En el torneo que, por ahora, lideran Rosario Central, Godoy Cruz y Lanús, se está efectuando un fenómeno más que interesante y llamativo para los amantes del fútbol: la cantidad de goles que hay por partido. El promedio de cada fecha es alto y, en estas siete jornadas, superador al Torneo de 30 largo que consiguió Boca Juniors en 2015. Con resultados demasiado abultados o extremadamente parejos, ningún equipo se guarda nada y busca el arco rival. Para los hinchas –neutrales, obviamente- es un espectáculo maravilloso, de buena calidad e intrigante. Tal vez no sea un gran nivel futbolístico, pero se dan muchos choques de alto vuelo.
Van disputadas siete jornadas, solo 97 cotejos (faltan los tres pendientes de Huracán y el Vélez-Quilmes de la 7ma) y ya hay acumulados 280 goles, lo que da un promedio de 2.77 por encuentro. En la Temporada 2015, a esta altura y con la misma cantidad de partidos efectuados, el porcentaje era de 2.45. Esa competencia finalizó con 994 tantos sobre 450 juegos, una media de 2.25, un número bastante aceptable. Sin embargo, este inicio rompió todos los pronósticos y los equipos juegan desinhibidos, con propuestas audaces y sorprende a todos los espectadores.
No hay una explicación lógica para esta particularidad. Tal vez, que haya menos presiones con el tema del descenso (al haber uno solo, la lucha se polarizó en un grupo de equipos menores) sea un factor que influya. La nueva camada de entrenadores jóvenes que tienen ideales más ofensivos con planteos pensados en el arco contrario, también puede ser una justificación. ¿Se defiende peor o se ataca mejor? Difícil saberlo. Pero sea lo que sea, cada cruce resulta llevadero. La mayoría de los goles son de los locales (169, contra 111 de los visitantes).
Defensa y Justicia y Colón son los equipos con más goles del campeonato (18 y 15, respectivamente) y, casualidad o no, tienen a los goleadores del certamen: Fabián Bordagaray y Alan Ruíz, ambos con siete. Además, el Sabalero es uno de los clubes con la valla más vencida: recibió 15, al igual que Quilmes y uno menos que Argentinos Juniors. De la mano de Darío Franco, el conjunto santafesino es uno de los más atractivos: en todos los partidos hubo, al menos, tres goles como mínimo –dos veces-, en tres ocasiones hubo cinco tantos y en el restante llegó a seis.
La octava jornada, la última previa al parate por las Eliminatorias, arranca y tiene choques que invitan a pensar que la lluvia de goles siga. Por el bien del fútbol argentino y el espectáculo, que no se detenga.
Comentarios