“This is not for you, it never was for you, fuck you (esto no es para vos, nunca fue para vos, fuck you)”: ya desde la tercer canción, Vedder te deja bien clarito que Vitalogy no se hizo pensando en darle el gusto a nadie: ni al mercado, ni a las productoras, ni a los críticos. Ciclotímico, atípico, oscuro aunque con algunas pausas más calmas, el álbum fue una prueba más de que PJ nunca quiso ponerle una careta a lo que pasaba en la banda.
Después de un Versus que reflejaba el enfrentamiento de Pearl Jam con su incipiente masividad, Vitalogy vino, un año después, a mostrar una etapa de incertidumbre, conflictos internos y algo de inestabilidad: “Hay algunas cosas raras ahí”, sentenciaba McCready cuando contaba que las canciones fueron escritas y grabadas durante la gira promocional de su disco antecesor.
Y estaba en lo cierto: Vitalogy (que significa “estudio de la vida”) -con una estética basada en un libro médico de principios de siglo XX que Eddie encontró en una venta de garage- resultó ser un recorrido siempre cambiante entre sonidos frenéticos como Spin the Black circle y Last exit, canciones más melódicas como Better man y Nothingman, y piezas experimentales, como Aye Davanita, y Pry, to –entre otras- que fueron las que forjaron la identidad singular del tercer trabajo de los músicos de Seattle.
En Bugs, por ejemplo, se puede oír a Vedder tocando un acordeón mientras cuenta cómo aparecen bichos que lo rodean por todas partes (“Tengo bichos en mi habitación, bichos en mi cama, bichos en mis orejas”). Hacia el final de la canción -y con una picazón inevitable en todo el cuerpo- la visión es propia de un cuento de Kafka: casi se puede ver a Eddie transformarse en una enorme cucaracha.
Otra canción que merece su mención aparte es Hey foxymophandlemama, that’s me –también conocida por su nombre pronunciable, Stupid mop-. Definitivamente perturbadora tanto por sus ruidos disonantes como por su letra, la producción contiene grabaciones reales de pacientes de un hospital psiquiátrico: “¿Pensás a veces en suicidarte realmente? Bueno, si lo pensara realmente, profundamente, sí, creo que lo haría.” Una de esas canciones que no son para escuchar solo.
Las críticas fueron tan variadas como el contenido del disco: mientras que algunos acusaban que la producción carecía de sustancia, la Rolling Stone –que recientemente incluyó el álbum en el puesto 492 del ránking de los 500 mejores discos de la historia- la calificó como “Un trabajo salvajemente desigual y complejo, por momentos enloquecedor, a veces ridículo, muchas veces poderoso”. Según un crítico de la revista Time, “Bugs fue el único y admirable fracaso experimental en un álbum realmente exitoso.”
Por su parte, los críticos del USA Today sentenciaron: “El álbum brinda la música más comprometida, inventiva y confidente de la banda hasta hoy.”, mientras que el periodista de música Stephen Thomas Erlewine encontró que los conflictos beneficiaban a la banda a nivel creativo: “Cuando mejor está Pearl Jam es cuando están peleando, ya sea con Ticketmaster, con la fama, o con sus propios demonios personales.”
Efectivamente los PJ no estaban pasando por su mejor momento como grupo. Según Ament “la comunicación estaba en baja permanente”, y la mayoría de las decisiones finales sobre las grabaciones recayeron sobre Vedder. Estos problemas de colaboración llevaron a que, en palabras de Gossard, “El ochenta por ciento de las canciones fueran escritas 20 minutos antes de ser grabadas.”
La tensión creció hasta un punto tal, que Gossard consideró renunciar, y más tarde, en Agosto de ese año, Abbruzzese fuese despedido de la banda con la consiguiente integración de Jack Irons –antiguo baterista de los Red hot chili peppers-, que los acompañaría luego en la gira de promoción en la que iniciaron su enfrentamiento con Ticketmaster.
Por supuesto, romper con una empresa de venta de entradas no fue algo sencillo para una banda del alcance de Pearl Jam –no es un dato menor que Vitalogy fue el segundo disco más vendido de su historia-. Los músicos se las ingeniaron para contratar empresas alternativas, pero los problemas no terminaron ahí, ya que varios shows tuvieron que ser cancelados luego de que Eddie sufriera una intoxicación por comida en mal estado.
Todo esto obligó a Vedder, McCready, Irons, Ament y Gossard a tomarse una pausa para reflexionar: “Creo que todos coincidimos en que se eso se había vuelto una locura, que ya no tenía nada que ver con la música”, relataba el vocalista. Podría decirse que Vitalogy fue una verdadera prueba a la unidad de la banda, de la que –para nuestra suerte-, salieron airosos.
Los temas que componen esta obra clave de Pearl Jam son:
1. Last exit
2. Spin the black cricle
3. Not for you
4. Tremor Christ
5. Nothingman
6. Whipping
7. Pry, to
8. Corduroy
9. Bugs
10. Satan’s bed
11. Betterman
12. Aye davanita
13. Immortality
14. Hey Foxymophandlemama, That’s Me
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