Se congela la Ciudad de Buenos Aires. Hay un frío que hiela hasta las ideas. Pero no hay corriente que detenga semejantes ganas de querer hacer música, disfrutar de un buen momento con música, amigos, risas y tragos de por medio. Eso pasó ayer en Casa (sic) (Av. Rivadavia 8000) donde se presentaron Chango psicoactivo y El Limacoco en fecha doble para toda la multitud.
Evidentemente, las pocas fechas disponibles para las innumerables bandas que pululan por nuestro suelo hace que, día o noche que les toque, sea en un espacio diminuto o en un piano bar, desollen sus habilidades para gusto del público. No importa que esté lleno o con 3 personas delante, las ganas de tocar siempre están presentes. Y es algo que las bandas de ayer plasmaron con creces.
Arrancaron los Chango psicoactivo, desplegando toda su mezcla de folk, rock, chacarera, guaracha y un poco de cumbia –bien tocada- sobre el escenario; adjuntando una guitarra eléctrica y un bajo a una formación casi plenamente acústica. Se nota un gran espíritu de equipo al frente, ya que todos cantan, tengan micrófonos a mano o no; y aun así, se van cediendo espacios, instrumentos. A medida que van tocando temas como “La Tele”, “La Gente mira mal” o “Chacarera del fumón” el evento se va transformando lentamente en una fiesta. Las palmas evolucionan en marcadoras de ritmo, y las suelas que apenas si pegaban al principio contra el suelo ya para el final son parejas que bailando.
No nos dimos cuenta cuándo arranco. Lo que parecía en un principio una prueba de sonido sencillamente se fue alargando hasta ser el primer tema del Limacoco en el escenario.
La banda compuesta por Agustín Raubián en percusión; Verónica Bouza en saxo alto y coros; Nicolás Clein en guitarra y coros; Eduardo Pelitti en bajo y coros; y Martín Pelitti en voz, guitarra y teclados se enfrentaron a un noche difícil ya que no contaron con su baterista Ramiro Álvarez que sufría de una pulmonía, mas tuvieron la participación de un amigo de la casa que por ahora titularemos como el Maxigol –que sólo tuvo la jornada de ayer para practicar.
Más allá de algunos lógicos pifies involuntarios, la banda logró salir adelante con actitud y un gran aguante de parte del público, sumado a la aparición de unos legos humanos (!) que despertaron varias risas. Durante todo el show presentaron los temas de su próximo disco (con fecha para Marzo/Abril del año que viene) y unos pocos su primera y única producción.
Para el cierre, su clásico “El Limacoco” y un impensado cover de “Aquella solitaria vaca cubana”, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, en sintonía con el Indio Solari, que a la misma hora estaba dando un multitudinario recital en Mendoza.
A fin de cuentas, una buena noche para ambas bandas, en la que pudieron combatir la noche con garra y sangre, sonando muy bien y demostrando que los espacios hechos para bandas under, también están para llenarse.
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