Este martes por la tarde, Plaza de Mayo volvió a ser el lugar escogido por miles de personas para manifestarse. Desde temprano cientos de docentes dieron clases públicas como medida de protesta ante el abandono del gobierno y a partir de las 18 horas se adhirieron al masivo reclamo que colmó el centro de la escena política del país: justicia para Micaela García, la joven asesinada en Gualeguay.
A partir de las siete de la mañana, profesores de universidades públicas trasladaron sus clases a la Plaza de Mayo y en su mayoría se ubicaron alrededor de la pirámide. Con el paso de las horas el número de presentes aumentó. El paisaje habitual del espacio ubicado entre el Cabildo y la Casa Rosada había sido modificado por unas horas para visibilizar el reclamo docente universitario y en repudio a la represión hacia docentes el domingo por la noche. “Hay un plan que viene desde arriba y apunta a destruir la educación pública. Nosotros tenemos que estar de pie y unidos para enfrentarlo”, afirmó una profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El reclamo era el mismo en cada círculo de sillas: salario digno, mejoras en las condiciones laborales, cumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo, apertura de la paritaria nacional y solidaridad con las y los docentes agredidos por la Policía de la Ciudad cuando intentaban montar una Carpa Itinerante sobre la Plaza de los Dos Congresos.
Con la tarde llegando a su fin, las sillas comenzaron a ser retiradas por los presentes para dar paso y sumarse a la convocatoria que exigía justicia por Micaela. Aproximadamente a las 18.30 la Plaza ya contaba con varios miles de personas concentradas, con un número creciente al correr los minutos. Agrupaciones políticas, sociales, sindicales y ciudadanas/os independientes poblaban el lugar. El crimen de Micaela, la mujer de 21 años violada y asesinada por Sebastián Wagner (un hombre que debía cumplir pena por dos violaciones y gozaba de libertad condicional otorgada por el Juez Carlos Rossi), renovó el pedido de #NiUnaMenos. Los carteles que llevaban las mujeres gritaban consignas crudas como “marcho hoy para que mañana no tengan que marchar por mí”, pedían verdadera justicia por la joven de Gualeguay, denunciaban la complicidad del Estado en el flagelo social de los femicidios y gritaban fuerte, y cada vez más, que vivas nos queremos.
La Plaza de Mayo, lugar emblemático por excelencia en Argentina, volvió a ser el epicentro de jornadas de lucha. Los presentes fueron al corazón político del país a pedir respuestas a sus reclamos, a hacerse oír, a manifestarse y a ganar el espacio público una vez más para que nadie, desde ningún lugar, los ignore.
Por Trinidad Mosqueira y Patricio Serale.
Comentarios