o no, han complicado la cuestión, y Guardiola explotó públicamente, sacando a relucir muchas diferencias que tuvo con los dirigentes catalanes en los últimos tiempos, incluso estando fuera del club. “Han habido demasiadas cosas este año en que se han pasado de la raya. Utilizar la enfermedad de Tito para hacerme daño es algo que no olvidaré nunca. Porque yo sí le he visto en Nueva York, y si no le he visto más es porque no ha sido posible, pero no por mi parte”, sostuvo enojado.
A estos sorpresivos comentarios del ex futbolista, quien visitó Argentina hace meses, el presidente blaugrana Sandro Rosell respondió: “Nosotros no utilizaríamos nunca la enfermedad de Tito y por eso no entendemos lo que plantea Pep“. Incluso, el mandamás del Barcelona trató de calmar las aguas: “Este ruido no es bueno para el Barca, y no debe manchar la extraordinaria trayectoria de Pep en el club, consiguiendo tantos títulos con chicos de la casa. Quiero que todos los socios del Barça sigan admirándole como un mito viviente del barcelonismo”. Declaraciones moderadas, pero la bronca interna está, porque Guardiola atacó públicamente a la directiva que tanto lo bancó e intento retenerlo.
Si resultaron inesperadas las palabras de Pep, las declaraciones de Tito Vilanova fueron el remate de una historia que parece haber llegado a un punto de no retorno. El ayudante de Guardiola, durante 5 años y obteniendo 15 títulos juntos (14 en Primera y uno con el Barca B), disparó: “No creo que nadie de la Junta haya echo eso. Les doy las gracias a ellos por todo lo que hicieron. Mis amigos se han preocupado mucho por mí, gente que incluso ha cogido un avión. Es cierto que Pep y yo nos vimos una vez en Nueva York, cuando fui para una visita de dos días, pero cuando estuve haciendo el tratamiento, más de dos meses, no nos vimos y no fue por mi culpa. Quizás creyó que no debía verme, pero yo no hubiera actuado así. Le necesitaba, estaba en mal momento”. Extraño que un amigo acuse a otro públicamente, y más si se trata de una amistad que se formó en 1984, cuando ambos eran canteranos que integraban La Masía.
Sumado a este clima conflictivo en lo mediático y también lo personal, Bayern Münich fichó, por orden de Guardiola, a Thiago Alcántara, un canterano del club que no sumó muchos minutos en cancha con Vilanova. Además, se verán las caras en un amistoso que se disputará el miércoles 24 de julio. Estas declaraciones cruzadas, ¿son el inicio de una pelea, de una división?. ¿Los hinchas tomarán partido por Tito y la directiva o Pep? Una confontración que no lleva a nada, y que podría dividir al Barcelona.
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