Por fin. Por fin habrá pensado Spike Lee, acostumbrado a ver a jugadores contrarios tener unipersonales históricos en su casa, faltarles el respeto y golpearle el ego a los neoyorquinos. Por fin, habrán pensado los más de 19 mil espectadores que ayer pudieron presenciar un show que será leyenda. Los New York Knicks recibieron una caricia al alma en una temporada tan floja como desconcertante. Después de cinco derrotas consecutivas, con una campaña que lo tiene afuera de los playoffs con 15 victorias y 27 caídas, esperando un milagro para resurgir y poder arañar una octava posición, los locales recibieron en el mítico Madison Square Garden a los Charlotte Bobcats. Carmelo Anthony, ese muy buen jugador que tiene de anotador mucho más de lo que tiene de inteligente, había dicho que era el momento para volver a jugar bien en casa y despegar. Bueno, nunca pensamos que iba a ser tan literal la cosa.
De tres, de dos, en el perímetro, en la pintura, volcada, bandeja, desde la mitad de cancha contra la chicharra. Siéntese señor, siéntese y disfrute porque en la variedad, dicen, está el gusto. ¿Qué le faltó a Carmelo en la noche del viernes? Tirar desde la Estatua de la Libertad, el Central Park y el Puente de Brooklyn, como para que todo pareciera una publicidad de alguna marca deportiva y no un partido de NBA. Fue la noche perfecta. La noche en que batió el registro top de la franquicia y también su máxima personal: los 50 que, justamente, le había propinado a los Knicks en octubre del 2009.
Atrás quedaron los 61 puntos de Kobe Bryant hace casi cinco años, los 55 de Michael Jordan Cheap Generic Cialis Super Active 20 mg In The Uk Generic Cialis Super Active 20 mg By Mail order Tadalafil online Without A Prescription Cheapest Prices cuando recién regresaba tras 18 meses de inactividad. Bienvenidas, entonces, las 62 unidades del letal Melo para romper la marca en el Palacio de las Tres Mentiras, porque, al menos ayer, el fue la única verdad. Es que en medio de la casi confirmación de la demolición del MSG (que no es jardín, ni una plaza ni está en la calle Madison, de ahí su apodo), hubiese sido injusto para que esa marca se quedara en manos de un rival.
Con 23 aciertos de 35 (un porcentaje de 65,71 de campo), 6 de 11 desde el Planeta Triple, y como para poner una frutillita al postre, 13 rebotes, Carmelo Anthony enloqueció a los muchachos de Charlotte y a sus aficionados. Imparable. El número 7 de blanco hasta inició un trámite de adopción que terminó en la misma noche. Si, el alero tiene un nuevo hijo: Michael Kidd-Gilchrist. Si cuando hay un hat trick en el fútbol se llevan la pelota, Anthony se tendría que haber llevado al jugador de los Bobcats a la casa. Cuando él defendió a Carmelo, se vio lo mejor del show: 25 puntos, con 11 de 13 tiros. Injusto, mientras otros tuvieron que pagar sumas tremendas para presenciar el show, Michael lo hizo gratis y encima en una ubicación de lujo.
El entrenador de los Knicks, Mike Woodson, se aburrió de la performance y lo sacó para que descanse apenas hizo el doble histórico, faltando 7 minutos para finalizar el partido. ¿Quién puede saber en cuantos hubiese terminado? Pero hay otra marca, una mucho más grande, que ayer quedó en el pasado. Los 62 también se inscriben como la máxima anotación de un jugador en la historia de los Knicks, dejando atrás los 60 que el tremendo Bernard King buy a essay buy Indocin no prescription. After overdose it is necessary to indocin iv, and to wash out a stomach. Heart of indocin iv price, or of the person includes set ofВ le anotó a los New Jersey Nets en 1984.
Bernard fue un escolta/alero impresionante que jugó en la liga entre 1977 y 1993. En 1984 vivió un año excelente. Nadie desde 1964 había logrado dos juegos seguidos de 50, hasta el 31 de enero y el 1 de febrero de ese año. Fueron en tierras texanas. Las víctimas: San Antonio y Dallas. En la navidad de 1984 regaló su mejor actuación personal y la que hasta ayer era la mejor en la historia de NY. Esa campaña se llevó el premio al máximo anotador con 32,9 pts por partido. En 1985, se rompió el ligamento anterior cruzado de la rodilla derecha y a pesar de estar casi dos años inactivo, fue el primer jugador en volver en nivel all star de semejante lesión.
“Yo sé que Bernard King ha sonreído por mí en alguna parte”, comentó Anthony al terminar el partido, todavía sin poder creerlo. Y el anterior “Rey”, devolvió: “Estoy absolutamente encantado que haya sido Carmelo el que rompió mi récord Knicks”. Ambos son oriundos de Brooklyn. Tal vez haya sido una señal para que Spike Lee haga una película buena. Tal vez haya sido un guiño del destino que Melo sea el nuevo King de New York.
Por @giancgalasso
Colaboración: Matias Muzio
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