El Girondins de Burdeos, histórico del fútbol de Francia, al borde de desaparecer: ¿qué clubes argentinos atravesaron la misma situación?

La amenaza de la desaparición de esta institución francesa toma cada vez más rigor. A medida que el club enfrenta su posible disolución, repasa la gravedad de la situación en nuestro fútbol.

El Football Club Girondins de Burdeos abandona el fútbol profesional tras 87 años, en consecuencia de una profunda crisis financiera que arrastra desde 2021. Así lo confirmó el empresario, y dueño del club Gérard López en una entrevista a la agencia de prensa francesa AFP: “Hay tres escenarios sobre la mesa, entre ellos la liquidación y la desaparición del club”.

El comunicado oficial del club:

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La institución que se desempeñaba en la segunda división de Francia, y había aceptado pasar a jugar en la tercera, contraía una deuda que superaba los 40 millones euros. La difícil situación económica llevó a una serie de drásticas decisiones como rescindir los contratos de todos los jugadores del plantel. Además, se clausuraron tanto las instalaciones deportivas como la cantera en un esfuerzo por reducir los gastos operativos y financieros.

Evidenciando el debilitamiento de toda la estructura. La suspensión de las actividades en las inferiores, que era fundamental para el desarrollo de nuevos talentos, refleja el gran impacto en todos los aspectos del funcionamiento del club.

Zidane y Cavenaghi en el aniversario del Bourdeaux en mayo 2024.

Grandes futbolistas pasaron por el Bourdeax: Leyendas como Zinedine Zidane, Fernando Cavenaghi o Mauricio Pochettino; hasta jugadores actuales como Tchouaméni o Kounde.

La noticia resuena como un golpe significativo en el mundo del fútbol, donde el impacto de las dificultades financieras en clubes históricos continúa siendo una preocupación creciente.

CRISIS EN EL FÚTBOL ARGENTINO

San Lorenzo

En el año 2000, la firma suiza de la familia fundadora de Adidas conocida como International Sport and Leisure (ISL) le propuso un acuerdo al presidente de CASLA, por aquel entonces Fernando Miele, para adquirir los derechos del club por 10 años. La multinacional tenía también una sociedad con el Grupo Clarín para comercializar merchandising de la AFA, y buscaba involucrarse en el mercado local.

Aquella oferta se realizó en secreto, pero los hinchas fueron alertados por la jugada y por ese motivo se autoconvocaron en el estadio Nuevo Gasómetro para protestar contra la venta del club. A pesar de la represión policial, la hinchada se mantuvo firme en su rechazo a la privatización.

Este conflicto ocurrió en el contexto del proyecto de ley para reorganizar el fútbol argentino, que incluía la creación de sociedades anónimas deportivas (SAD), impulsadas por Domingo Cavallo y Patricia Bullrich. El proyecto buscaba básicamente privatizar los clubes.

Sin embargo, ISL se declaró en quiebra poco tiempo después, había prometido grandes sumas a las asociaciones de fútbol, pero se encontraba en una situación financiera desesperada. La empresa debía más de 100 millones de dólares a la FIFA por los derechos televisivos del Mundial 2002 y enfrentaba graves problemas económicos. Por otra parte, Argentina enfrentó una crisis económica que culminó en el colapso financiero de 2001.

Hoy, con el gobierno de Javier Milei, existe una amenaza similar de privatización en diversos sectores. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), bajo la presidencia de Claudio “Chiqui” Tapia, se opuso a las SAD en una votación, mostrando una resistencia similar a la de los hinchas de San Lorenzo en aquel contexto.

Ferro

En la década de 1980, Ferro Carril Oeste era admirado por todo el futbol argentino en base a su estructura y éxito en múltiples deportes. El verde era un modelo a seguir con un exitoso programa deportivo que incluía campeonatos en básquet, vóley y handball, un estadio espectacular y alrededor de 50,000 socios activos.

Pero lamentablemente sufrió una grave decadencia debido a una combinación de malas administraciones, crisis económicas y cambios. Factores como la crisis del Plan Austral y, en consecuencia, la pérdida de figuras como Carlos Griguol (pieza clave en toda la estructura del club) afectaron negativamente. Los carnet de socios se redujeron drásticamente de 50,000 a 15,000, y el club sufrió un notable declive en sus actividades deportivas y sociales, así como la acumulación de deudas.

El juez Rodolfo Herrera decretó la quiebra del club en 2002. A partir de una demanda por una deuda de más de 50 mil pesos, dentro de un pasivo total de 27 millones de pesos. Aunque la dirigencia del club, encabezada por el vicepresidente Sergio Damelio, había planeado saldar parte de la deuda en los próximos meses, la decisión judicial sorprendió a la administración.

Los hinchas realizaron una marcha por el barrio de Caballito en oposición a la quiebra del club. Su objetivo era demostrar que la unión de socios e hinchas comprometidos podría enfrentar seriamente la amenaza de quiebra. La marcha, que comenzó en la sede del club y terminó en Acoyte y Rivadavia, se llevó a cabo en un ambiente de tranquilidad y paz. Los participantes cantaron canciones y mostraron su identificación con el barrio, buscando el apoyo local para influir en la decisión del juez sobre el futuro del club.

Posteriormente, Ferro descendió en el fútbol a la Primera B y, posteriormente, a la Primera C. A pesar de estar al borde de la liquidación, un grupo de socios decidió resistir la quiebra. Se organizaron manifestaciones para tratar de salvar al club y preservar lo que quedaba, siguiendo ejemplos de otros clubes que lograron superar crisis similares.

El 17 de octubre de 2014, Ferro anunció que había levantado la quiebra que arrastraba desde 2002, recuperando así su estabilidad financiera y volviendo a ser propiedad de sus socios.

La recuperación implicó un proceso de reestructuración que incluyó la reorganización de su deuda y una serie de medidas para sanear sus finanzas. Con la deuda saldada y la situación financiera estabilizada, el club pudo retomar el control total de sus operaciones y volver a funcionar bajo la gestión de sus socios.

Por otra parte, El ex juez Rodolfo Herrera fue condenado a tres años de prisión en suspenso e inhabilitación absoluta perpetua por corrupción relacionada con la quiebra del club. Acusado de administración fraudulenta y enriquecimiento ilícito. Herrera, que se involucró personalmente en la administración del club, abusó de su poder para obtener beneficios ilegítimos.

El levantamiento de la quiebra marcó un importante hecho en la historia del club, permitiéndole superar un largo período de dificultades. Tras años de crisis financiera, que llevaron al club a enfrentar una grave quiebra y una notable disminución en su actividad.

Boca Jrs

📷Revista El Gráfico

En el año 1984, Boca vivió una grave crisis financiera que casi lo lleva a la desaparición. La incorporación de Diego Maradona en 1981, por un costo exorbitante, generó una deuda significativa, exacerbada por la hiperinflación y una mala gestión económica con créditos para pagar el contrato. River ofertaba el doble, sin embargo esto decía el Diego:

El club enfrentó serios problemas como el cierre de la Bombonera, la clausura de la tercera bandeja por falta de mantenimiento. Había que pagar los servicios. Conflictos con jugadores como Ricardo Gareca y Oscar Ruggeri, quienes reclamaban sus pagos y la falta de condiciones adecuadas. Ambos terminaron jugando en River; incluso, le prendieron fuego la casa al campeón del mundo cuando se enteraron.

Boca jugó un partido con camisetas blancas, y números pintados con marcador. Fue contra Atlanta, en julio de 1984, el Xeneize fue embargado judicialmente y se llevaron la utilería a La Candela. El oficial de justicia intentó embargar las máquinas de lavar, pero una empleada las protegió.

📷Revista El Gráfico

Boca usó camisetas de entrenamiento con números hechos con fibrón en el primer tiempo, ya que las camisetas oficiales no estaban disponibles debido a los embargos y conflictos con Adidas. En el segundo tiempo, el equipo jugó con la camiseta alternativa.

Incluso tuvo que intervenir el ex presidente de la nación, por aquel entonces, Raúl Alfonsín; que designó al interventor Federico Polak para que ayude a estabilizar la situación, permitiendo una transición de liderazgo que culminó con la presidencia de Antonio Alegre. A pesar de la venta de la Ciudad Deportiva a un precio inferior a su valor real, Boca logró superar la crisis con la ayuda de figuras como Carlos Heller y Mauricio Macri, que contribuyeron en la reestructuración del club.

Racing Club

hinchas de Racing coparon el Cilindro a pesar de no haber partido (Archivo Clarín)

El club que dejó de existir el 4 de marzo de 1999 debido a una profunda crisis económica. La crisis surge de un pedido de quiebra presentado por el expresidente Daniel Lalín. A pesar de los esfuerzos por salvar al club de la deuda que superaba los $66 millones, la justicia designó a Liliana Ripoll para administrar la entidad deportiva. La doctora anunció la suspensión de las actividades y dejaba la frase:

Historia mencionada en la canción de La Guardia Imperial:

La noticia de la ‘desaparición’ de Racing provocó una fuerte reacción por parte de los hinchas, quienes salieron a las calles para expresar su descontento.

📷Germán García Adrasti

En medio de la protesta, el presidente residual, Daniel Lalín, intentó dirigirse a los presentes en la sede del club, pero fue golpeado en la cara por un redoblante lanzado por un hincha.

A pesar de los graves problemas financieros, Racing superó la crisis y la quiebra tras ser adquirido por la empresa Blanquiceleste. Con el apoyo de los hinchas y una gestión eficaz, el club se recuperó y en 2008 fue restituido a sus socios, cerrando así un oscuro capítulo en su historia.

EL COLAPSO ECONÓMICO

En general, el fútbol argentino enfrenta una crisis económica severa que afecta a numerosos clubes. La falta de ingresos estables, la inflación y la devaluación de la moneda han llevado a problemas financieros graves, como retrasos en el pago de salarios y dificultades para cumplir con obligaciones contractuales.

Además, la deuda acumulada y los problemas de gestión han reducido la capacidad de los clubes para atraer y retener talento que vuela con menos de un año en primera. Nuestro fútbol se encuentra luchando por mantener su estabilidad financiera y competitiva en un entorno económico desafiante.