Rock, cumbia, cuarteto y hasta algo de reggaeton. La música que suena en los estadios del fútbol argentino varía según regiones geográficas y momentos deportivos. Incluso, para nosotros, se trata de cábalas: en algunos casos y cuando las cosas van bien, se mantiene una misma canción durante una serie de encuentros, y en otros, llega a resistir a lo largo de todo un torneo. Sin embargo, en Inglaterra -cuna del football, Lennon y McCartney- es diferente.
En las canchas de la Premier League, los altoparlantes se comportan más bien como un par de auriculares, en los que suena una y otra vez lo que el oído del fútbol inglés prefiere escuchar. En la tierra de Bobby Charlton, no siguen rachas ni modas: el rock juega de local.
Los del lado celeste de Manchester van contra la lógica y esquivan la obra de Oasis, en pos de algo aún más tradicional: antes de cada partido de Manchester City, en condición de local, su gente tararea y acompaña Hey Jude, de los Beatles (1968). De todos modos, los hermanos Gallagher suenan en los entretiempos. Por su parte, su vecino intimo y acérrimo rival, Manchester United, tiene a This is the one (1989), como su canción de cabecera para la salida del equipo a la cancha. Un pedazo de la discografía de The Stone Roses, la tradicional banda de los ’90, liderada por Ian Brown -hincha fanático de los Diablos Rojos-.
Al sur del mapa inglés, en Londres, el Arsenal de Wenger plantea diferencias en cuanto al estilo de juego, y en los altavoces también. Los Gunners, que entre sus hinchas cuentan a figuras como Mick Jagger, Roger Waters y David Gilmour, optan por salir del esquema: en su estadio no suena otra cosa más que publicidades y formaciones de los equipos iniciales. En tanto, Chelsea, otro de los grandes londinenses -desde la llegada de Roman Abramóvich y sus capitales rusos-, se inclina hacia otro estilo. En la meca del rock, Los Blues le dan play a los acordes reggae de Harry J. Allstars, con Liquidator (1969). Melodías tranquilas, que sus hinchas transformaron en himno desde hace décadas.
Pero si los ingleses tienen una ciudad con historia de música y arraigo en el fútbol, sin dudas, es Liverpool. El sitio que dio a luz a los cuatro muchachos que, en los 60’s, cambiaron para siempre la historia del rock es, también, dueño del club con más títulos de Champions League en la historia del fútbol inglés. The Reds -apodo que reciben los aficionados del Liverpool– fueron pioneros en la implementación de cánticos y musicalización en los estadios. Hace casi 60 años, incursionaron con el que, hasta hoy, sigue siendo su sonido predilecto: You’ll never walk alone, de Gerry and the Pacemakers (1963).
Más allá de su potencial como producto económico y comercial, la Premier League, desde su creación en 1992, no alteró en absoluto la relación, tan antigua como persistente, que existe entre el fútbol y la música en Inglaterra. Y cada uno de sus estadios lo demuestra a puro rock (and ball).
Comentarios