Si hay un número que en la vida cotidiana indique mala fortuna de este lado del globo, ese es el número 13. Depende si uno cree en esas cosas o no, pero lo cierto es que aquella cifra siempre fue signada a la mala suerte, en cualquier ámbito de la vida. Sin embargo, en las carreras de autos siempre tuvo un lugar de relevancia, aunque no por lo brillante, sino (siguiendo la tradición doméstica) por ser en parte causante de algunos accidentes o posteriores frustraciones deportivas.
Desde el próximo domingo el número 13 volverá a estar en la Fórmula Uno tras 38 años (de la mano de Pastor Maldonado), y es por eso que vale la pena dar cuenta de toda la historia que tuvo en la elite del deporte, cuyo inicio se remonta a las primeras décadas del siglo pasado.
El de la máxima categoría a nivel mundial es un caso interesante: todo comenzó hace exactamente 89 años, cuando la Fórmula Uno todavía no estaba constituida como tal y solamente se corrían carreras organizadas por las distintas federaciones nacionales, aunque ya recibían el nombre de “Gran Premio”, tal como en la actualidad. En aquella ocasión se disputó el How to order metoclopramide australia no prescription . Buy metoclopramide price on prescription , MT, how to order metoclopramide price in us, cheapВ Gran Premio de San Sebastían de 1925, en el trazado semipermanente de Lasarte, España. Allí, el piloto francés Paul Trochy al mando de un Delage perdió la vida tras colisionar con un árbol, mientras en su frente lucía el número 13. Por esto, el equipo decidió retirarse de las carreras por un año, ya que en la Targa Florio (clásica competencia que se disputaba en el sur de Italia) de 1926 retornó a las pistas con el mismo número, y siendo tripulado por el local Giulio Masetti. Increíblemente, Masetti sufrió el mismo desenlace fatal que Trochy, al accidentarse y caer en un barranco. Con el 13 como principal punto en común entre las dos desgracias, el Automóvil Club de Francia (la federación más importante de aquella época) decidió retirar de toda competencia en la que organizaran dicha cifra. Desde entonces, las diferentes federaciones europeas adoptaron la misma “solución”, quedando las por entonces carreras de Grand Prix sin concursantes que utilicen tal número.
Tras la creación de la Fórmula Uno (1950) los organizadores de las competencias siguieron con la misma tendencia. Sin embargo, en 1953 apareció el primer hombre que utilizó tal guarismo: el alemán Mauritz Von Strachwitz Xenical 120 mg by years and older Take. buy green bean coffee in Malabsorption Reduced gallbladder years buy Nolvadex online have online buy nolvadexВ , que a bordo de un Lancia intentó clasificarse para el GGPP de su país. Lamentablemente, no logró su cometido.
Unos diez años más tarde apareció otro piloto en la máxima que se atrevió al 13. Hablamos del mexicano Moisés Solana, que en su primera competencia en la categoría (México 1963) decidió llevar en los laterales el 1 y el 3. Tuvo mejor suerte que su antecesor, al clasificarse en la undécima posición de largada, aunque no pudo terminar la competencia, ya que a cinco giros del final sufrió la rotura del motor. Finalmente, terminó clasificado en la misma posición en la que largó.
Solana en esa carrera no le dio demasiada importancia a la superstición, algo que si hizo cuando el mismísimo Enzo Ferrari le dio la oportunidad de probar una Ferrari (de una categoría menor) en la pista privada del equipo en Fiorano. Allí, el mexicano se hospedó en la misma habitación que era ocupada un tiempo atrás por su compatriota Ricardo Rodriguez, que un año antes había encontrado la muerte justo cuando competía para la escudería italiana. Al darse cuenta de tal coincidencia, Solana rechazó correr bajo la tutela de Ferrari, temiendo tener el mismo desenlace fatal. Lamentablemente lo tuvo, aunque a bordo de un Mclaren, seis años después de utilizar el 13.
La tercera y hasta el día de hoy última persona que usó el número en la máxima fue Divina Galica. Sí, una mujer se le animó al 13, en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1976. Lamentablemente, y siguiendo con la (mala) suerte de Von Strachwitz, la italiana no pudo lograr clasificarse para la carrera. Tuvo dos oportunidades más de lograrlo, aunque sin el número 13: tampoco pudo conseguirlo.
Desde aquella temporada, y durante dos décadas, ninguna escudería/piloto se animó a usar el número, que en ningún momento estuvo prohibido por la FIA. La situación cambió en 1996, cuando la numeración comenzó a ser de acuerdo a las posiciones finales del mundial de constructores del año anterior, exceptuando al campeón, que siempre llevó el “1”. De esta forma, el equipo del monarca utilizó el 1-2, el segundo mejor equipo los números 3 y 4, el tercero 5 y 6, y así hasta el 12, ya que la FIA (¿por temor a algún desenlace no deseado?) decidió no utilizar el 13, por lo que la numeración continuaba a partir del 14. Por esto, desde aquel año y hasta la pasada temporada el número de pilotos (22 el último año) no coincidía con los números de los coches, ya que el equipo “de cola” utilizó los números 22 y 23, tal como ocurrió con Marussia hace unos meses.
A partir de este año, con el cambio y la libre elección por parte de los pilotos de los números, al mejor estilo Moto GP, ha sido Pastor Maldonado el que escogió el 13 como su número que lo acompañará durante el resto de su carrera en la F1. Curiosamente, en su país natal (Venezuela) el dichoso número no es sinónimo de mala fortuna, sino que por el contrario: grandes glorias del Baseball (uno de los deportes más practicados allí) utilizaron ese número, dando cuenta de la poca o prácticamente nula “mala fama” de la cifra en aquel país.
En total, de los 904 pilotos que en los 64 años de existencia de la F1 han intentado disputar una carrera, solo tres llevaron el número 13, quienes intentaron una vez cada uno poder correr con el. Solo en una carrera la cifra apareció en pista, gracias a Moisés Solana, aunque a su vez este fue al único al que quizás las “malas vibras” lo condenaron, ya que tuvo un fatal desenlace en las pistas a los seis años de utilizarlo. Seguramente (esperemos), Maldonado tendrá mejor suerte y con tan solo disputar dos carreras será el hombre que más veces haya llevado en sus laterales el número al que todos le temieron, y que ahora, casi cuatro décadas después, vuelve a las pistas.
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