Con un frío que cada minuto era más fuerte, de a poco la gente se fue juntando en los alrededores de Groove para ir entonando con cerveza y fernet sus gargantas. A pocos metros y ya con algo de público, Viejo Farol fue la banda telonera para La perra que los pario.
Las banderas se fueron colocando en la parte superior del lugar, nadie se quiso quedar afuera de lo que sin dudas no fue un recital más. Desde capital, provincia de Buenos Aires, y todas partes del país dijeron presentes.
El bajo de Matías Ramos dio comienzo con “Negro, el once”, al show que será el único, por lo menos por ahora, de la banda en la Capital Federal. En el comienzo la gente estuvo bastante tímida y fue, por momentos, un espectador de lujo apreciando cada acorde que provenía del escenario.
Las bajas temperaturas que antes parecían un impedimento para decir presente, se quedaron en la puerta de Av. Santa Fé 4389. Las palmas y el pogo fueron de menor a mayor, contagiando a lo que antes era simples oyentes de la banda oriunda de La Boca.
Una nena de aproximadamente unos 7 años se distinguió entre todas las chicas que estaban arriba de hombros del algún amigo, novio o conocido. La pequeña no dejaba de cantar y sonreír viendo a la que sin dudas es su banda predilecta. Abriendo sus brazos e interactuando con cada canción.
Nunca faltan aquellos que llegan tarde pero que apenas ingresan, sin pedir permiso se suman al tumulto para sentir y disfrutar todo lo que estaba dejando la banda comandada por Nahuel “El Viejo” Amarilla. Con un juego de luces que acompañó y estuvo acorde a cada canción que fue pasando.
Si bien ya llevan 16 años arriba de un escenario, en el último fueron consiguiendo en su público generar más fidelidad, que se ve reflejada cada vez que tocan. Temas como “Reino”de la discografía de Como evitar que sangremos, y el tema que lleva el mismo nombre, fueron algunos de los no tan nuevos que se tocaron.
También hubo un tiempo para la reflexión donde se habló de lo complicado que se les hace tocar tras lo ocurrido en la “Time Warp”, las acciones del gobierno actual y el ‘que pasó’. A lo que El Viejo cerró con: “Parece que para escuchar rock tenes que tener más de 18 años”.
Quien tuvo mayor protagonismo durante todo el show fue su último disco Ni tan pronto (2015), con temas como “El resumen”, “Ni tan tarde”, “Ni tan pronto”, “El cuaderno”, “Después” “Para seguir”.
Pero hubo tiempo también para los clásicos de siempre, no sin antes agradecer por el apoyo recibido cada vez que tocan en el interior del país. Los invitados también dijeron presente, y en este caso quien se sumó al escenario fue Pablo Vidal, saxofonista de El Kuelgue, con quien entonaron “Por siempre”, del disco La suerte la fabricás vos (2007).
Ya habiendo pasado más de la mitad del show se escuchó desde la gente el “Pan y vino, pan y vino el que no grita por la perra para qué carajo vino”. La armónica y “Tal vez sea mejor así” prendió fuego las cabezas de los presentes.
Uno de los clásicos, y que es más conocido entre los no tan fanáticos, quedó para el final pero llegó, “Lo que nunca te dije”, y para ir cerrando ya en el final de la lista aparecieron los globos que le dieron color a un recital que tuvo todos los condimentos, sumado a un telón que se desplegó a lo largo y ancho del establecimiento.
“La perra disco bar” fue de los últimos acordes que surgieron pero que en el final hicieron un enganche con “La rubia tarada” de Sumo. Todo tiene un final y todo concluye, todos posaron para la foto que quedará por ahora como el único show en capital en este 2016.
Fotos de Florencia Mascheroni para Rock And Ball
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