La Casa Blanca está en orden. Real Madrid le ganó hoy por 3 a 0 al Galatasaray de Turquía, en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League en el Santiago Bernabéu, con goles de Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Gonzalo Higuaín. Bonus track: goleó y su arco quedó invicto sin goles visitantes.
Quien pensase que el equipo turco podía llevarse a su tierra una victoria no estaba loco, pero sí desbordaba de optimismo. Un empate no le hubiese venido nada mal, y más si aquella igualdad acarreaba goles de visitante. No porque el plantel dirigido por Fatih Terim no haya hecho méritos suficientes para llegar a estas instancias, sino todo lo contrario. Tiene jugadores de jerarquía como Didier Drogba, Wesley Sneijder, Hamit Altintop, Felipe Melo, Fernando Muslera y Burak Yilmaz. Éste último goleador de la Champions con Cristiano Ronaldo antes del pitazo inicial. Pero la potencia, la mística copera y la actualidad de su adversario fueron superiores. El marcador final era de esperarse y, de acuerdo como se desarrollo el cotejo, es justo. No es ilógico, ni sorprendente. Quizá, de los cuatro duelos de los cuartos de final de la competición, éste sea el más desparejo, el que presente mayores diferencias entre uno y otro. Aunque claro está, los partidos hay que jugarlos.
Un asterisco aparte merece el poderío ofensivo que posee el plantel merengue. Los autores de los tantos del partido justifican la imperiosidad, la eficacia y el talento de los atacantes del Madrid. Esa Santísima Trinidad conformada por Ronaldo–Higuaín–Benzema es una de las mejores del planeta y el arma más contundente, significativa y operante de Mourinho. Puede que esté al nivel de otra, una que pertenece a nosotros, en la que se repite el Pipa: Messi-Higuaín–Agüero. Estamos hablando de jugadores de élite mundial. De atacantes que tienen el arco entre ceja y ceja y difícilmente se nublen a la hora de asesinar a un arquero y firmar un gol con su nombre. Hoy, Higuaín entró en el segundo tiempo, faltando treinta minutos para el final, y la primera que tuvo la mandó a guardar. Del mismo modo que Benzema y Ronaldo en la primera etapa. Son letales, su cuota de error es ínfima, casi no existe, cuando de anotar se trata.
El próximo martes, salvo que ocurra una catástrofe en territorio turco, el Real Madrid se clasificará a las semifinales en el partido de vuelta. Aunque el fútbol es fútbol, nada está por sentado y todo es impredecible. En algunas ocasiones hay sorpresas, en otras hay proezas y en unas pocas hay de las dos. El Galatasaray sueña con esa mezcla entre ambas.
Escrita por Santiago Capriata (@santicapriata). Editada por Alejandro Giordano (@AleGiordano11)
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