Con un disco en la mochila y otro en las consolas del estudio de grabación, Sobreviento viene recorriendo el circuito underground de Buenos Aires y sus alrededores desde hace cinco años. La banda de Flor Wosh (voz), Sebastián Verdún (bajo), Pablo Boyé (guitarras) y Agustín Piva (batería) se presentará en las tablas de El Emergente este viernes 30 de noviembre para adelantar parte de su próximo álbum.

Flor Wosh nos contó qué se traen entre manos para este show y cómo ven la situación de la música argentina en el marco del proyecto de Ley de Cupo Femenino en festivales.

Rock N’ Ball: Teniendo en cuenta que la voz de Sobreviento es femenina, ¿alguna vez notaron diferencias en la recepción del público a comparación de otras bandas que tienen voz masculina?

Flor Wosh: Yo vengo haciendo esto desde hace unos 10 años. En el ámbito del “rock” y dentro del circuito en el que nos manejamos, siempre parecía una sorpresa que una voz femenina liderara la banda. Por lo general, cuando le contás a alguien que no te conoce, la reacción ha sido similar en todos los casos; levantan las cejas, te preguntan qué música escuchas, qué instrumentos tocas, si compones vos, donde tocan y hace cuanto que lo haces. Te piden el CV entero. 

Ahí hay una cuestión sobre el ‘mérito’ por ser una voz femenina en una banda de rock que es bastante dicotómica, en el sentido de que por ser mujer es ‘valiente’ de tu parte querer liderar una banda (típico escuchar “wow, ¡que huevos!”) y por el otro lado que tenés que ‘cumplir’ con ciertos puntos para demostrar que sos talentosa o valiosa, que te la re bancas. Hay que demostrar eso siempre, o perdés. Creo que esa vara no se aplica de la misma forma si sos varón. Pocas veces he escuchado críticas respecto de la performance de una voz masculina en la escena del rock y eso supone de por sí una presión distinta a la hora de llevar a cabo una performance en un espectáculo por ser mujer. Estoy segura de que esto debe pasar también en otros circuitos de música.

También sucede que hay una idea generalizada de que si sos una cantante de rock sos una reventada, hipersexualizada, etcétera, más aún cuando la mujer es blanca, heterocis y con un cuerpo más o menos hegemónico. Eso o sos lesbiana, como si eso fuera algo novedoso. Les gusta ese morbo de ver qué pasa ahí. No podés ser simplemente una mujer que decidió transmitir cosas a través de un género musical particular. La construcción de los estereotipos de La Santa o La Profana que están instalados en un sistema social hetero patriarcal tampoco escapan en nuestro ambiente. Las diferencias se notan en esos pequeños detalles.

Creo que lo que más resume esta pregunta es que siempre que una mujer esté arriba de un escenario antes o después de hacer exactamente lo mismo que un varón, la mujer va a dar más que hablar o va a tener más críticas respecto a su performance, cómo estaba vestida, si respondió con alguna puteada porque le gritaron algo o se hizo la loquita con alguna cosa. Si preguntás a cualquier persona que haya estado haciendo lo mismo que yo, sabe de lo que hablo. Y si bien es un proceso lento, gracias a unas cuantas pioneras del ámbito que nos inspiran a seguir rompiendo estereotipos, la cosa va cambiando. Cada vez es más común compartir escenarios con bandas lideradas por pibas y eso es lo que importa.

RNB: ¿Qué opinan de la Ley de Cupo Femenino en Festivales?

FW: Opinamos que es una gran oportunidad para debatir y hablar el lugar de la mujer en la escena musical y que esta ley tiene que salir. Cuestionarnos por qué es más fácil elegir una y otra vez los mismos instrumentistas varones para nuestros proyectos cuando sabemos que hay una enorme cantidad de músicas mujeres que necesitan los mismos puestos de trabajo y que igualan en capacidades a los hombres. 

Es una necesidad que exista esta ley como puntapié para que en las próximas generaciones ninguna mujer pueda llegar a sentir que no puede hacer esto por las limitaciones de la propia idiosincrasia. Porque también es necesario que surjan más productoras, más sonidistas, más directoras de sellos, prensas y managers.

Como dije en la respuesta anterior, para que la vara de medición ya no sea “cuánto más que el varón pueda rendir una mujer”. ¿Por qué les exigimos a las músicas mujeres una cuota extra de lo que dan? ¿Su talento o potencial de expresión no es el mismo que el de los varones? ¿Un varón mediocre equivale lo mismo que una mujer talentosa? Y me encantaría también que haya un cupo femenino en las canciones que pasan en ciertas radios de rock y que se cumpliera la cuota de música de sellos independientes en estas mismas, pero eso es un capítulo aparte. 

No podemos seguir mostrándoles a los públicos los mismos modelos de representación de hace años. Las audiencias mismas lo están pidiendo; los mensajes cambiaron, los nuevos paradigmas nos están interpelando y tenemos que responder a eso. Más que nada, porque se supone que las formas de arte tienen que ser representativas y disruptivas contra las hegemonías que oprimen, discriminan y lastiman personas disidentes diariamente.

RNB: ¿Con qué show se encontraría alguien que vaya a ver a Sobreviento por primera vez?

FW: El que vaya a ver a Sobreviento por primera vez se va a encontrar con un espectáculo que fue pensado con mucho tiempo de anticipación y mucha dedicación y que entiende la necesidad de generar propuestas que conmuevan e interpelen, siempre tratando de romper esa vidriera de cristal transparente entre el público y la banda. Concretamente, para este 30 de noviembre la propuesta es adelantar canciones que van a formar parte de nuestro próximo disco, que se despegan un poco de lo que veníamos tocando previamente. Vamos a tener unos cuantos invitades, que son personas que admiramos y queremos un montón.

Acompañando a la noche, que vamos a compartir con Pepo Bocconi (gran compositor que presenta su disco, “Desempolvar”), va a estar Lu Bellusci con una muestra fotográfica en la que estuvimos trabajando vinculándolo con el concepto de lo que va a ser el nuevo disco. Y una puesta de luces alucinante de Juan Fazzari. Nos gusta generar elementos que construyan un mundo particular al que puedan entrar cada vez que nos vengan a ver.

RNB: ¿Notan crecimientos profesionales desde 2015 con Cielo y caer hasta hoy con el nuevo disco?

FW: Desde la artística, cada etapa la tomamos como retratos de los momentos que hemos vivido. Siempre con aprendizaje y con hambre de hacer cosas que nos sorprendan y emocionen, “Cielo y Caer” (2015) abarcó un periodo en el cual estábamos en un lugar más abstracto y metafórico. Quizás no teníamos mucho de lo que quejarnos o mirar con una nostalgia típica de los veintitantos. Hoy nos encontramos más directos, con ganas de decir cosas que nos duelen, nos alegran, nos enojan. Ante tantas injusticias que vemos que hay hace unos años, elegimos no quedarnos callades, y también decidimos buscar aquellos elementos de ternura que nos hacen tanta falta para no perdernos en un sentido individualista y que separa. Queremos buscar y fomentar esa unión. Un refugio. 

Desde lo vinculado al oficio, el musicx autogestivx siempre va a tener que hacer un sobre esfuerzo para generar sus propias oportunidades de crecimiento y eso es lo que vamos también aprendiendo durante tantos años de producir eventos, ciclos y variedades de actividades por el hecho de hacer llegar nuestra música a la mayor cantidad de personas posible. Ese es uno de nuestros motores.

RNB: ¿Cómo impacta el contexto económico en una banda autogestiva? ¿Sintieron alguna diferencia en la grabación de su último disco respecto del anterior?

FW: El contexto económico impacta a una banda de la misma forma a la que le impacta a un oficinista. Si lo primero que se corta en una crisis son las actividades de ocio, porque hay que trabajar mas y gastar menos, nosotros vamos a cortar menos tickets, vamos a tener menos presupuesto para armar la artística que queremos para nuestros shows, para armar una buena producción, pagarle a fotógrafxs, etc. y por tanto la “ganancia” de cada vez que tocamos se va achicando. Porque obviamente, el cachet aún no existe para nosotres.

La diferencia respecto de “Cielo y Caer” es que esta vez tuvimos la suerte de haber recibido la ayuda de Instituto Nacional de la Música y del Fondo Nacional de las Artes para grabar parte de nuestro nuevo disco y es por eso que sostenemos que tenemos que estar atentos ante el ajuste y el achique del estado, porque la producción de cultura depende en gran parte de que organismos como los nombrados más arriba, puedan funcionar.