Poquísimo, casi nada. Argentina debutó en la segunda edición del Rugby Championship, que con el ingreso Albiceleste modificó lo que antes era el Tres Naciones. No le fue nada bien: Sudáfrica le ganó 73-13 como local, en lo que fue la segunda peor derrota Puma en la historia, y la más abultada compitiendo en este evento.
Los Pumas siempre cuentan con el aval del periodismo y la opinión pública, porque cantan el himno envueltos en lágrimas, porque se tiran de cabeza a un pozo ciego, porque dejan todo y más también. Tanto esfuerzo fue el mejor compañero que encontró una mejora técnica y estratégica notable en el equipo los últimos años, lo que llevó a equiparar el nivel con los grandes del hemisferio norte y a competir hoy con los del sur, los mejores del planeta.
Dicho esto, cabe destacar que la participación en el Championship 2012 había sido aceptable: un empate ante Sudáfrica en Mendoza, una derrota fea en La Plata ante los All Blacks (54-15) y cuatro partidos parejos que valieron la misma cantidad de derrotas, pero que mostraron que Argentina podía ser un duro rival para los más grandes de este deporte.
Sin embargo, el partido de hoy echó por tierra esa posibilidad de mejora. Los Pumas jugaron 30 minutos: estuvieron 9-6 abajo gracias a dos penales de Contepomi, pero sufrieron las lesiones de Albacete y Hernández. Junto con ello, vinieron dos minutos fatales: Guiñazú hizo un try penal y se retiró amonestado; los Springboks estiraron la ventaja, sin embargo, enseguida quedó Imhoff al lado del in goal local para descontar, pero los Pumas perdieron la pelota y Engelbrecht corrió 60 metros solo en una contra letal. 23-6 y final del partido.
El segundo tiempo sólo le sirvió a Sudáfrica para florearse y desnudar las graves falencias argentinas, principalmente en el line y el scrum. Ni de consuelo sirvió el try de Contepomi, que hizo todos los puntos de su equipo. La derrota fue muy dolorosa.
Argentina tendrá doble revancha: dentro de siete días recibirá a sus verdugos en Mendoza, buscando su primer triunfo en un Rugby Championship. El elenco de Phelan tendrá que demostrar que lo de hoy fue sólo un pésimo día, y que no fue un error la invitación recibida para un evento de tal magnitud. A jugar, Pumas, porque con la garra y el himno éstos no se espantan.
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