Cae la tarde del martes 13. Es mediados de diciembre y el Teatro Vorterix ya abrió sus puertas para un nuevo show: El Mató a un Policía Motorizado pone fin a su Gira Rápida y Violenta como despedida del 2016.
Al bajar las escaleras de la planta baja se accede a unos pasillos largos, pintados de un tono violáceo, que atraviesan el teatro por debajo y parecen achicarse a cada paso. Hay otra escalera que lleva a los camarines, allí espera Santiago Barrionuevo, más conocido como Santiago Motorizado. Lleva puesta una remera negra con un estampado de autos NASCAR, la misma que utilizó en el FestiLaptra, “la uso porque es nueva y está buena”, suelta.
Luego de un año atravesado por giras, festivales y mucha exposición, el Chango opina de la tapa de la banda en la Rolling Stone de agosto: “No sé si El Mató está del lado alternativo o del mainstream, tampoco sé si el término under sigue existiendo dentro de la nueva dinámica cultural”.
El bajista y cantante de una de las bandas de mayor crecimiento de los últimos tiempos parece no hacerse eco del éxito. Tiene 36 años que parecen menos y una apariencia simple arriba y abajo del escenario. Santiago es también un gran dibujante, ilustra los afiches de el Mató, de bandas amigas y hasta llegó a dibujar las tapas de dos libros del escritor Fabián Casas.
Lejos del descanso, está por grabar su primer disco solista y en enero viaja a Estados Unidos para realizar el nuevo álbum de la banda. “Nos entusiasma la aventura de ir a grabar al norte, es algo que nunca hicimos”, cuenta y le da un sorbo a una botella de agua mineral.
RNB: Hace poco publicaron en la cuenta de Twitter: “En enero vamos a grabar nuestro nuevo disco”. Contame un poco más del nuevo trabajo, para saciar un poco las ansias…
SM: Vamos a ir a grabar a Estados Unidos del 19 de enero hasta el 10 de febrero, a un estudio que nos recomendaron llamado Sonic Ranch. Es dentro de todo barato, lo caro es llegar hasta allá. Vamos a empalmar con unas fechas que tenemos en Lima, así que a la vuelta vamos a hacer escala ahí, por eso conviene. Además el estudio está buenísimo, técnicamente es genial, tiene las cosas de los mejores estudios del mundo. Eduardo Bergallo, que nos grabó “Dinastía Scorpio” y “Violencia”, ya fue a grabar ahí así que lo conoce muy bien, es mucho más cómodo. Van a ser como una especie de vacaciones, porque vamos a estar más tranquilos pero también grabando los temas a full. Lo bueno del lugar es que queda en medio de la nada, en el sur de Texas, en una zona desértica. Es parte de la magia, estar ahí encerrados sin distracciones, porque también nos habían ofrecido de grabar en Los Ángeles, que es una ciudad increíble, nosotros estuvimos tocando ahí. Pero ahí te distraes más fácil, a la noche querés salir a dar vueltas, en cambio en Texas estás pensando en el disco las 24 horas. También nos entusiasma la aventura de ir a grabar al norte, es algo que nunca hicimos, siempre estamos tratando de buscar experiencias nuevas.
RNB: Casi con la misma cantidad de caracteres anunciaste en las redes sociales que en diciembre vas a grabar tu primer disco solista. Dado que hace varios años te presentas sin la banda, ¿por qué lo postergaste tanto?
SM: Si ahora en diciembre, reservé cuatro días en el estudio Romaphonic. No se si vamos a llegar a grabar todo, pero aunque sea queremos grabar las bases. Nunca tuve tiempo con El Mató porque estábamos a full con las giras, pero ahora encontré un hueco en diciembre. Es un disco que lo estoy postergando hace mil años, son las canciones que vengo tocando hace un montón cuando me presento solo. Algunas se filtraron en YouTube, donde estoy yo tocando la guitarra, pero las quería grabar con banda.
RNB: ¿Surge otra faceta tuya cuando haces tus temas como solista?
SM: Para mí lo más importante es El Mató, lo que más me entusiasma y a lo que le debo mi vida. Pero la verdad es que soy muy inquieto, estoy siempre fantaseando, proyectando cosas, me gustaría hacer una película por ejemplo. Me saco las ganas de hacer ciertas cosas que quizás con el universo de El Mató no encajan tanto. Las letras tienen más humor, un humor muy propio. Yo trato que las letras de la banda representen a todos, por más que las escriba yo, tienden a ser de temáticas que abogamos todos. Éstas son distintas, son más tontas, tienen un juego diferente. Además me lo tomo todo más tranquilo, porque lo que más me enloquece, en el sentido bueno, es El Mató. Acá me suelto más, me relajo, si falla algo no me vuelvo tan loco, no es tan exigente, eso está bueno por un lado. Pero bueno, uno después extraña lo otro, la exigencia más apasionante, cuando uno se sumerge en el mundo del arte de lleno, cuando uno está al borde de enloquecer, ahí es cuando vale la pena vivir por el arte.
RNB: Este año estuvieron en el Festival BUE y fueron tapa de la Rolling Stone, ¿se puede decir que fue el año menos under de El Mató?
SM: Sí, suceden cosas raras. Hubo un cambio cultural muy grande que recién lo empezamos a visualizar. Como siempre, siguen apareciendo fenómenos de bandas que llenan estadios como La Beriso o Ciro, pero pareciera que arrastraron algo de una época que se va quedando en el pasado. No lo digo como algo bueno o malo, sino culturalmente. Cambió la forma de consumir la cultura, los discos se escuchan menos, ahora se escucha más Spotify. No hay muchas bandas que vayan a estadios, no porque no puedan, o no tengan la calidad o la estructura, sino porque todo no está muy centrado en los medios principales, esos que antes eran el único lugar de acceso a la música. Yo me acuerdo que de chico conocía muchas bandas por MTV y nada más, y si te gustaba la radio solo escuchabas las masivas. Obviamente, el que era inquieto y quería escuchar una banda se las rebuscaba, le pedías a alguien que te grabe un cassette o un disco. Ahora está más al alcance, podes buscar música en un instante, de cualquier época, de cualquier lugar del mundo, cambiaron un poco las cosas. Vienen bandas de afuera que “no conoce nadie”, por decirlo de manera jocosa, y llenan el Luna Park o Vorterix, porque llegan y tienen un grupo de gente que los escucha. Se rompió un poco esa estructura de grandes bandas que copan todo, y se fue dividiendo en pequeños subgrupos menos populares pero que tienen la misma intensidad. Y creo que El Mató es parte de eso, mucha gente se pregunta “¿quiénes son éstos de nombre raro?”. No sonamos en las radios ni en la tele, tenemos muy pocos videos que están solamente en YouTube. Por un lado, hay algunos que decían “bueno, se merecen la tapa de la Rolling Stone después de tantos años” y por otro están los que se preguntaban “¿y estos quiénes son?”. No sé si El Mató está del lado alternativo o del mainstream, tampoco sé si el término under sigue existiendo dentro de la nueva dinámica cultural. Están sucediendo cosas que hacen que esos submundos se intercalen, se mezclen, aparezcan nuevas formas, y me divierte más eso.
RNB: En el último Festi Laptra tocaron 15 bandas en un Konex lleno. Aquel sueño de hacer un colectivo artístico hoy se les está yendo de las manos y cada vez hay más música, ¿qué te provoca ver el crecimiento de algo propio?
SM: Estoy muy entusiasmado con esto, me encanta ver cómo viene cada vez más gente al FestiLaptra. Me acuerdo que empezamos en Niceto y después tuvimos que hacerlo en el Kónex porque ya no daba abasto. Cuando empezamos, en 2003, 2004, no existía nada parecido a eso, era comenzar a armar un camino, no había ni festivales ni sellos independientes. Ver cómo eso cambió está bueno, aparecen nuevas bandas que sacan un disco y ya tienen de entrada un público que va a escucharlos y los va a recibir, ya arrancan arriba.
RNB: ¿Escuchás las nuevas bandas?
SM: Sí, soy fan. El nuevo disco de Atrás Hay Truenos, Super 1 Mundial, Srta. Trueno Negro, el nuevo simple de Las Ligas Menores que está buenísimo. Me encanta, es como un sueño que tenía de chico. Yo era muy fan del sello Matador, y pensaba lo bueno que sería tocar en el festival de Matador, estar ahí hinchando las pelotas. Ese sueño que se daba en Estados Unidos, en un universo nada que ver al mío, lo estoy viviendo ahora con mis amigos, que tienen bandas que están a la altura de cualquier grupo en el mundo y con energía para hacer cosas geniales todo el tiempo. Estoy muy feliz por eso.
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