Seis participaciones fueron las que el Manchester City necesitó para acceder a la anteúltima instancia de la competencia europea más importante. La primera vez que intervino en este torneo fue en la campaña 1968-1969. Se clasificó como ganador de la antigua First Division y cayó derrotado en primera instancia frente al Fenerbahçe.
Pasaron más de 40 años para que reapareciera en la Champions League. La campaña 2011-2012 lo tuvo al equipo inglés en un grupo junto al Villareal, al Napoli y al Bayern Múnich, pero no consiguió pasar a la siguiente ronda. Al año siguiente volvió a participar y también fue eliminado en la fase de grupos que compartía con el Ajax, el Real Madrid y el Borussia Dortmund. Durante las dos ediciones siguientes, “Los ciudadanos” llegaron a octavos de final y perdieron frente al poderoso Barcelona.
En el trayecto que pasó desde la primera vez que el City accedió a la UEFA Champions League hasta la segunda oportunidad en que lo hizo, sucedieron grandes cambios. El más importante se dio el 1 de septiembre de 2008, cuando el grupo inversor de los Emiratos Árabes “Abu Dhabi United Group for Development and Investment”, con Sulaiman Al-Fahim como parte visible de la agrupación y con Mansour bin Zayed Al-Nahyan como accionista principal, compró el club por 250 millones de euros.
La adquisición de la institución por parte de los árabes resultó muy positiva debido a que fue desde ese entonces que empezó su destacado camino tanto en Inglaterra como en Europa. El club rompió el récord de transferencias británicas cuando fichó a Robinho del Real Madrid por unos 40 millones de euros. Además, un tiempo después, adquirió futbolistas de renombre como Carlos Tevez, Emmanuel Adebayor, Kolo Touré, entre otros.
Pese al dinero invertido y a los jugadores y entrenadores contratados, el Manchester City sigue siendo inferior a los mejores equipos del viejo continente. Aunque esta vez consiguió pasar a semifinales de la Champions League, no puede compararse con los gigantes mundiales. Ahí es donde surge una incógnita: ¿Por qué aún con la cantidad de dinero que invierte año tras año, no logra estar a la par de los más importantes del mundo?
En este plano surgen gran cantidad de posibles respuestas. Tal vez es cuestión de tiempo, tal vez no contrata a los jugadores y entrenadores “correctos” o tal vez es porque las demás instituciones también arman grandes conjuntos. Si bien es cierto que no es fácil lograr que un plantel juegue bien y consiga cosas importantes, la gran inversión realizada obliga a pedirle más a un equipo que, aunque ganó algunos títulos, no tiene un estilo o una personalidad definida.
Es importante resaltar que de los jugadores que actualmente están en la plantilla, pocos son los que están entre los mejores del mundo. Joe Hart, pese a ser un gran arquero, tiene muchas irregularidades, principalmente bajo los 3 palos. Respecto a la defensa, ni los laterales Sagna y Clichy, ni los centrales Otamendi, Mangala y Kompany, son de primer nivel. En el mediocampo pueden destacarse las presencias de Yaya Touré, Kevin De Bruyne y David Silva, ya que Fernando, Fernandinho y Navas, no están en la elite del deporte más popular del planeta. En el ataque, el City tiene a Sterling, gran jugador y proyecto a largo plazo, y a uno de los mejores delanteros del mundo y figura de la Premier League, Sergio Agüero.
Además, el hecho de que los directivos del conjunto inglés hayan anunciado la contratación de Josep Guardiola como nuevo director técnico (asume a mitad de año), puede perjudicar al equipo, principalmente por la supuesta “lista negra” que el español tiene en la que expresa que no contará con gran cantidad de los jugadores que actualmente pertenecen al plantel. Y qué problema se produciría si encima de todo esto, el equipo sale campeón de la mano de Manuel Pellegrini, a quién ya le han comunicado que no seguirá en su cargo.
Aunque el Manchester City parece ser el equipo más débil de los 4 que tratarán ser los campeones de Europa, ya hizo historia y tiene la esperanza y la ambición de lograr lo que anhelan tanto los miembros del club como los hinchas, ser el mejor del continente.
Por Nahuel Fadeo
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