Honestamente, sería absurdo pensar que alguien se sorprendería si le dicen que el fútbol y la política se relacionan. Es una afirmación que todo el mundo está de acuerdo. Sin embargo, en la siguiente historia el fútbol y la política no van sutilmente de la mano, sino que se funden en un matrimonio escandaloso que festeja bajo la mirada recelosa de los hinchas rivales. Pocas veces se vio una conexión de semejante envergadura y expuesta con una impunidad que indigna a los seguidores del deporte más popular del mundo. Esta es la historia del último campeón de Turquía, conocido popularmente como “el club del gobierno”.
El pasado fin de semana, el Medipol Basaksehir FK se consagró campeón de la Superliga de Turquía. El joven club de 30 años de historia hizo una tremenda campaña de 69 puntos en 33 partidos, coronándose en la penúltima fecha del torneo. De esta manera, cortó con la hegemonía del triunvirato conformado por Galatasaray, Besiktas y Fenerbahçe que se repartieron 35 de las últimas 36 ligas. No obstante, el Basaksehir FK venía avisando las últimas tres temporadas, donde no bajaba del tercer puesto. Un equipo lleno de nombres reconocidos como Robinho, Demba Ba (ex Chelsea) y Gaël Clichy (ex Manchester City), entre otros.
Hasta acá está todo en orden. Pero cuando uno empieza a recorrer la historia del Basaksehir FK se encuentra que no es un club tan inocente como uno creía. Empecemos por el principio, valga la redundancia. Según cuenta Fernando Duclos (también conocido como Periodistán) la institución fue fundada en 1990 con el nombre Club de Deportes de la Municipalidad de Estambul. Este era administrado por la empresa estatal de agua. Cuatro años después, Recep Tayyip Erdoğan (actual presidente de Turquía) se convirtió en alcalde de Estambul. Durante sus 4 años de mandato, puso en marcha la formación del barrio de Basaksehir, a las afueras del centro. Este barrio era el paraíso conservador y religioso que soñaba un Erdogan también conservador y religioso para una ciudad secularista y moldeada a la europea.
El Basaksehir absorbió fuertemente las influencias conservadoras e islámicas tanto del partido de Erdogan, como del barrio que lleva el mismo nombre. Una influencia sutil es el color naranja de la camiseta, el mismo que el del AKP, partido político del presidente Erdogan. Además, los fanáticos del club se caracterizan por ser conservadores, con mucha influencia islámica, reivindicando constantemente al Imperio Otomano. Es más, la barrabrava del club se llama 1453 en honor al año en que el Imperio Otomano conquistó Constantinopla, y cantan “Dios es grande” en las tribunas del estadio.
Así transcurrió la historia de un club joven, ultraconservador y religioso con fuerte influencia estatal, que deambulaba entre el ascenso y la primera división. Pero la historia pegó un giro de 180 grados en 2014. Ese año se dieron una serie de casualidades muy peculiares. La institución fue comprada por el grupo empresarial Medipol, especializado en el negocio de la salud, y refundada con el nombre actual, Estambul Başakşehir FK. Más tarde se agregaría “Medipol” al nombre oficial del club. Luego, a mediados de ese año, el Basaksehir asciende a la Superliga turca. Para colmo, en el mes de agosto, Erdogan gana las elecciones presidenciales de Turquía y nombra a Fahrettin Koca, dueño de Medipol, ministro de salud de la nación. ¡Oh casualidad! las vueltas de la vida.
Otro hecho que roza lo absurdo sucedió en ese loquísimo 2014. A mediados de julio se inaugura el nuevo estadio, con una capacidad para 17.500 espectadores, aunque generalmente posa semivacío para las fotos. La gran inauguración contaba con un invitado de lujo: el por entonces candidato a presidente Recep Tayyip Erdoğan. En el amistoso inaugural, el presidente turco fue la gran figura del encuentro. Convirtió tres goles y fue ovacionado por los presentes. A Erdogan se le otorgó la camiseta número 12 ya que, según cuenta Periodistán, buscaba ser el 12vo presidente turco. No sé se sabe si fue por la estrecha relación entre los dueños del club y Erdogan, por un simple homenaje al exintendente de Estambul, o porque en 24 años de historia nunca habían visto a semejante futbolista con la camiseta naranja, pero el club retiró la camiseta número 12 que vistió el presidente turco luego del amistoso.
Por las filas del Basaksehir pasaron muchas figuras como Adebayor, Arda Turan, o Robinho y Clichy que actualmente siguen en el plantel. Además, los directivos anunciaron que planean incorporar a Mesut Ozil para la próxima temporada. El jugador del Arsenal de Inglaterra es intimo amigo del presidente Erdogan, quien fue testigo en el casamiento del jugador en 2019. Gran parte del dinero del club sale de la empresa Medipol, dueña de la institución. Pero, también, los aportes de otros 20 patrocinadores hicieron que el Basaksehir, del 2014 a la fecha, sea el club que más gastó en refuerzos en el fútbol turco. Entre los sponsors hay empresas como Burger King, pero también está la aerolínea estatal Turkish Airlines, la misma empresa que acá se puede ver en la camiseta de River, y el banco estatal Ziraat Katilim. Así, la principal fuente de ingresos son dos empresas estatales turcas y Medipol, la empresa dueña del club que pertenece al ministro de salud de Turquía.
Uno no duda de las capacidades deportivas del equipo de fútbol o el esfuerzo de los jugadores para obtener el primer titulo de la institución. Un equipo que todavía segue soñando en grande mientras espera la reanudación de la UEFA Europa League, donde está en 8vos de final y se avizora en su horizonte el debut en la Champions League 2020-21.
Pero todo el contexto que rodea a este pequeño club de Estambul, lo pone bajo la observación de todo el arco deportivo y secularista turco. La próxima temporada el Medipol Basaksehir FK tendrá por delante la defensa de la Superliga y el desafío de ‘Orejona’. Habrá que esperar para ver si el equipo del gobierno estará a la altura del reto para empezar a grabar su nombre en los libros de historia del fútbol europeo, por ahora, es un “nuevo rico” que además tiene padres muy pero muy poderosos.
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