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La grieta en Estados Unidos

El deporte en EEUU está empezando a dividirse tras un año de lucha por la violencia sufrida por ciertos grupos sociales en manos de la policía.

NFL Football - Jacksonville Jaguars vs Baltimore Ravens - NFL International Series - Wembley Stadium, London, Britain - September 24, 2017 Jacksonville Jaguars players kneel during the U.S. national anthem before the match Action Images via Reuters/Andrew Boyers

El racismo en Estados Unidos está instalado desde hace siglos. Descendientes de africanos, polacos, italianos, asiáticos y latinos son los que más lo sufrieron a lo largo de la historia. Con la llegada de Barack Obama, primer presidente de color del país, a la Casa Blanca se podía intuir que esta diferenciación iba a frenar. Donald Trump, empresario y actual presidente del país del norte, presentó desde el primer día sus campañas anti inmigratorias. Anunció la construcción de un muro entre su país y el vecino del Sur, México, y decretó el veto inmigratorio a siete países (luego ampliado a diez).

Hace un año que parte del deporte estadounidense se manifestó en contra del maltrato policial hacia las minorías. Colin Kaepernick fue el primer jugador de fútbol americano en protestar la opresión sufrida por la colectividad de color, donde varias personas murieron a manos de la policía en el último tiempo. Obama todavía estaba al frente de la Casa Blanca y defendió el derecho a la libertad de expresión. En general los deportistas tienen el espacio para expresar su opinión, pero muchos no lo hacen para no exponerse. El entonces mariscal de campo de San Francisco 49ers decidió arrodillarse en el campo de juego mientras sonaba el himno de los Estados Unidos y mostrar su postura.

Entre los símbolos más estadounidenses, la revista GQ incluyó al fútbol americano. Y es conocido el respeto y el amor que le tienen a sus símbolos patrios como la bandera o el himno. Es decir, se estaba utilizando al deporte estrella del país para mostrar el repudio ante ciertas situaciones durante uno de los máximos símbolos de Estados Unidos. Este reclamo fue acompañado por las grandes figuras de la NBA, apoyados por las franquicias y la liga, y repudiado por Donald Trump.

El excéntrico multimillonario y presidente del país del norte insultó a los deportistas que reclamaron de esta forma y hasta pidió que fueran despedidos de sus equipos. Esto no hizo más que dividir las aguas entre los que preferían reclamar por sus derechos arrodillados o permaneciendo en los vestuarios mientras sonaba la canción patria y los que se posicionaban del lado de Trump. Desde la NHL (liga profesional de hockey sobre hielo) y el NASCAR (automovilismo) manifestaron su apoyo hacia el respeto del himno y los dichos del presidente Trump.

Kaepernick presentó una denuncia formal por considerar que los dueños de la NFL no permitirle trabajar por ser la cabeza visible de un reclamo por la violencia racial que sufrió la gente de color en Estados Unidos. Desde marzo que es agente libre y no consigue que ninguna franquicia lo ubique entre sus filas.

Las zapatillas de Le Bron James.

La NBA apoyó la libertad con las que sus jugadores se manifestaron en contra de la diferencia racial pero a través de un comunicado remarcó que los basquetbolistas no pueden, por reglamento, arrodillarse mientras se entona el himno. Ante esta situación, Le Bron James y los integrantes de Cleveland Cavaliers decidieron trabar los brazos mientras sonaba el himno. Además, la figura de los Cavs, saltó a la cancha con unas zapatillas con la palabra “Equality” (igualdad).

Manu Ginóbili, figura del básquet a nivel mundial, también se manifestó a favor de los deportistas que utilizaban los medios para mostrar su postura: “Creo que es grandioso lo que está sucediendo. Los atletas tenemos cámaras frente a nosotros y en muchos casos la gente no tiene esa oportunidad”. Agregó que los reclamos que se vienen dando hace un año en el país que reside ayudan a entender los problemas que existieron durante tantos años.

Los jugadores de Cleveland Cavaliers tomados de los brazos durante el himno.

La grieta entre los deportistas y Trump llegaron a tal punto que el presidente decidió cancelar la invitación tradicional a Golden State Warriors, último campeón de la NBA, a la Casa Blanca por la clara posición de Steve Curry y compañía del “derecho de nuestros ciudadanos a expresarse libremente en asuntos importantes”.

Esta lucha, que lleva un año en manos de los deportistas, pero muchos más en manos de la sociedad, parece no tener punto de contacto entre las partes. Trump mostró su ideología, cerrada al diálogo en estos aspectos, mientras que los actores principales del deporte siguen firmes en sus ideales.