Luego de una prolongada ausencia tras las denuncias por acoso y abuso sexual contra Santiago Aysine, Salta La Banca volvió a los escenarios. Tal cual estaba previsto hace varios meses, ayer realizaron el primero de sus dos shows consecutivos en La Trastienda Samsung, que estuvo repleta de sus seguidores, siempre dispuestos a defender a la banda de sus amores hasta la última de las consecuencias.
Lo que adentro fue un vendaval de apoyo, con cotillón incluido, afuera tuvo su contracara en un escrache pacífco contra el frontman de una banda que por el momento no continuará su ascendente recorrido. Si bien hoy completarán el doblete en el recinto de San Telmo, ya nada volverá a ser lo mismo para los integrantes de un grupo que se encontraba transitando con tranquilidad el camino hacia el éxito.
Sobre el final del recital, Aysine se paró adelante de sus compañeros y comenzó a leer un extenso comunicado donde – palabras más, palabras menos- anunció la separación momentánea de Salta La Banca ante el pedido desesperado de sus fanáticos (con un predominio femenino notable y demasiado particular, digno de un análisis aparte) de hacer oídos sordos a las acusaciones, rever su decisión y seguir adelante con el proyecto.
Tal vez lo que más impactó no fueron las sazonadas e innecesariamente complejas palabras de Aysine, sino el primer tramo de la lectura. Cuando el cantante comenzó diciendo “siento que tengo que pedir perdón por muchas cosas”, una muchacha le gritó “¡NO!”, aunque sin generar una oleada de pedidos similares entre el público. El resto de la “carta abierta” (si es que se le puede llamar así a ese mamarracho) fue en un tono similar al del nefasto comunicado que la banda sacó en las horas posteriores a las denuncias.
Muchos devaneos retóricos, palabras enroscadas que no dicen nada y mucha hipocresía por parte del protagonista, que volvió a defender su inocencia sin términos medios (“no soy violador, abusador, golpeador ni acosador”) y decidió que la mejor manera de lidiar con una acusación de semejante magnitud es irse de viaje para hacer un poco de introspección y “reflexionar” acerca de sus – pasadas, nunca en presente, otro detalle- actitudes machistas que tan mal le hacen a la causa que siempre dijo defender.
Algunos de los tramos más resonantes de su discurso fueron los siguientes:
“La realidad es que siento que tengo que pedir disculpas por muchas cosas. Para empezar, por no haber tomado las mejores decisiones para comunicarme a partir de lo ocurrido, desde el primer minuto. Era muy difícil ser lúcido, ser claro en ese escenario. Confío en que todos lo pueden imaginar. Puse el foco en defenderme de acusaciones falsas en vez de comprender el asidero que ese levantamiento tenía”
“Realmente creía haber entendido de qué se trataba la lucha por la igualdad de género, pero no. De hecho, fue en medio de este conflicto que, hablando con algunas mujeres que están detrás de esa lucha hace muchos años, pude reflexionar al respecto. Así fue como me sentí interpelado por críticas constructivas de mi entorno, incluso por el enojo de gente que me quiere”
“Estoy dispuesto a deconstruirme e intentar reconstruirme en pos de lo que el movimiento de mujeres plantea. Es fundamental entender que, por ejemplo, la palabra destrato que yo utilicé, es un eufemismo en este contexto”
“Cualquier reacción violenta debe llamarse violencia, como tal. Es la única manera en que va a poder erradicarse definitivamente. Tampoco fui consciente de la opresión a la que ha sido sometida la mujer durante toda su vida, y de la cual el hombre ha sacado provecho a lo largo de toda la historia. Y aunque asumirlo me cueste muchísimo, he tenido actitudes bastante repudiables. Sé que no soy violador, ni abusador, ni golpeador, ni acosador, pero eso no me exime de haber exhibido patologías machistas y me avergüenza. Tanto que necesito disculparme las veces que sea necesario”
“Me equivoqué, estoy empezando a entender todo lo que hice mal y lo lamento mucho. Pienso emprender ahora el camino más difícil que es como repararlo. Eso no me va a llevar un día ni una semana. Esto merece terapia, mucha introspección”
“Pienso hacer un viaje muy largo para estar conmigo mismo, y nada, espero en consecuencia que puedan entender que voy a estar ausente por un tiempo y eso significa que Salta la Banca a su vez va a estar parada un tiempo también, pero que esto es simplemente en pos de volver a empezar, a deconstruirnos nosotros y a empezar también a contribuir con esa lucha desde el lugar que nos corresponda y nada, pedir perdón eternamente, y gracias, los quiero mucho”.
Como se puede observar, básicamente lo que Santiago Aysine hizo fue colocarse sin ningún tipo de vergüenza en el lugar de víctima. No hay ningún tipo de “sinceramiento” como se mencionó en varios de los medios más grandes de nuestro país, sino una continuidad lamentable donde el acusado de una forma poco sutil intenta cambiar el foco de la discusión y reducir el abuso a una mera “actitud machista” poco dañina y relacionada por encima de todo al contexto sociocultural antes que a sus propias falencias como ser humano.
El hecho de que Salta La Banca haya ingresado en un impasse no significa demasiado, pues es evidente que está en sus planes dejar que el agua corra bajo el puente para regresar cuando nadie lo espere y muchos hayan borrado de sus mentes este escándalo. Si eso no llegase a suceder – aunque improbable- sería una buena noticia, ya que tal vez de allí en más la escena musical argentina pueda de una vez por todas comenzar una limpieza moral y ética. Una que es necesaria después de interminables décadas de encubrimiento y miradas hacia el costado.
Fotos por Karen McFly
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