La noche del miércoles el deporte estadounidense paró la pelota contra el racismo, la violencia policial, y contra Donald Trump. En una jornada sin precedentes, las distintas federaciones se encolumnaron en un boicot que rompió todos los esquemas en las protestas por el accionar sanguinario de la policía de Wisconsin contra Jacob Blake. Lo que empezó como una movida del básquet, terminó sumando a cientos de deportistas. A la par, la violencia se recrudece en las calles mientras que a Trump le vuelan la peluca en plena campaña electoral. ¿Qué está pasando en el país norteamericano?
La NBA debía abrir la jornada del miércoles con el quinto juego de la serie de Milwaukee Bucks y Orlando Magic por los Playoffs de la Conferencia Este. Los Magics salieron al parqué a hacer la entrada en calor, pero algo raro pasaba: los Bucks no salieron nunca del vestuario. El equipo de Wisconsin decidió no salir a jugar el partido como forma de protesta por el violento tiroteo contra Jacob Blake en las calles de Kenosha, a 64km del estadio de los Bucks. Mientras tanto, en la cancha, los Magic se enteraban de lo que pasaba en el vestuario rival y decidieron retirarse en solidaridad con el reclamo. Finalmente, el partido se suspendió, pero aun faltaba un detalle: Como uno de los equipos salió, debían darle por ganado el partido. Los “locales” rechazaron quedarse con el punto de esta manera, y se decidió posponer el encuentro.
La noticia viajó rápidamente por la burbuja de Disney, y los demás equipos se sumaron al reclamo. La organización, para evitar mas conflictos, postergó todos los partidos estipulados para el miércoles. Pero los rumores, las llamadas, y las charlas entre jugadores envolvieron rápidamente el entorno. Ya se empezaba a planear extender la protesta. Jaylen Brown, escolta de los Celtics y vicepresidente de la asociación de jugadores, llamaba a Kawhi Leonard y demás referentes de los Raptors para boicotear las semifinales de conferencia que deberían disputar el jueves. En paralelo, LeBron James empezaba a cranear la medida definitiva de protesta: suspender la NBA. En ese sentido, Nick Nurse, coach de los Raptors, deslizó esta posibilidad. “Varios de mis jugadores se están planteando marcharse a casa y no seguir compitiendo”, declaró el entrenador en rueda de prensa. Comienza a azotar la tormenta.
En medio del revuelo, empezaron a llover los comunicados oficiales. George Hill y Sterling Brown tomaron la voz de mando del plantel de los Bucks ante la prensa. “A pesar de las peticiones abrumadoras de cambio, no ha habido acción, así que nuestro enfoque no puede estar en el baloncesto. Cuando entramos a la cancha y representamos a Milwaukee y Wisconsin, se espera que juguemos a un nivel alto, demos el máximo esfuerzo y nos hagamos responsables unos de los otros. Nos aferramos a ese estándar y estamos demandando lo mismo para los legisladores y oficiales de la ley”, rezaba la declaración de los jugadores. Además, agregaron: “Alentamos a todos los ciudadanos a qué se eduquen, tomen medidas pacíficas y responsables y recuerden votar el 3 de noviembre”. Golpe directo a Donald Trump.
Paralelamente a la declaración de los jugadores, aparecían los comunicados institucionales de las franquicias. A través de los canales oficiales del club, Marc Lasry, propietario de la franquicia de Milwaukee, salió a apoyar a sus jugadores. “Apoyamos plenamente a nuestros jugadores y la decisión que tomaron. Aunque no lo sabíamos de antemano, estaríamos totalmente de acuerdo con ellos”, declaró en redes sociales. Luego, salió el comunicado de Orlando Magic: “Hoy nos unimos a la NBA, la asociación nacional de jugadores, Milwaukee Bucks y el resto de la liga condenando el fanatismo, la injusticia racial y el injustificado uso de la violencia de la policía contra la gente de color”. Poco a poco se fueron expresando todos los clubes presentes en Disney, apoyando el boicot. Todos los comunicados seguían un mismo eje: exigir un cambio.
La WNBA, por su parte, decidió sumarse a la protesta y también suspendió sus tres partidos programados para el miércoles. Las encargadas de comunicarlo fueron las jugadoras de Atlanta Dream y Washington Mystic, quienes debieron disputar el primer encuentro del día. De todas formas, las jugadoras se hicieron presentes en el estadio con remeras pidiendo justicia por Jacob Blake y leyeron el comunicado oficial frente a las cámaras de ESPN. “Después de hablar con representantes de los equipos que jugaban esta noche, como también con líderes de la asociación de jugadoras, el consenso es no disputar esta jornada y arrodillarnos, encadenar nuestros brazos y levantar los puños durante el himno nacional”, decía el escrito leído por Elizabeth Williams, jugadora de Atlanta Dream. “Nos ponemos en solidaridad con nuestros hermanos de la NBA y continuamos estas conversaciones con nuestros hermanos y hermanas de todas las ligas, buscando acción colectiva”.
EL FÚTBOL SE SUMÓ A LA PROTESTA
La noticia de lo que pasaba dentro del predio de Disney recorrió toda la burbuja sanitaria, al punto que llegó a la MLS. Dentro del mismo predio, debían jugar Inter de Miami frente Atlanta United, pero los jugadores tenían otros planes. En la previa del encuentro, los capitanes de los dos equipos se reunieron en los vestuarios y acordaron no presentarse en solidaridad con los deportistas que estaban protestando contra el racismo y la violencia policial. Luego de una charla con los organizadores y la terna arbitral, los dos planteles junto con los jueces del encuentro, salieron a la cancha a comunicar que no iban a jugar, sumándose al boicot deportivo. Más tarde, la federación anunció la suspensión de los otros 4 encuentros que estaban programados para el miércoles.
“La familia entera de la Major League Soccer está profundamente entristecida y horrorizada por el tiroteo sin sentido propiciado a Jacob Blake y los eventos en Kenosha”, rezaba el comunicado de la MLS en su cuenta oficial en español. “Continuaremos trabajando con nuestros jugadores, clubes y la comunidad de fútbol más extensa para usar nuestro poder colectivo y luchar por la igualdad y justicia social”.
EL BEISBOL TAMPOCO SE QUEDÓ AFUERA
El duelo entre Los Angeles Dodgers y San Francisco Giants fue suspendido por la adhesión de los jugadores a la protesta del deporte. “A lo largo de nuestra historia de nuestro país, el deporte ha sido un poderoso vehículo de cambio. Los Dodgers y los Gigantes se unen con orgullo a nuestros jugadores en el objetivo compartido de lograr una sociedad más equitativa y justa”. Con estas palabras el equipo de San Francisco expresaba en un comunicado oficial su adhesión al paro deportivo.
La MLB no hizo la vista goda a lo que pasaba en uno de sus partidos y lanzó un escrito apoyando a los jugadores. “Major League Baseball permanece unida por el cambio en nuestra sociedad y seremos aliados en la lucha para terminar con el racismo y la injusticia”.
EL TENIS Y UN REVES AL RACISMO
Naomi Osaka, la tenista japonesa de 22 años, anunció que no participará de las semifinales del Cincinnati Open a modo de protesta. La número 4 del ranking mundial y tenista mejor pagada del mundo publicó en redes sociales la decisión en lo que fue una noche histórica del deporte. “Antes que deportista, soy una mujer negra. Y como mujer negra siento que hay asuntos mucho más importantes que necesitan inmediata atención, antes que verme a mí jugar tenis”, afirmó la deportista japonesa. Asimismo, aseguró que “no espero que pase nada drástico porque yo no juegue, pero si puedo hacer que empiece una conversación en un deporte mayoritariamente blanco lo considero un paso en la buena dirección”.
El paso al costado de Osaka en el torneo fue un cimbronazo para la WTA, por lo que la organización que tomó la fuerte medida de suspender la jornada del jueves del torneo para sumarse a los reclamos y lograr convencer a la tenista de mantenerse en la competencia.
LA CRUDA REFLEXIÓN DE DOC RIVERS
Desde hace varios días que en la NBA venían haciéndose eco del caso Blake. Varios deportistas y entrenadores realizaron fuertes declaraciones en los días previos al boicot deportivo contra el racismo y la violencia policial que se vive en Estados Unidos. En esta línea, una de las declaraciones más fuertes fue la de Doc Rivers, entrenador de LA Clippers.
“Lo que me llama la atención es que mucha gente habla de miedo. Pero nosotros (los afroamericanos) somos los que estamos siendo asesinados, a nosotros nos están disparando. A nosotros nos niegan poder vivir en determinadas comunidades… Nos han estado cazando, disparando… Y lo único que seguimos escuchando es que nos tienen miedo”, declaró Rivers. “Para mí es asombroso cómo nosotros seguimos amando a este país mientras el país no nos ama a nosotros”.
LOS DEPORTISTAS NO ESTÁN SOLOS
El apoyo masivo a la movida que comenzó la NBA traspasó las fronteras de los círculos íntimos de los clubes. Tanto periodistas como árbitros dieron mensajes muy fuertes a la sociedad y adhirieron al paro histórico del deporte.
Kenny Smith, periodista de TNT y ex jugador de básquet, se levantó en plena transmisión en vivo para apoyar a los deportistas. “Como hombre negro, como ex jugador, creo que es mejor para mí apoyar a los jugadores y no estar aquí esta noche”, declaró antes de sacarse el micrófono e irse del programa ante la mirada atónita de sus compañeros.
Por otro lado, los árbitros fueron aliados desde el comienzo en esta protesta. Primero, los jueces acompañaron el boicot del miércoles y jueves en los distintos deportes. Pero, durante la mañana del jueves, llevaron adelante una marcha contra el racismo en la burbuja de Disney. La movilización fue acompañada por miembros del staff técnico de los distintos equipos que están dentro del predio donde se llevan adelante las competencias.
Lo que empezó como un acto de rebeldía de un equipo de básquet, terminó extendiéndose a varias federaciones deportivas en medio de un clima social caldeado en Estados Unidos. Las protestas en las calles se recrudecen mientras Donald Trump manda a la Guardia Nacional a reprimir. Algunos locos de extrema derecha salen a dispersar a los manifestantes a disparos, amparados por el gobierno que encara una violenta campaña electoral. El 2020 estadounidense va llegando a su punto más alto en medio de elecciones nacionales donde el deporte pide un cambio y el presidente los criminaliza. La conclusión es clara: el deporte siempre estará conectado al termómetro social, y en la campaña estadounidense 2020 se están jugando el partido de sus vidas.
Comentarios