El instante en el que Lennon y McCartney se conocieron, define la relación que tuvieron como dúo y de cómo se combinaron. Es realmente muy mágico cuando pasan cosas tan asombrosas como estas, donde todo realmente es perfecto. Debe pasar cada cien años y estamos hablando de cuando los planetas logran alinearse y sale todo perfecto.
Así fue cuando estos dos chicos de 17 y 15 años se cruzaron por primera vez y se combinaron, el 6 de Julio de 1957. Ese encuentro transcurrió con la esencia que caracterizaría a esa relación, cada uno con su elemento esencial. Un estudioso, aplicado y estructurado junto a un rebelde y desestructurado con hambre de libertad.
Hasta los años cincuenta, la tradicionalidad estuvo a la orden del día, con guerras e intereses políticos. Solo estaban los niños y los adultos. De los pantalones cortos se pasaba a los pantalones largos, pero esta sería la última década donde se viviría la estructura dicha y derecha de una vida tan aburrida. La etapa que pondría en equilibrio estas dos edades aparecería en la mitad del siglo 20 y sería en 1955, si, como en Volver al Futuro, cuando Bill Haley apareció con su “Rock Around The Clock”. Detrás de él vendría toda una camada de nuevos chicos disparatados que querían dar vuelta al mundo y revolucionar las cabezas de esa nueva generación, como Chuck Berry, Elvis Presley, Little Richard, Jerry Lee Lewis y Buddy Holly, entre otros. El rock and roll conocía este mundo y nada volvería a ser igual.
Los Beatles fueron parte de toda esa generación y mamaron todo ese aullido sexual, se nutrieron de todo eso y sus vidas cambiarían para siempre. La formación -tanto en lo personal como en lo musical- empezaría gracias a la influencia de estos enormes artistas. John Lennon, que era como el más distinto de los cuatro en esa edad tan temprana, fue el primero en reaccionar a semejante despertador y rápidamente comenzó a armar una banda. En John todo tuvo una gran revelación que lo compararía y lo metería en la misma bolsa que el sexo, el dinero y la comida. Eso se terminó de amoldar cuando Elvis publicó “Heartbreak Hotel”. Admiraría a todos, pero alguien con el que encontró una gran identificación fue con Buddy Holly. Y no solo por usar lentes, sino que lo sorprendió el modo que tenía como performance, de que no solo tocara la guitarra rítmica, sino que también hacía sus solos.
John empieza a tornar a ser otro muchacho y justo todo esto le pasa en esa edad tan difícil: la adolescencia. Sumándole el idealismo que refleja esta etapa de la vida, el cual John padecía altamente por los orígenes tan complicados en su niñez, cuando sus padres se separaron y se pelearon por su tenencia y su madre lo dejó solo con su tía para que lo criara. Recién cuando Lennon tenía entre 15 y 16 años, su madre Julia irrumpió en su vida y consolido una relación bellísima que lo marcó de por vida y hasta le enseñó a tocar su primer instrumento, el banjo. Un instrumento barato, que venía de una música fácil de hacer, algo así como un country divertido y bailable. Un estilo nuevo a la moda, que se llamaba Skiffle. En ese nuevo fenómeno, él y sus compañeros encontraron por dónde empezar a formar la banda.
El conjunto se llamaba The Quarrymen y solían tocar en ferias y en fiestas al aire libre o clubes con muy pocas condiciones e instrumentos improvidados. Solían tocar temas que tuvieron cierto tinte de otro nuevo movimiento como el Doo Wop, como lo hacían con “Be Bop a Lula” o “Come Go With Me” de The Dell-Vikings. El sábado 6 de julio de 1957, con el mundo un tanto ya dado vuelta, un Paul McCartney de 15 años quedó estupefacto al ver esa interpretación por parte de ese cantante y guitarrista con cierta actitud de chico invasor, luciendo su camisa escocesa con un jopo bien levantado.
Paul era amigo de uno de los miembros y fue luego del show cuando este se acercó detrás de escena y le presentaron al líder de la pandilla, ese chico tan arrogante llamado John Lennon, que quedó más sorprendido aún cuando le dio su guitarra al muchacho invitado, que interpretó “Twenty Fight Rock” de Eddie Cochran de manera perfecta. Luego de regalar dicha serenata, le afinó la guitarra, algo que el joven Lennon todavía desconocía. Acá ya nos damos cuenta lo que significarían como dúo para la banda más grande del mundo y uno de los más culturales, la cabeza y el alma de los fabulosos cuatro.
El autor de “Help” e “Imagine” lo vio como cierta amenaza al nuevo muchacho y con celos de que este tomara el liderazgo y él quedara a un costado, pero, aun así, no dejó de entrever que, a pesar de todos esos miedos, le vendría excelente para su conjunto. El amor y el odio a la vez estarían desde un principio, pero la decisión que tuvo que tomar John fue realmente muy madura para la edad que tenía y algo con lo que se arriesgó.
Dicen por ahí que los opuestos se atraen, como en la química, y de que ocurren cosas sorprendentes. Fue así como el mundo alguna vez hizo que dos semejantes personalidades se cruzaran en sus vidas y armaran una banda con la que todo comenzaría. El resto es historia.
Por Marcos Coletto
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