Así como atesoramos los relatos de nuestros ancestros sobre cómo era el fútbol antes, nuestros hijos harán lo mismo dentro de algunos años. Porque el fútbol, como lo conocemos hoy, está a punto de cambiar. O mejor dicho, ya comenzó a transformarse. China embiste con sus millones, rompe mercado y ya no solo fichando estrellas para su Superliga, sino invirtiendo o adueñándose de los clubes más importantes del mundo.
El colombiano Jackson Martínez (Guangzhou Evergrande, comprado en 42 millones de euros), el brasileño Ramires (Jiangsu Suning, fichado por 28) y el rosarino Ezequiel Lavezzi (Hebei Fortune, cobra 15 palos euros por año) son algunos de los tantos futbolistas de elite que han emigrado al país asiático, con contratos siderales. Más y más fichajes con cada mercado de pases que acontece. El de enero de este año fue el primero de la historia que China encabezó. 366 millones de dólares gastaron los equipos chinos, 100 más que la poderosa Premier League inglesa. Para este verano, se sumarán el brasileño del Chelsea, Oscar, por más de 70 millones al Shanghai SIPG, y Carlos Tévez. El ídolo de Boca se marcharía a otro club de Shanghai, el Shenhua, por un salario de 768 mil dólares por semana. 40 millones anuales, que lo convertirán en el tercer futbolista mejor pago del planeta. Demencial.
Desde 2004, que la Superliga de China se refundó, que suceden estas contrataciones. Ya no es novedad. La noticia hoy pasa por el dinero chino que se invierte fuera del país. Recientemente, el conglomerado Wanda Group compró 20% de Atlético Madrid, además de colocar su nombre en el nuevo Estadio Wanda Metropolitano. La misma corporación también acordó un patrocinio millonario con FIFA hasta 2030. También el Espanyol de Barcelona fue adquirido en enero por el multimillonario Chen Yansheng.
En Inglaterra, recientemente 13% del Manchester City lo adquirió China Media Capital. La City Football Group, empresa dueña del equipo de Pep Guardiola, embolsó 400 millones de dólares por la transacción, que incluyó participación directa del presidente de la nación china, Xi Jinping, con el ex premier británico David Cameron y Sergio Kun Agüero.
También en Italia pasan cosas: el presidente de Inter, Massimo Moratti, vendió sus acciones en 270 millones de euros a la empresa de electrónica Suning, que ahora posee el 70% del club. A su vez, Silvio Berlusconi está por vender al AC Milan en 700 millones al grupo Alibaba, uno de los líderes mundiales de ventas por internet. “Los comercios electrónicos asiáticos serán los grandes próximos patrocinadores de los equipos“, aseguró el especialista en marketing Esteve Calzada (trabajó con Barcelona y el City inglés) en el seminario Conexión Fútbol 2016.
¿De dónde viene tanto dinero? En los negocios, “they kill us (ellos nos matan)“, sentenció el flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el lanzamiento de su candidatura a la Casa Blanca. Es que China pelea cabeza a cabeza la cima de una tabla importantísima: la del Producto Bruto Interno (valor total de los bienes y servicios producidos en un país), donde los chinos acumulan 12 billones de dólares, debajo de los 17 de los yanquis (2015).
El proyecto futbolístico de China apunta alto: ser el mejor de Asia, aunque hoy está última en la clasificación asiática para Rusia 2018. Para 2030, pretenden que haya una cancha por cada 10.000 habitantes (hoy son 1.400 mil millones). Y para 2050, ser una superpotencia futbolística mundial. Incluso en su reciente visita a Argentina, el presidente Xi Jinping pidió “ayuda” a Mauricio Macri para “tener un Maradona o Messi chino“. Sueños grandes, con fastuosos recursos para materializarlos. El futuro que está llegando.
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