Genera amor u odio. No hay término medio con Ricardo Caruso Lombardi. Políticamente incorrecto, mal hablado, pero efectivo en el trabajo defensivo y contraatacante de sus equipos, logró que Argentinos siga en Primera una temporada más, cuando parecía condenado al descenso.
Está en todo. Conoce a todos, sabe lo que pasa en todos lados. Es un DT bicho, no porque justamente dirija en Argentinos, sino por su capacidad de mantener su discurso, repetirlo por televisión o radio y, a la vez, encantar y convencer a las personas de que su verdad, es la verdad absoluta. Te obliga a creerle, diga lo que diga. Habla de todo, y de todos, pero cuando esquiva un tema, planta su clásica sonrisa intentando dejarte satisfecho igual. No se achica ante Lionel Messi, duda públicamente de entrenadores rivales, e incluso adjetiva de “cagón” a futbolistas que supo dirigir.
Desconfía de los arbitrajes, aunque casi todos los árbitros que lo dirigieron en el Torneo Final, fueron pedidos por él, y luego casualmente designados. Dice que es quien es por los jugadores, pero limpió tres de sus dirigidos a mitad de campeonato, por bajos rendimientos deportivos y sospechar de su compromiso con la lucha por la permanencia. Aunque la jugada le salió excelente, porque esas salidas generaron nuevas oportunidades para jóvenes del Bicho, que hace tiempo venían pidiendo pista: Rodrigo Gómez, Franco Flores, Nicolás Freire, Lucas Rodríguez.
Es difícil comprenderlo. Fácil de quererlo, y también, sencillo detestarlo. Ricardo Daniel Caruso Lombardi encierra muchas cosas, porque es un enigma que todos conocen, y nadie puede descifrar. De los mejores entrenadores en lo extra futbolístico que ha tenido la Argentina. Una vez más, su figura ha aparecido en escena. Logró que lo llamen de un club del cual estaba vetado de por vida, y rescató al equipo del descenso, aunque casi lo hunde con cinco derrotas consecutivas. Algunos lo llaman “San Caruso”, otros “el vendehumo”. Mientras algún micrófono se acerque, o la cámara se prenda, lo escucharemos expresarse y realizar un nuevo capítulo de show mediático con declaraciones sensacionalistas, aunque su verdadero trabajo sea en el silencio.
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