El revuelo que se armó en torno a la candidatura de Marcelo Tinelli a la presidencia de AFA ya está bastante despejado: el dirigente de San Lorenzo podrá presentarse a las elecciones, que además ya no serán en octubre sino el 1° de marzo de 2016. Sin embargo, el Cabezón no quiere desaparecer de la escena y ya mostró algunos de los puntos que le interesan mejorar en el fútbol doméstico.
Lo que más impulsó a Tinelli a ocupar el sillón que actualmente es de Luis Segura es la economía: tanto la AFA como los clubes viven presentes financieros, en varios casos, asfixiantes. Belgrano y Atlético Rafaela son los únicos dos de los 30 clubes de Primera División que no tienen deudas; los demás, algunos con más dificultades que otros, tienen que cancelar obligaciones permanentemente. La entidad madre, en tanto, no tiene ganancia económica ni superávit financiero. En palabras de Matías Lámmens, presidente de San Lorenzo y hombre de confianza de Marcelo Hugo, “puede entrar en default en cualquier momento”, si por algún motivo merma el ingreso de la plata de Fútbol Para Todos. Esto se debe giros monetarios en descubierto que, según aclaró el pope Cuervo, “alcanzan a los 500 millones de pesos”, con cheques que hoy por hoy no tienen fondos para ser cubiertos.
La AFA recibe anualmente 1400 millones de pesos del FPT. Muchísimo dinero, que además Tinelli pretende aumentar para 2016. Sin este caudal de billetes, la asociación viviría en default permanente, producto de sus malas administraciones y de los pésimos manejos de la mayoría de los clubes, que gastan mucho más de lo que tienen. Para evitar cualquier catástrofe, Tinelli pretende “aumentar los ingresos, que tranquilamente podrían duplicarse”. Hay que tener en cuenta que los números de AFA en el último balance cierran sólo por los 25 millones de dólares obtenidos por el subcampeonato mundo.
Para resurgir este aspecto central y generarle superávit operátivo a la asociación, el conductor de TV quiere, entre otras cosas, renegociar los derechos internacionales de televisación, actualmente en manos de Torneos y Competencias. A eso pretende agregarle una inyección de dinero de publicidad privada en los partidos, hoy monopolizada entre el Estado e Iveco. La idea es una pauta mixta, manteniendo la transmisión abierta. Y además, potenciar la marca “Selección” desde la indumentaria hasta las ganancias por amistosos, aprovechando que el mejor del mundo juega para Argentina.
Pero todo esto no será fácil, porque además de las malas gestiones en AFA, el principal problema pasa por los clubes. Una de las razones por las cuales se creó Fútbol Para Todos fue la intención de hacerles llegar más dinero a estos para reorientar sus castigadas economías. Sin embargo, desde mitad de 2009 (inicio del fútbol estatal) hasta fines de 2013, los pasivos de los clubes crecieron un 150% y pasaron de $977,4 millones a $2444,9 millones, según el sitio Web canchallena.com. Durante ese período, en 2011, Aníbal Fernández prometió públicamente auditar los clubes y controlar los egresos desmedidos. Los próximos informes develarán si los clubes cumplieron con los requisitos informativos que les pidieron, pero está claro que los resultados son preocupantes.
Pero Tinelli ya pensó en eso, y aseguró que someterá a las instituciones a una permanente inspección de la AFA, que les exigirá que tipifiquen sus ingresos y egresos relacionados con el fútbol profesional. Además, el propulsor de Ideas del Sur quiere regular el gasto en contratos de jugadores, que de más está decir que son exagerados y antinaturales para asociaciones civiles sin fines de lucro. La AFA, por su parte, será auditada en octubre, noviembre y diciembre del corriente. Mientras tanto, la jueza Servini de Cubría designó tres veedores para controlar qué hace dicha federación con el dinero del FPT (en parte usado amortizar deuda) y por los incumplimientos en seguridad deportiva.
Pero para llevar a cabo esta revolución, los dirigentes de AFA quieren cambiar la forma de conducción. En síntesis, hay que dejar atrás el modus operandi de Grondona: ser acreedor de los clubes para que todos obedezcan sus órdenes. A partir de ahí, las decisiones no serán unilaterales, sino producto del consenso o la discusión del Comité Ejecutivo. Respetando dichas formas, se intentará avanzar en el regreso de los visitantes y la implementación de la AFA Plus, una propuesta de progreso que viene siendo una eterna promesa.
Marcelo Tinelli ya aseguró que quiere una asociación “sustentable, fuerte, participativa, solidaria, comprometida, inclusiva, profesional, jerarquizada, transparente, abierta y con visión de futuro”. En esa visión de lo que vendrá, su intención es volver a un torneo con menos participantes, porque en su pensamiento muchos equipos terminaron siendo más perjudiciales para la economía de los clubes y no al revés. Ya se puso como meta llegar a 2019 con 22 equipos, pero mientras, el formato de 30 necesitará más ingresos.
Como se aclaró, la transmisión gratuita a nivel nacional es innegociable. El Gobierno lo entiende como un derecho adquirido y nadie está dispuesto a discutirlo. Sin embargo, Tinelli deberá velar por un poco de justicia: si River y Boca son los únicos equipos que juegan siempre los domingos por una cuestión de rating, tendrá que emparejar a los demás para que también les toque con regularidad ese día. Es indiscutiblemente la jornada en la que más gente puede ir y va a la cancha, lo que se traduce en mayor recaudación para los clubes. Además, es necesario normalizar la programación de la fecha, muchas veces modificada a pocas horas de los partidos.
El Cabezón sabe de su poder mediático, su llegada a la gente y su éxito como gestor, y hoy cimienta su apoyo en dos pilares: Matías Lammens y Eduardo Spinosa, presidente de Banfield y quien elaboró la mayor parte de su plataforma. También tiene fuertes vínculos con Rodolfo Donofrio y con Boca, además del aval de la mayoría de los dirigentes. A la hora de planificar y establecer lazos, entiende como indispensable el sostén de los estandartes de los dos clubes más importantes. Y por si fuera poco, los tres candidatos presidenciales ya le dieron el ok, con el agregado de que con Scioli, el más votado, es con quien mejor relación tiene.
El show de Tinelli ya comenzó, y paradójicamente no tiene nada que ver con Bailando por un Sueño. El vice del Ciclón ya tiene todo en su mente, y parece que sólo es cuestión de tiempo hasta que sus planes se pongan en marcha. El tiempo que separa el presente con las elecciones de diciembre no lo desmotiva, porque ya está trabajando y haciendo público su proyecto de transformación. Tiene todo. Y cabeza, encima, le sobra.
Comentarios