Delantero potente, diestro, con buen promedio de gol, de buen cabezazo, y con la contextura de un 9 tradicional, Mauro Icardi, capitán e ídolo del Inter, sigue pidiendo pista en el seleccionado nacional, a fuerza de vigencia, actualidad, y buenos rendimientos, demostrando que los escándalos de la farándula no afectaron para nada su carrera deportiva. En la presente temporada del calcio, lleva 14 goles convertidos hasta el momento, siendo superado solo por su compatriota Gonzalo Higuaín, de tremenda campaña en Nápoli.
Al parecer, Gerardo Martino, DT de la Selección Argentina, estaría cada vez más interesado en llevarlo a los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, para compartir delantera con Paulo Dybala, figura de la Juventus. Veremos entonces, si Icardi aprovecha esta oportunidad, y demuestra todos los avales que trae del fútbol europeo y, que de esta manera, cuando hagamos referencia a una “icardeada”, no se trate de un chiste propio del escándalo mediático que lo envolvió, sino que sea para mencionar una jugada o un gol, de quien podría ser el futuro 9 de la Selección para Rusia 2018.
Sus inicios
El 19 de febrero de 1993, en Rosario, Santa Fe, nacía Mauro Icardi. Con nueve años, en medio de la crisis social y económica que azotó a nuestro país, allá por el 2001, su familia decidió buscar nuevas oportunidades y abandonaron suelo argentino, para asentarse en España, más precisamente en Islas Canarias, donde tenían familiares.
En tierras españolas, Mauro -hincha fanático de Newell’s desde chico- comenzó a jugar al futbol en La Unión Deportiva Vecindario, donde marcó más de 500 goles entre los años 2002 y 2008, año en el que Abian Morano, un agente FIFA y aún hoy su representante, exhibió un video del torneo Internacional de Arona 2008, en el que habían participado, entre otros, Barcelona y Real Madrid. Luego de negociar con varios clubes interesados, fue finalmente Barcelona quien se hizo con los servicios del rosarino, firmándole contrato hasta 2013 con La Masía, siendo la firma del acuerdo más alto para un cadete oriundo de Canarias.
Con una altura de 1,81 mts, y todas las características propias de un clásico 9 de área, Mauro anotó 18 goles para el Barcelona B, durante la temporada 2008/2009, obteniendo un campeonato, y siendo la figura del equipo. Por este motivo, formó parte de la Selección Argentina Sub-17, aunque luego no fue incluido en la lista definitiva para el sudamericano de ese año. En Barcelona, fue promovido a la Sub-19 durante el 2011, pero al ver que el primer equipo no jugaba con un centro delantero definido, decidió marcharse a préstamo a Sampdoria, con una opción de compra de 400 mil Euros.
Durante sus primeros 6 meses en el conjunto genovés, fue goleador del equipo primavera (lo que sería la reserva de nuestro fútbol), y repetiría el galardón en la temporada 2011/2012, al anotar 19 goles. Ya en la temporada 2012/2013, logró el ascenso a la Serie A e incluso marcó un gol en el clásico frente al Genoa. Durante esa temporada, Icardi, con tan solo 19 años, convirtió 10 goles en 31 partidos, siendo parte fundamental en el funcionamiento de Sampdoria.
Por esa época, ya comenzaba a hablarse de su posible convocatoria al seleccionado nacional, por parte del entonces entrenador Alejandro Sabella, quien seguía sus partidos de cerca, en sus visitas al viejo continente. Asimismo, Roberto Mancini, que en ese momento dirigía al Manchester City, quiso sumarlo al conjunto ciudadano, pero luego de idas y vueltas, en la temporada 2013/2014, el Inter de Milan se hizo con la totalidad de su pase por una suma cercana a los 13 millones de Euros. Es en este, el momento más ascendente de su carrera, en el que se desata el escándalo mediático que convertiría su apellido en un verbo.
En su llegada al fútbol italiano, Mauro Icardi se reencontró con quien fuera uno de sus ídolos de la adolescencia, y a quien había tenido el gusto de conocer durante su estadía en La Masia: Maxi López, quien fuera jugador de River, Barcelona y Mallorca, entre otros, se encontraba jugando en Sampdoria, y al coincidir con Mauro, desarrollaron una cercana amistad. Incluso, ante los buenos rendimientos de Icardi, Maxi Lopez perdió su lugar en Sampdoria, y se fue a jugar a Catania, pero esto no fue impedimento para que Mauro se convierta, prácticamente, en un integrante más de la familia de Maxi.
El ex jugador de River atravesaba una situación compleja con su esposa, Wanda Nara, y en medio de los rumores de divorcio y separación, estalló la bomba: Mauro Icardi, de 20 años, declaraba en Twitter que estaba enamorado de Wanda Nara, esposa de su amigo. A partir de ahí, una ola de titulares, portadas, y declaraciones cruzadas, opacaron por completo la actualidad deportiva de Icardi. El debate se centraba, en definitiva, en una cuestión moral, llevada al ámbito de los códigos, con horas de televisión, durante las cuales abundaban premisas como “la mujer de un amigo tiene bigotes”, audios cruzados, y un séquito de panelistas que opinaban al respecto.
Icardi dejó de ser el apellido de un prometedor futbolista, para pasar a ser un verbo, sinónimo de traición o “ruptura de códigos”. De ahí, el término “Icardear”, que nos parecía pintoresco a propios y extraños. En la tv, en la calle, incluso en charlas entre amigos, se podía escuchar, a modo de chiste, el uso de este verbo, y no precisamente en referencia a una jugada, o a un gol del delantero del Inter.
Entretanto, el gran momento de Mauro, no solo no menguaba, sino que se acrecentaba, llegando a convertir 12 goles en 22 partidos de liga, durante su primera temporada en el Neroazzurro, a punto tal de que Cesare Prandelli, por entonces DT de la selección italiana, le ofreciera la citación para vestir la camiseta del cuádruple campeón del mundo, la cual Icardi rechazó, a sabiendas de una posible convocatoria al seleccionado argentino.
El llamado finalmente llegó, y en octubre de 2013, fue citado para la doble fecha de eliminatorias ante Perú y Uruguay, y debutó oficialmente frente al charrúa, ingresando desde el banco, a los 80 minutos de partido, en reemplazo de Augusto Fernández. Y en su segunda temporada en Inter, Icardi se afianzó por completo, y con 22 años se consagró capo cannonieri del calcio, con 22 tantos, junto con el experimentado Luca Toni, siendo el segundo goleador más jóven en la historia de la liga italiana. Hoy afronta su tercer curso en el neroazzurro y su techo no ha sido encontrado. ¿Tendrá lo necesario para ser el 9 de la Selección? Río 2016 será su examen de admisión.
Por Juan Pablo Francia.
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