El supuesto fin del mundo nunca llegó, por eso al otro día el Teatro Colelgiales explotó de gente con ganas de participar de la primer visita de Kyuss Lives! a nuestra tierra. Tres cuartas partes de los miembros originales lo integran, razón suficiente para concurrir a la cita y ver en vivo lo que muchos pensaron que nunca iban a poder presenciar: Kyuss, amo y creador del denominado “Stoner Rock”, ese género que nació en la misma época que el Grunge, influenciado bastante por Black Sabbath (quienes vuelven a grabar disco y salir de gira, con Ozzy, Tony Iommi y compañía en el 2012!).
En Argentina tenemos a Los Natas como los máximos referentes de la movida oscura, pesada, fumona y extremadamente mental que propone el Stoner rock. Un lugar donde los potentes y sostenidos riffs conviven con colgadísimas e interminables zapadas, que logran trasladarte a paisajes como la ruta, el desierto o la soledad. Todo un viaje.
20.30 mientras los locales Sutrah preparaban el ambiente que apestaba a cerveza, pucho y otras yerbas, ya el recinto estaba repleto. En el ambiente se sentía que no iba a ser un show común y corriente. A la media hora, por fin, Kyuss Lives! sale a enfrentarse con el público argento: John Garcia en voz, Nick Oliveri en bajo (también conocido por ser un Queens of the Stone Age), Brant Bjork en batería y Bruno Fevery en guitarra, quien carga con la mochila y se roba las miradas de todos en el auditorio por ser el reemplazante del Co-Fundador de Kyuss -y miembro más reconocido- el colorado Josh Homme, ausente con aviso).
“Gardenia” del Welcome To Sky Valley, es el tema elegido para comenzar el show, e inmediatamente la gente explotó. Se sucedieron temas como “Thumb”, “El Rodeo”, “Supa Scoopa And Mighty Scoop” para luego cortar para tomar aire y arremeter con “Asteroid”, “Whitewater”, “Hurrican-one inch man-thumb-freedom run”, “Green Machine” y “Allen’s Wrencht” para dar cierre a un setlist corto -extremadamente- pero contundente y con un sonido impecable. La gente se quedó coreando, esperando una última tanda de temas pero eso fue todo. Y el cantito coreado cambió por “que salga Kyuss la p… que lo pariooo”. Duró lo que los patovas tardaron en barrer con la gente. Sólo “gracias”. Casi no hubo comunicación con el público. A veces las palabras sobran y las miradas cómplices banda-publico y la entrega de ambos calan más hondo que las palabras.
García demostró ser un frontman discreto, sin demagogia ni egos. Sabe que lo suyo es la voz y no se inquieta si la banda se cuelga en algún tema. Oliveri, el que más se identificó con la gente y Brant Bjork levantaron la pared sobre la cual se apoya Kyuss, mientras que Fevery cumplió con creces su difícil misión.
Si bien la gente se fue con ganas de más, todos sabían que habían presenciado un recital que será recordado por mucho tiempo por la argentinidad stoner.
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