Gustavo Costas: El Hincha que se Convirtió en Ídolo Indiscutido de Racing

Un repaso a la historia del reciente técnico campeón de la Copa Sudamericana: el descenso del club de sus amores, la Supercopa de 1988 y el momento en que Racing estuvo a punto de desaparecer.

De la pasión como hincha a la gloria como director técnico, Gustavo Costas dejó una huella imborrable en Racing. Vive los partidos como pocos, saltando y corriendo de acá para allá; y es que su vida, tanto dentro como fuera de la cancha, gira y está marcada por una profunda relación con el club de sus amores: “Primero soy hincha de Racing y después soy argentino”. Su historia es la de un hombre que, con esfuerzo, pasión y sentimiento, logró llevar a “La Academia” hacia la gloria internacional.

Sueño Hecho Realidad

Su carrera comenzó en las divisiones inferiores de Racing, donde su entrega lo convirtió en un defensor central de gran proyección. Su debut en Primera División se produjo en 1981, cuando tenía apenas 18 años, y desde ese entonces se ganó el cariño de los hinchas con su estilo de juego: combativo, garra, inteligente.

A lo largo de su carrera como futbolista, transitó por algunos de los momentos más complejos en la historia del club de Avellaneda, como el descenso en 1983, sumado a crisis institucionales. Sin embargo, su amor por los colores de la “Academia” impidió que se borrara en los malos momentos. Fue precisamente en la peor época cuando Costas mostró su verdadera jerarquía. En 1985, ya como capitán de Racing, lideró a un equipo que logró el regreso a primera.

El Resurgir De La Academia

Costas no solo fue un referente dentro de la cancha, sino también una pieza clave en la obtención de grandes títulos internacionales para Racing. En 1988, ya consolidado como una de las figuras más relevantes en la historia reciente del club, levantó la Supercopa Sudamericana e Interamericana, dos títulos que quedaron grabados en la memoria de los hinchas racinguistas. La Academia dejó afuera a Santos de Brasil en Cuartos de Final, a River en Semifinal y en la Final el rival fue justamente Cruzeiro. Con ventaja 2-1 en el Cilindro e igualdad 1-1 en Belo Horizonte, Racing se coronó como el primer equipo argentino en ser campeón en Brasil.

En total, Costas jugó 337 partidos con la camiseta de Racing, convirtiéndose en el jugador con más presencias en la historia del club. Durante su carrera, marcó 9 goles, aunque su verdadera importancia radicaba en su liderazgo defensivo y en su capacidad para organizar al equipo de mitad de cancha para atrás. Su vínculo con la hinchada, fue muy fuerte, y se ganó el cariño de la gente, convirtiéndose en ídolo. Costas siempre fue un hincha más, alguien que entendía la esencia de la institución y el sentimiento de su gente.

De Jugador a Técnico Superando La Crisis

En 1989, fue transferido al FC Locarno de Suiza, paso que le permitió seguir creciendo como jugador. Sin embargo, su amor por Racing nunca desapareció. En 1992, tras su paso por el fútbol suizo, regresó a su casa, donde continuó demostrando su calidad hasta 1997, cuando decidió retirarse en Gimnasia y Esgrima de Jujuy tras un breve paso por el club jujeño.

Su carrera como técnico comenzó en 1999, cuando asumió su primer cargo al mando de La Academia, iniciando su travesía como entrenador en el mismo club en el que había sido jugador y capitán. En su primer ciclo, se enfrentó a varios obstáculos. Racing atravesaba un momento complicado, tanto en lo deportivo como en lo institucional, y el equipo necesitaba reestructurarse.

En 2001, Racing atravesó por uno de los peores momentos de su historia, con graves problemas económicos y deportivos. El club estaba al borde de la quiebra y con riesgo de perder la categoría. En ese contexto tan difícil, Gustavo Costas, que ya era un ídolo por su paso como jugador, se involucró como DT. Llegó en medio de una gran crisis institucional, con un plantel muy golpeado y presionado por los hinchas. A pesar de las adversidades, el técnico logró darle al equipo algo de estabilidad. No fue fácil, pero logró lo más importante: Racing se salvó del descenso.

Aunque los resultados no fueron siempre los esperados al principio, Costas supo ganarse el respeto de los hinchas gracias a su dedicación y valentía para poner el pecho a las balas. Siempre comprometido, el esfuerzo y la entrega demostraron que no solo entendía lo que significaba el club para la gente, sino que también compartía el mismo sentimiento de amor y pasión por los colores.

Gloria Internacional Tras 36 Años

A principio de este año, Racing buscaba alguien que pudiera devolverle la competitividad y la identidad al equipo para aspirar a pelear en lo más alto. Por eso, la dirigencia de Victor Blanco decidió recurrir al hombre que vive por y para el club.

Costas no solo logró darle una nueva estructura al equipo, sino que también fue un golpe de efecto, y la construcción de un grupo de futbolistas que conforman a uno de los mejores equipos del Fútbol Argentino. Racing mostró una gran solidez defensiva y supo reaccionar en los momentos más difíciles del torneo. La final, intensa y llena de emoción, fue el reflejo del trabajo de Gustavo Costas y de la pasión que ponía en todos los partidos desde que llego.

La obtención de la Copa Sudamericana significó mucho para Racing. No solo fue el regreso a un título internacional después de muchos años de espera, sino también un reconocimiento al trabajo de Costas. El técnico entendió la importancia de la Sudamericana no solo como un torneo más, sino como una oportunidad para volver a escribir la historia del club en el ámbito internacional desde el primer día en que volvió a pisar Avellaneda. Ahora, el equipo motivado y con la moral por las nubes, tiene el desafío de enfrentar la pelea por el campeonato local que está por terminar; reflejando el gran momento que vive el club hoy en día, y si alguien se merece transitar esto es Gustavo Costas.