El guitarrista de ‘Ojos Locos’ y ‘Bravura’ se prendió en el “Instagram Live” de ‘Rock ‘N Ball’. En una charla amena, Juan contó el viaje con su compañera, Dani, por Latinoamérica, allá dónde no venía de tocar en el Cosquín Rock para miles de personas, sino que era un argentino más tocando la viola, cascando la voz y pasando la gorra para poder subsistir. El viaje duró unos dos meses y monedas y Juan y Dani recorrieron medio continente.
“En los restoranes veníamos y entrábamos y cantábamos: “Hola somos Juan y Dani” y a tocar “Música ligera” de Soda Stereo a pleno. El “Auto rojo” es furor, ¡viven 20 años retrasados, no lo podes creer chabón!. Es un viaje en el tiempo”.
También cuenta que, en el viaje y en la calle “teníamos doble problema con la amplificación. En la calle estábamos con criolla y yo me rompí la voz. En Colombia, entonces, compramos unos mini amplificadores, allá hay mucha cabida para el tango. En Ecuador ni fu ni fa, pero en Ecuador sí va Calamaro, por ejemplo”, enumeró.
Juan también habló de “Ojos Locos” y sus planes para 2020 y blanqueó que la banda pasa por un momento de “puesta en valor” de los temas viejos: “La cuarentena nos agarró cuando nos estábamos quejando por una falta interna de motivación respecto de los temas viejos. Algo que es muy lógico. Hay temas que los toco hace 18 años”
“Con ‘Ojos’ estábamos a punto de maquetear los temas viejos, sólo para poder dar un mejor show. Sonar más conectados, más ensamblados”.
Juan Cabral (Ojos Locos)
“Es un momento de mucha autocrítica con nuestros recitales, sobre todo los de festivales. Estábamos a punto de tratar de reafianzar o reinventar temas que siempre salen. Hay un núcleo duro y queríamos ver cómo hacemos con esos temas, que no se pierda la esencia pero que nos identifique más con nuestra forma de tocar actual”, cuenta Juan.
Para el cierre, el también guitarrista y alma de “Bravura”, define cuál es su objetivo: “Quiero hacer algo con pasión y llevarlo adelante hasta los 60, 70 años y que te represente. Mi parámetro es ese, yo tengo que el día de mañana tengo que estar tomándome una birra o un café con alguien que admiro un montón y decirle: “Vení, sentate, escuchá esto” y que me guste. Yo persigo eso, estar de acuerdo con lo que voy a mostrar, que no es que me guste por el audio, por que hay 10 mil personas abajo o por mi solo de guitarra. Quiero estar de acuerdo de punta a punta. Y no es fácil. No es fácil”.
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