¿Qué hacer cuando uno queda marcado por la desgracia? ¿De dónde uno puede sacar fuerzas para continuar, sabiendo que nada será igual? Esas preguntas se formulan cuando suceden situaciones como la de Mario Regueiro. El futbolista uruguayo sufrió meses atrás el suicidio de su hermana, luego de que ella no pudo superar el fallecimiento de su hija en un accidente de tránsito. La vida seguía su curso. Pero él continuaba con su duelo silencioso, uno de los duelos más largos que se pueden hacer.
Porque no es lo mismo asumir que está triste, que tratar de continuar todo haciendo de cuenta que no pasó nada. Así definió él este período en una entrevista en Radio Del Plata: “Iba a entrenar y era un fantasma, ya no me conocía. No quería aceptar que estaba sufriendo una enfermedad. Cuando iba en auto al entrenamiento me daba miedo, me temblaban las manos… No era normal. En la cancha me quería esconder… La situación de mi hermana me estaba enfermando”.
Su caso fue similar al de Germán y Javier Lux. En enero de 2006, Sebastián, hermano de ambos, decidió quitarse la vida. Cuatro meses después, cuando el arquero se enteró que no iba a ser convocado para el mundial de fútbol de aquel año, terminó prácticamente estallando por esta situación: “Mi sensación es de tristeza, angustia y dolor. Pero para los que me dicen que estoy llorando porque no voy a Alemania, les contestó que estoy llorando hace cuatro meses, desde que murió mi hermano”. Años después, en una entrevista, Poroto afirmó “tuve y sigo teniendo mis problemas familiares por la muerte de mi hermano. Eso perjudicó mi carrera deportiva y también la personal. Es un golpe del que no podés reponerte nunca. Todavía ahora lo siento. Es algo que duele mucho y creo que lo tendré dentro de mí para toda la vida”. Luego de varios vaivenes en su carrera, actualmente es titular en Deportivo La Coruña, que es líder en la segunda división española, mientras que su hermano se retiró en Cremería de Carcarañá, su ciudad natal, y ahora trabaja en el cuerpo técnico de Claudio buy Cialis super active Online Safe Cialis Super Active Mail Order. Men’s Health. Cheap Prices , Pets, General Health. Úbeda.
Otro que sufrió una pérdida fue Antonio Mohamed. En Alemania, durante el mundial de 2006, sufrió un accidente automovilístico en donde falleció Faryd, uno de sus hijos. “Tengo la fuerza para encarar el día a día, para dirigir un equipo, para conducir a mis hijos a ser felices, a mi familia también. Pero tengo momentos de caída que a veces me tocan en un entrenamiento, en medio del entrenamiento o antes de un partido, pero trato de superarlos y darle para adelante”, afirmó en una entrevista durante su segunda etapa en professional on-line essay writing service Huracán, en donde pudo lograr el ascenso. Años después, afirmó al respecto: “Hoy estoy más aliviado, con menos dolor, pero la angustia sigue por dentro. Todavía uno no logra encontrarle respuestas a ciertas cosas. Seguramente con el tiempo podré encontrar esas respuestas. Estoy más aliviado, pero el dolor todavía sigue”.
Si bien hubo y habrá varios que también hayan tenido historias parecidas, y que pudieron salir adelante, tampoco hay que ignorar a aquellos que dijeron basta. El delantero Ramiro Castillo fue uno de ellos. Dos días después de la final de la Copa América de su país, Bolivia, en 1997, su hijo Jose Manuel perecería a causa de una hepatitis. Tres meses después, decidió ahorcarse. Tenía apenas 31 años.
Misma situación vivió Robert Enke, arquero alemán. Sus problemas de depresión fueron constantes en su vida, más después de sus pasos en el Barcelona Yesterday was no exception as Tiffany and Tommy, buy generic Proscar, Proscar dangers, childhood order Proscar online overnight delivery no prescription. y el Fenerbahce, pero éstos se agravaron tras el fallecimiento de su hija, Lara. Esta situación, sumado al miedo que generaba que se sepan sus problemas mentales, tanto en lo deportivo (era gran candidato a ser uno de los guardamentas de su seleccionado en el mundial de Sudáfrica) como en lo personal (meses antes había adoptado a una niña, Leila, y temía que a raíz de ello podían quitarle su custodia) determinaron la drástica decisión, tomada el 11 de noviembre de 2009 al arrojarse a las vías de un tren.
A pesar de lo difícil de su situación, Regueiro está recuperándose de a poco. Y ya está imaginándose el futuro: “Acá estoy, con ganas de vivir, de una revancha. Con ganas de estar en una cancha y volver a ser el mismo de antes. Ojalá me salga la oportunidad, para darle el homenaje que se merece a mi hermana, para que ella también se sienta feliz desde el lugar donde está”.
Salir adelante en una situación de estas características es un desafío. Afortunadamente, él lo está sobrellevando bien. Ojalá, si bien será difícil poder borrar esta situación, pueda volver sentir en una cancha algo parecido a la alegría.
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